Los asesinos de la concordia
En esta triste hora del pueblo salvadore?o, cuando la violencia parece haberse apoderado de una situaci¨®n que no deja mucho lugar a la esperanza, debemos preguntarnos de d¨®nde y c¨®mo ha surgido ese odio que golpea implacable una y otra vez las bases de la convivencia.Nadie ignora la extrema injusticia que ha presidido las estructuras sociales en El Salvador, y fue la Universidad Centroamericana Jos¨¦ Sim¨®n Ca?as -a cargo de la Compa?¨ªa de Jes¨²s- el n¨²cleo m¨¢s representantivo de la conciencia cr¨ªtica que se atrevi¨® a denunciar las desigualdades sociales del pa¨ªs, que perpetuaban al m¨¢s implacable y deshumanizado de los capitalismos.
Esa denuncia, que provoc¨® en su d¨ªa el golpe militar de octubre de 1979, signific¨® el comienzo de unas reformas que afectaron al poderoso sector cafetalero y agroexportador, que jam¨¢s perdon¨® la p¨¦rdida de sus privilegios, condenando a los jesuitas como responsables del cambio de su suerte. Nadie que haya conocido de cerca la situaci¨®n dram¨¢tica centroamericana puede ignorar las actitudes prepotentes y vindicativas que predominan en una sociedad controlada desde posiciones de poder y riqueza.
Hay un rencor irrefrenable de los poderosos que se dirige contra los que sacaron a los desheredados y hambrientos de su resignaci¨®n sumisa; y si un d¨ªa atentaron y dieron muerte a monse?or Romero -a quien maliciosamente presentaban como el Comandante X de la guerrilla-, hoy ha sido contra los que son acusados como activistas, responsables de una Iglesia popular que denuncia con vigor la injusticia y la opresi¨®n.
No se conoce hasta ahora alos ejecutores materiales de estos ¨²ltimos asesinatos, como siguen sin descubrirse a los de tantos cr¨ªmenes cometidos contra una poblaci¨®n civil, totalmente desprotegida del fundamental derecho a la vida. Pero lo que no cabe duda es que desde la derecha salvadore?a pura y dura se hab¨ªa condenado ya hace tiempo a las v¨ªctimas de este asesinato.
Y ah¨ª est¨¢, para demostrarlo, no s¨®lo el rumor que se deslizaba en comentarios sarc¨¢sticos y amenazantes de una clase privilegiada, sino que existe el testimonio escrito de los principales diarios de El Salvador.
Desde luego que en una guerra civil los cr¨ªmenes no son s¨®lo de una parte, y los hombres de la derecha y el capitalismo salvadore?o han sido v¨ªctimas de la justicia popular. Por eso resulta m¨¢s lamentable el sectarismo co n que se act¨²a, haciendo fracasar todos los intentos y v¨ªas hacia la paz. Lo dram¨¢tico de estas f¨®rmulas expeditivas no est¨¢ s¨®lo en el coste sangriento, sino que ahogan toda otra f¨®rmula de di¨¢logo o negociaci¨®n, convirti¨¦ndose en fan¨¢ticos de la violencia y asesinos de la concordia.
Fernando ?lvarez de Miranda ex embajador de Espa?a en El Salvador, es presidente de la Comisi¨®n Permanente de CIPIE (Centro de Investigaciones y Promoci¨®n Iberoam¨¦rica-Europa).
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