Volando contra corriente
Charles Lindbergh naci¨® en Detroit en 1902 y muri¨® en Hawai en 1974. El h¨¦roe solitario cuenta una de las gestas hist¨®ricas protagonizadas por ¨¦l. De joven, se gan¨® la vida haciendo juego malabares con su avioneta en las ferias. Un d¨ªa ley¨® un anuncio publicado por un aventurero neoyorquino, ofreciendo 25.000 d¨®lares a quien cruzara el Atl¨¢ntico sin hacer escalas.
El 20 de mayo de 1927 Lindbergh hab¨ªa conseguido vencer todas las dificultades para la construcci¨®n de un monoplano que bautiz¨® con el nombre de El Esp¨ªritu de San Louis. Ese d¨ªa despeg¨® de Rossevelt Field (Nueva York) y 33 horas y med¨ªa despu¨¦s aterrizaba en Le Bourget (Francia).
Autom¨¢ticamente entr¨® en la leyenda. El h¨¦roe solitario relata la historia de este m¨ªtico vuelo. El sue?o, el cansancio y esa porci¨®n de tiempo de soledad son la monoton¨ªa que Billy Wilder intenta romper con mon¨®logos y flash-back sobre la vida de Lindbergh. El director se sirvi¨® de las memorias que hab¨ªa escrito el propio protagonista. Por primera vez no pudo cumplir aquella ley que hizo suya al referirse al espectador: prohibido aburrir. Era tambi¨¦n la primera vez que abandonaba sus queridos estudios y se enfrentaba a un rodaje en exteriores. Quer¨ªa emular con su pel¨ªcula a aquellas que en los a?os 30 y 40 hab¨ªan contado las grandes gestas del aire en el mejor estilo de Howard Hawks.
Su intento result¨® un acaso, Wilder volaba a contra corriente. En los 50, la moda de la aviaci¨®n estaba en plena decadencia; ni esta pel¨ªcula ni las posteriores como Las ¨¢guilas azules (1966), de John Guillermin, o El vuelo del Phoenix (1966), de Robert Aldrich, conquistaron el estatus que persegu¨ªa.
Riesgos
Los productores nunca recuperaron los casi siete millones de d¨®lares que hab¨ªa costado El h¨¦roe solitario. Wilder expon¨ªa de nuevo -lo hab¨ªa hecho en D¨ªas sin huella (1945) con el tema del alcoholismo- una experienc¨ªa l¨ªmite, la de un piloto en su larga soledad.
Concibi¨® la pel¨ªcula como un ejercicio de estilo que no salv¨® ,ni James Stewart en su papel de protagonista. Lindbergh ten¨ªa 25 a?os cuando realiz¨® la haza?a, Stewart contaba 20 a?os m¨¢s cuando la protagoniz¨®. La Warner le hab¨ªa elegido aprovechando su reciente ¨¦xito en M¨²sica y l¨¢grimas. Era ya un astro, pero este trabajo no contribuy¨® a incrementar su val¨ªa.
No era f¨¢cil el reto que se hab¨ªa planteado Wilder. El hilo narrativo basado fundamentalmente en la experiencia del vuelo limitaba la ultilizaci¨®n de los recursos t¨¦cnicos que hab¨ªa demostrado para la puesta en escena y direcci¨®n de actores. El ritmo y la duraci¨®n de cada plano, armas con las que hab¨ªa hecho triunfar a las estrella del cine con las que trabaj¨®, no le acompa?aron en este caso.
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