Ahora, Praga

EL DIRIGENTE comunista checoslovaco Milos Jakes ha ca¨ªdo finalmente en el curso de la sesi¨®n del comit¨¦ central del partido que se celebra estos d¨ªas en Praga. El destituido secretario general representaba una f¨®rmula inspirada en la tan citada frase de Lampedusa en Il Gattopardo: cambiar para que todo siga igual. Su intento de limitar la reforma a la econom¨ªa estaba condenado al fracaso, sobre todo una vez que Polonia, Hungr¨ªa, Bulgaria y la RDA han entrado con decisi¨®n por la v¨ªa de una aut¨¦ntica democratizaci¨®n.Pero el factor decisivo del cambio en la cumbre checoslovaca es que los ciudadanos checos, como antes en la RDA y en Bulgaria, se han lanzado a la calle en Praga y otras ciudades, en masivas manifestaciones. La participaci¨®n directa del pueblo en la eliminaci¨®n de los dirigentes aferrados al pasado -que impulsa a los reformadores situados en el poder, aunque sean t¨ªmidos, a tomar medidas para abrir las puertas del progreso democr¨¢tico- es una de las caracter¨ªsticas m¨¢s importantes de los momentos que estamos viviendo. Y ayuda a explicar la incre¨ªble velocidad de los cambios a los que asistimos. Es la revoluci¨®n de la libertad que recorre el centro y el este de Europa. S¨®lo queda la excepci¨®n rumana.

Lo que est¨¢ ocurriendo en Praga tendr¨¢ sin duda efectos muy significativos, y positivos, para el curso de la reforma a escala, europea. Por razones hist¨®ricas, Checoslovaquia es, con mucha diferencia, la naci¨®n de Europa central mejor preparada para la democracia. Conoci¨® un r¨¦gimen parlamentario modelo en la etapa que sigui¨® a la Primera Guerra Mundial.

Despu¨¦s de 1945 existi¨® un aut¨¦ntico Gobierno de coalici¨®n entre los comunistas y otros partidos, con la presidencia prestigiosa de Edouard Benes, liquidada de modo brutal por el golpe de Praga de 1947.

Cuando en 1968 Dubcek obtuvo el apoyo del Comit¨¦ Central del Partido Comunista para iniciar -un nuevo curso, acabar con los m¨¦todos dictatoriales e intentar un socialismo con cara humana, encontr¨® un eco profundo en ampl¨ªsimas capas del pa¨ªs. La primavera de Praga fue el primer esfuerzo serio por liquidar el estalinismo y abrir cauce, en un pa¨ªs socialista, a un sistema pluralista y democr¨¢tico. Por ello, cuando la perestroika de Gorbachov empez¨® a desplegarse no ya como reforma econ¨®mica, sino como libertad de prensa, transparencia y mutaci¨®n del sistema pol¨ªtico hacia la democracia, muchos checoslovacos vieron en ello el rebrotar de una experiencia que ellos hab¨ªan vivido. En cambio, el aparato dirigente de Praga, instalado en el poder de resultas de la intervenci¨®n militar ordenada por Breznev, busc¨® en seguida la forma de evitar que pudiesen reavivarse los recuerdos de 1968.

Por ello se sustituy¨® en seguida al secretario general del partido -fue el primer caso en el bloque sovi¨¦tico-, pero para poner a una persona como Jakes, comprometida en la represi¨®n contra los hombres de laprimavera de Praga, y decidida a sentar el principio de que la perestroika no ten¨ªa nada que ver con la reforma checoslovaca de 1968, y de que Dubcek y sus compa?eros deb¨ªan ser tratados como entonces, es decir, como traidores al socialismo. Gorbachov, sin duda temeroso de un ritmo demasiado r¨¢pido en los cambios en los pa¨ªses del Este, no ha hecho hasta ahora una condena espec¨ªfica de la intervenci¨®n militar de Breznev en 1968, aunque todos los principios de pol¨ªtica exterior que proclama implican tal condena. De todos modos, Jakes ha podido utilizar hasta ahora esa ambig¨¹edad.

Tal pol¨ªtica ha entrado en crisis. Los avances de Polonia y Hungr¨ªa han desmoralizado al equipo dirigente de Praga, al tiempo que han estimulado la voluntad popular de imponer con su acci¨®n el paso a la democracia. Lo sucedido en la RDA ha sido la puntilla. De tener con Honecker un apoyo para su inmovilismo, Jakes se ha encontrado con que el ¨¦xodo de los alemanes del Este -muchos de ellos atravesando Checoslovaquia-, la ca¨ªda del muro y los cambios en Berl¨ªn-Este le dejaban aislado.

El retraso checolosvaco en incorporarse al proceso europeo de reforma se explica sobre todo por la represi¨®n que sigui¨® a la intervenci¨®n sovi¨¦tica de 1968. Hubo medio mill¨®n de expulsiones del partido comunista y fue eliminada de ¨¦ste la generaci¨®n que hab¨ªa vivido la experiencia de la superaci¨®n del estalinismo en los a?os sesenta, la generaci¨®n en la que se apoya Gorbachov en la URSS y de la que se nutren, en gran parte, los reformistas en otros pa¨ªses. Dentro del comit¨¦ central ha prevalecido finalmente el criterio de los que desean abrir la puerta a la realidad. La experiencia demuestra que la reforma tiende a tomar perfiles netos hacia una democracia de verdad.

Checoslovaquia tiene hombres y tradiciones pol¨ªticas para que su reforma pueda desarrollarse con una hondura democr¨¢tica ejemplar.