El p¨¦simo estado del campo desluce el triunfo de Espa?a
Espa?a inici¨® su preparaci¨®n para el Mundial-90 con un apurado y trabajoso triunfo ante Suiza. Las p¨¦simas condiciones del terreno de juego influyeron decisivamente en el desarrollo del juego de los dos equipos, de tal forma que cualquier experimento por parte del conjunto espa?ol se convirti¨® en un simulacro de prueba, casi en una tortura para unos jugadores que s¨®lo deseaban acabar con aquel tr¨¢mite.
El primer partido del equipo nacional en Tenerife cont¨® con un protagonista destacado y decisivo: el campo. El estado del terreno de juego, en p¨¦simas condiciones por las lluvias ca¨ªdas la pasada semana en esta isla canaria, convirtieron el c¨¦sped en un aut¨¦ntico barrizal. La opini¨®n general en las filas del equipo de Luis Su¨¢rez era de absoluto des¨¢nimo. La posibilidad de motivaci¨®n en un situaci¨®n tan adversa es m¨ªnima. Todos los intentos por mejorar las condiciones del estadio se derrumbaron a la vista de una cancha impracticable. El Cabildo insular se gast¨® 50 millones de pesetas en mejorar la luz artificial del campo para posibilitar la retransmisi¨®n del partido, pero no pudo luchar contra los elementos y las adversidades atmosf¨¦ricas.
La historia de la selecci¨®n espa?ola est¨¢ unida a unos terrenos de juego muy deficientes. Lejos de jugar en canchas perfectas, la selecci¨®n espa?ola ha sufrido repetidamente la inclemencia de campos como Castell¨®n, Tenerife y Sevilla. Hab¨ªaque ver los gestos de sorpresa de los jugadores suizos al observar y pisar el c¨¦sped antes de saltar al terreno de juego. Su t¨¦cnico, el ex jugador del Real Madrid, Uli Stielike, no pudo disimular su disgusto. "Pero si hace un mes vi este campo y estaba en perfectas condiciones. Lo m¨¢s l¨®gico es que se hubiese suspendido el encuentro", coment¨®. Afortunadamente, el partido era ani?stoso. De lo contrario, la FIFA o la UEFA podr¨ªan haber tomado cartas en el asunto y habr¨ªan aprovechado cualquier m¨ªnimo despiste para conseguir su habitual sanci¨®n econ¨®mica con la que llenar sus arcas.
El equipo espa?ol cre¨® numerosas ocasiones de peligro en la primera parte, aunque de forma aislada y sin continuidad. Se movi¨® entonces con cierta agilidad sobre el barrizal del campo canario, dirigido por Milla, que durante unos breves minutos imprimi¨® su car¨¢cter de cerebro y lanzador de balones a sus compa?eros. El jugador, azulgrana, que luego naufrag¨®, reparti¨® a derecha e izquierda, con lo que facilit¨® el pasillo para Michel, por la primera demarcaci¨®n, y de Villarroya, por la segunda. De los avances y centros de estos hombres surgieron las ocasiones m¨¢s claras de marcar, al abrir los balones por las alas.
El peor enemigo para los dos conjuntos no fue el equipo rival, sino el barro. Espa?a abri¨® el marcador gracias a un penalti un tanto riguroso, ventaja con la que finaliz¨® la primera parte, que fue disputada por el equipo considerado titular y que mayores posibilidades tiene de representar a Espa?a en Italia-90. El equipo espa?ol pudo retirarse con una ventaja mayor, porque ocasiones de peligro cre¨® para ello, pese al mal estado del terreno de juego.
Suiza fue un equipo correoso y r¨¢pido, armas que la selecci¨®n espa?ola contrarrest¨® con una mayor t¨¦cnica. El conjunto helv¨¦tico sorprendi¨® a Espa?a apenas iniciada la segunda parte con el gol del empate, conseguido en un fallo de marcaje de la defensa espa?ola, pero los hombres de Luis Su¨¢rez, pese a que en ese momento comenz¨® la racha de sustituciones, supieron reaccionar y el jugador de casa, del Tenerife, Felipe, rubric¨® su deb¨² con el gol del triunfo. Tambi¨¦n debutaron Moya, del Valladolid, y Luis Manuel, del Oviedo, a los que el campo no ayud¨¦.
La prueba del partido result¨® bald¨ªa. Su¨¢rez sac¨® muy pocas ense?anzas. El seleccionador ha perdido una oportunidad que mejor hubiera aprovechado para hacer turismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.