Berl¨ªn

La mayor¨ªa de nosotros somos ni?os. Y seguiremos en la infancia social y Pol¨ªtica toda la vida. Pero tenemos la suerte de que nuestros pap¨¢s lo saben todo. Recuerdo cuando mis pap¨¢s mandaron construir un muro en la ciudad. Cuando pregunt¨¢bamos para qu¨¦ era, nos miraban de soslayo y nos daban dos cari?osas palmaditas en la mejilla: "Seguid jugando y no os preocup¨¦is de cosas de mayores".Ahora que han pasado algunos a?os, s¨¦ que todav¨ªa soy un ni?o. Lo s¨¦ porque al preguntar por qu¨¦ est¨¢n derribando el muro, me dicen: "Ahora pod¨¦is ir a jugar con vuestros amigos del otro lado". Y no nos dan m¨¢s explicaciones.

Pero ellos lo hacen todo por nuestro bien. Ellos se preocupan mucho por nuestro futuro: para que la mayor¨ªa no tengamos que pensar nunca en por qu¨¦ las cosas son de tal manera, y s¨®lo unos pocos, los m¨¢s listos y altruistas, se har¨¢n mayores y se encargar¨¢n de continuar con la dif¨ªcil tarea de protegernos.

Ahora podemos jugar con todos los amiguetes de la ciudad, y eso es lo ¨²nico que nos tiene que importar. Si hasta ahora no liemos podido, por algo debe ser. Nuestros pap¨¢s no hacen las cosas sin unos buenos motivos, y yo estoy seguro de que ellos entienden que ha sido necesaria esa pared-