Ricardo Gull¨®n ocupar¨¢ el sill¨®n 'c' de la Academia
El ¨²ltimo premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras compiti¨® con el fil¨®logo Rodr¨ªguez Adrados
Ricardo Gull¨®n, cr¨ªtico literario, experto en Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Benito P¨¦rez Gald¨®s y Antonio Machado, y autor de una importante obra que suma 32 libros y 875 art¨ªculos, a lo que se a?ade una dilatada labor acad¨¦mica, fue elegido ayer, en segunda votaci¨®n, con 23 votos de los 33 emitidos, acad¨¦mico de la Real Academia Espa?ola en competencia con el fil¨®logo Francisco Rodr¨ªguez Adrados. Gull¨®n, de 81 a?os, que recibe esta distinci¨®n meses despu¨¦s de haber sido honrado con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, ocupar¨¢ el sIll¨®n c.
Ricardo Gull¨®n, un astorgano t¨ªmido y pulcro, recibi¨® la noticia anoche en su domicilio de Madrid y su primera reacci¨®n fue decir que a la Academia el va a ir a aprender. A lo sumo, a?adi¨® modesto, aportar¨¢ sus saberes "sobre todas aquellas voces que se refieran a la teor¨ªa literaria".Ricardo Gull¨®n fue propuesto para el sill¨®n V de la Real Academia por Pedro La¨ªn Entralgo, ex director de la instituci¨®n, el profesor Emilio Alarcos Llorach y el escritor Francisco Ayala. La candidatura de Rodr¨ªguez Adrados fue iniciativa del etn¨®logo Julio Caro Baroja, del tambi¨¦n fil¨®logo Manuel Seco y del dramaturgo Antonio Buero Vallejo.
Tras la elecci¨®n, La¨ªn dijo del nuevo acad¨¦mico que su tarea como cr¨ªtico "ha sido magn¨ªfica, amplia y reconocida tanto en el viejo como en el nuevo continente". A?adi¨® que Gull¨®n ha hecho una cr¨ªtica literaria "rigurosa y conceptual, no impresionista". Esta labor fue calificada por Fernando L¨¢zaro Carreter como "inmensa". Jes¨²s Aguirre, duque de Alba elogi¨® el trabajo docente en Estados Unidos del nuevo acad¨¦mico.
Gull¨®n es un cr¨ªtico literario de Iarga trayectoria. Pas¨® m¨¢s de veinticinco a?os como profesor en las universidades de Texas, California y Chicago. Su labor docente ha sido combinada siempre con el ejercicio de la cr¨ªtica ha desarrollado literaria, que ha desarrollado tanto en peri¨®dicos y revistas. Entre los primeros figuran Gald¨®s, noovelista moderno (1957), Una po¨¦taica para Antonio Machado (1969), Direcciones del modernismo (1970) y Garc¨ªa M¨¢rquez o el arte de contar (1970).
Como cr¨ªtico literario, en peri¨®dicos y revistas, Gull¨®n ha alzcanzado un notorio prestigio por su car¨¢cter ecu¨¢nime y, sobre todo, por su talante de lector genuino. Su juicio en este campo siempre trata, dice, "de llegar antes al lector que soy que al profesor, al experto o al autor".
En la reciente entrega del premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, que por primera vez destac¨® en ¨¦l el ejercicio de la cr¨ªtica literaria, Ricardo Gull¨®n se mostr¨® tambi¨¦n como un humanista, alert¨® "ante los signos y se?ales de la deshumanizaci¨®n', y se?al¨® que en la ¨¦poca actual no es posible el arte por el arte ni la ciencia por la ciencia "sino el arte y la ciencia por el hombre". A su juicio, la universidad muestra cierto desinter¨¦s por los estudios de literatura.
Una vocaci¨®n
Gull¨®n estudi¨® Leyes Y ejerci¨® la carrera fiscal, por deseo de su padre, pero su gusto por la literatura acab¨® con esa obligaci¨®n filial.
Lector infatigable, ayer record¨® como ejemplo que ley¨® las obras completas de Baroja en la veintena, muchas de ellas "cuando iba a San Sebasti¨¢n en el r¨¢pido, que tardaba ocho o nueve horas. Le¨ªa dos libros a la ida y dos a la vuelta".
En 1932 conoci¨® a Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Aquel ecuentro cambi¨® en cierto modo su destino vital: JRJ fue el ¨²nico suscriptor de una revista que entoncen hac¨ªan Gull¨®n e Ildefonso Manuel Gil. Ese contacto, y unas cr¨ªticas de Gull¨®n a la obra, Animal de fondo, del poeta que fue Nobel, le abrieron el conflictivo coraz¨®n amistoso del autor de Moguer. En 1953 le fue a ver a Puerto Rico, y ya cambi¨® el signo de su carrera docente, que se desarroll¨® en Am¨¦rica hasta que recientemente se despidi¨® de aquellas tierras tras dictar en California una serie de conferencias tituladas Hacia la modernidad.
De regreso a Espa?a, su figura es requerida para presidir jurados o para dictar conferencias. Estima que su presencia en la Academia supone la posibilidad de proseguir "una investigaci¨®n activa en el porvenir de la lengua espa?ola". Ayer dijo que la labor de una Academia "no consiste en imponer criterios, sino en persuadir".
Esa actitud humana ante la literatura es la que le ha permitido a Ricardo Gull¨®n aproximarse a los dos extremos de la ecuaci¨®n literaria, la novela y la poes¨ªa, y como cr¨ªtico ha ejercido el an¨¢lisis de ambas desde una perspectiva optimista: "La novela no agoniza: el panorama del siglo es impresionante. Y a la poes¨ªa, dice con igual optimsino, le pasa lo mismo: "est¨¢ espl¨¦ndida".
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