Una 'cumbre' para el porvenir de Europa
La Comunidad Europea (CE) est¨¢ en el momento crucial de terminar de construirse a s¨ª misma y de dar una -respuesta s¨®lida a la cooperaci¨®n con el Este. Por eso, la uni¨®n econ¨®mica y monetaria, por un lado, y el banco de desarrollo para los pa¨ªses de Europa oriental, por otro, ocupar¨¢n el centro de los debates del Consejo Europeo que se celebrar¨¢ ma?ana y pasado en Estrasburgo. La presidencia francesa ha transformado en pol¨ªticos estos dos compromisos econ¨®micos para convertir a la CE en el centro de gravedad de un nuevo equilibrio europeo".
El objetivo es evitar que la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), absorbida por la reunificaci¨®n, frene el proceso de construcci¨®n europea. La Carta Social, una vez m¨¢s, ha pasado a segundo t¨¦rmino.Para esta cumbre, la presidencia francesa ha perfilado varios objetivos. El primero es convocar para el segundo semestre de 1990 la conferencia intergubernamental que ha de reformar lo tratados de la CE y poner en pi la segunda y la tercera fases de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria cuyo fin ¨²ltimo es la creaci¨®n de un banco central europeo y una moneda com¨²n. El segundo persigue concretar la ayuda al Este con la creaci¨®n de un banco europeo de desarrollo, abierto a la participaci¨®n en capital de pa¨ªses no comunitarios, pero s¨ª europeos. El tercero sigue siendo la aprobaci¨®n de la Carta Social como una declaraci¨®n solemne, pero no vinculante, con o sin el voto del Reino Unido.
En los tres casos, el procedimiento elegido es el de si se aceptan o no los grandes principios. "Planteadas as¨ª las cosas, va a ser imposible negarse", afirma un diplom¨¢tico. Pero la t¨¢ctica francesa de "abocar el tornillo" trata de evitar que los problemas t¨¦cnicos hagan a Europa perder el ritmo. El temor, esta vez, m¨¢s que a las reticencias del Reino Unido, es a la indecisi¨®n de la RFA, tentada en anteponer la reunificaci¨®n con la otra Alemania a la construcci¨®n europea.
Para convocar la conferencia intergubernamental basta la mayor¨ªa simple, "pero todo el mundo sabe, incluidos los franceses, que si la RFA no est¨¢ de acuerdo no se podr¨¢ ir adelante", afirma un alto responsable de la Comisi¨®n. Hace unos d¨ªas, el presidente, Jacques Delors, coment¨® en privado que hab¨ªa certeza, "pero el pron¨®stico es que habr¨¢ acuerdo sobre la conferencia". A pesar, dijo, del peligro de un frente antiuni¨®n monetaria "por la irritaci¨®n que provocan algunos pa¨ªses, en especial Espa?a, con su exasperante reclamaci¨®n de la cohesi¨®n en cualquier terna".
Habr¨¢, pues, conferencia, porque todo el mundo acepta que el proceso ser¨¢ m¨¢s largo de lo previsto y nadie plantea ya el automatismo para pasar de una fase a otra. Y en esa perspectiva de largas discusiones para reformar los tratados, el Reino Unido no va a desgastarse ahora en una simple cuesti¨®n de forma. S¨®lo queda convencer a la RFA, cuyo Gobierno est¨¢ dividido, de que es necesario su compromiso con la construcci¨®n europea para que nadie pueda acusarla de falta de vocaci¨®n comunitaria.
Prioridad envenenada
La apertura hacia el Este es un dominio de la cooperaci¨®n pol¨ªtica. En lo que respecta a la creaci¨®n del banco, la troika formada por Francia, Espa?a e Irlanda poco ha podido avanzar sobre las discusiones del grupo de alto nivel presidido por el asesor de Mitterrand, Jacques Attali. Sobre la naturaleza del banco, su creaci¨®n y funcionamiento, las aportaciones de capital y el montante de las ayudas, todo son problemas y diferencias. De ah¨ª que la cumbre no se plantea ir m¨¢s all¨¢ de la aprobaci¨®n de las grandes l¨ªneas del proyecto.
Si en los dos grandes temas que marcan el porvenir de Europa existen fundadas esperanzas de acuerdo, la Carta Social se ha convertido en una prioridad envenenada para Francia. La presidencia se ha empe?ado en aguar el proyecto para que la declaraci¨®n solemne pudiera ser asumida por el Reino Unido.
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