Pensi¨®n social y propuesta de los sindicatos

Hasta ahora existe una pensi¨®n para inv¨¢lidos y para personas de la tercera edad de 20.000 pesetas al mes, cuyo principal inconveniente es que apenas existen personas que puedan alcanzar la misma, toda vez que, aunque carezcan de ingresos, si tienen alg¨²n hijo que cobre una modesta n¨®mina ya no se la conceden.Para ser m¨¢s exactos, diremos que cuando la renta per c¨¢pita de la familia del hijo unida a la renta de la familia del solicitante es superior a 20.000 pesetas ya no se la conceden, por entender que tiene ese hijo que prestar alimentos a su padre, por ejemplo si el solicitante est¨¢ solo y tiene m¨¢s de 66 a?os, aunque carezca de ingresos, y su hijo (casado y con Jos hijos) cobra m¨¢s de 100.000 pesetas al mes, ya no se la conceden, toda vez que la renta per c¨¢pita (100.000 : 5) da m¨¢s de las 20.000 pesetas.

La consecuencia de este requisito tan tremendo es que existen personas que no tienen ning¨²n ingreso, que tampoco sus hijos les ayudan y que para sobrevivir tienen que pedir limosna o recoger papeles, pues no existe ninguna ayuda para ellos.

Lo m¨¢s curioso todav¨ªa es que si a la persona mayor se le ocurriera llevar a su hijo al juzgado para exigirle los alimentos que la Administraci¨®n dice que le debe prestar, lo m¨¢s seguro es que el juzgado dijese que no tiene derecho, puesto que no estar¨¢ obligado a prestar alimentos aquella persona que no pudiera satisfacerlos por atender sus propias necesidades y las de la familia (estricta).

Debe tenerse en cuenta que la solidariedad familiar se circunscribe a la familia estricta (padres e hijos sin ingresos) en lugar de a la familia amplia, en la que se incluye al abuelo. Y si bien es cierto que hace a?os era la propia familia la que se cuidaba de las personas mayores, en la actualidad debe ser la propia sociedad, a trav¨¦s de las ayudas pertinentes, la que se encargue de estas personas desvalidas.

El Pa¨ªs Vasco, delantero en muchas cosas, tambi¨¦n lo ha sido en el tema de la pensi¨®n social, ampliando la que existe en la actualidad para cualquier persona mayor de 25 a?os sin ingresos que constituya una unidad familiar.

La cuant¨ªa de la ayuda es de 30.000 pesetas por familia, m¨¢s 5.000 pesetas por persona. Lo primero que cabe es felicitar la iniciativa; no obstante, se observan carencias importantes, como no atender a las personas solas y exigir para su concesi¨®n unos requisitos de alimentos demasiado estrictos.

Una buena propuesta es la de los sindicatos, que nos hablan de pensi¨®n social m¨ªnima a nivel estatal, siendo ¨¦sta mejorable por las autonom¨ªas.-