La historia se repite

La historia se ha repetido demasiado pronto. Hace exactamente seis meses el grupo Texas visit¨® por primera vez Espa?a para presentar Southside, su primer elep¨¦. Ofrecieron un magn¨ªfico concierto, basado en la cautivadora personalidad de su cantante, Sharlene Spitery, y en las buenas maneras del guitarrista Ally MeErlaine. Su repertorio era corto pero intenso, y el p¨²blico sali¨® satisfecho de una sala que registr¨® una entrada prudente y un sonido m¨¢s que digno.Sin nuevo disco, con una selecci¨®n de temas similar y una puesta en escena id¨¦ntica, s¨®lo presentaron una novedad: en estos seis ¨²ltimos meses han dejado de ser una banda pr¨¢cticamente desconocida, consiguiendo un disco de oro en nuetro pa¨ªs (50.000 ¨¢lbumes vendidos). Se ha alejado inconscientemente de los circuitos marginales, circunstancia aprovechada por los organizadores de este ¨²ltimo concierto para provocar un lleno inhumano, una vez m¨¢s, en la sala J¨¢cara.

Alguna lipotimia, un par de desmayos, humo y calor excesivos, muy pocas posibilidades de poder mantener una visi¨®n aceptable del escenario y un sonido mediocre fueron las sorpresas que esperaban a unos espectadores que, para colmo de males, hab¨ªan pagado 1.600 pesetas.

Musicalmente se mostraron tan s¨®lidos y energ¨¦ticos como hace medio a?o. Sharlene sigue hipnotizando al p¨²blico, la base r¨ªtmica y los teclados cumplen dignamente y la guitarras cargan con las responsabilidades instrumentales. El grupo de Glasgow ahora resulta demasiado previsible gracias al escaso margen entre sus dos visitas.