Valencia tendr¨¢ el primer centro de medicina tropical
Cada a?o aparecen en el mundo cerca de 300 millones de casos de paludismo. Algunos de ellos, en Espa?a. El n¨²mero de intercambios entre los ciudadanos de los pa¨ªses tropicales y occidentales se ha incrementado durante los ¨²ltimos a?os, y como consecuencia, la rapidez en la propagaci¨®n de determinadas enfermedades importadas. El primer instituto espa?ol de medicina tropical, que se constituir¨¢ en Valencia, pretende servir de plataforma de ayuda a los pa¨ªses azotados por las enfermedades tropicales, as¨ª como informar sobre qu¨¦ hacer antes de desplazarse, por ejemplo, a pa¨ªses africanos.
"Una persona afectada por una enfermedad infecciosa, como la fiebre amarilla, puede salir desde una zona tropical y llegar a cualquier pa¨ªs occidental en menos de un d¨ªa. Esta rapidez de los viajes evita, en muchos casos, la aparici¨®n de la patolog¨ªa del mal durante el trayecto, como suced¨ªa antiguamente, y puede producir el contagio de la enfermedad en el punto de destino. Al mismo tiempo, un espa?ol es susceptible de resultar afectado por una enfermedad de la India", dice Jos¨¦ Mic¨® Catal¨¢n, pediatra que, junto con el profesor Jos¨¦ Cano Ivorra, cirujano del hospital General de Valencia, impulsa la creaci¨®n en Espa?a del primer Instituto de Medicina Tropical.Cano Ivorra y Mic¨® Catal¨¢n han dirigido durante los ¨²ltimos a?os los masters de Cirug¨ªa Tropical impartidos por el citado centro sanitario y a los que han asistido expertos de todo el mundo. Conocedores de la realidad de aquellos pa¨ªses, en los que han pasado varios a?os de su vida, manifiestan que "la iniciativa pod¨ªa haber quedado ah¨ª, pero nos ha parecido importante analizar en qu¨¦ medida desde Espa?a podemos continuar apoyando a los pa¨ªses tropicales. De esta forma sali¨® el proyecto de constituir el instituto", a?ade Cano, que ser¨¢ su presidente. La mayor¨ªa de pa¨ªses europeos, como B¨¦lgica, Francia e Italia, cuentan con instituciones semejantes.
"El paludismo, pese a las promesas de erradicaci¨®n formuladas por los organismos de cooperaci¨®n internacionales, no s¨®lo no ha desaparecido, sino que ha aumentado tremendamente hasta extenderse a un ¨¢rea de 5.000 millones de habitantes, alrededor del 50% de la poblaci¨®n mundial", a?ade Mic¨® Catal¨¢n. Cada a?o, seg¨²n los datos que barajan ambos m¨¦dicos, aparecen de 100 a 300 millones de casos nuevos. De ellos muere el 1%, es decir, de uno a tres millones de personas. A ello se a?aden las lesiones y las secuelas que persisten en aquellos que no fallecen.
C¨®lera y SIDA
"Para afrontar el problema sanitario de los pa¨ªses del Tercer Mundo es preciso disponer de profesionales especializados y, sobre todo, canalizar su trabajo desde un punto de referencia concreto, como pretende el instituto", dice Cano. "Hemos hablado sobre el paludismo", matiza Mic¨®, "pero pod¨ªamos referirnos a la lepra, el SIDA o el c¨®lera". En opini¨®n de ambos m¨¦dicos, la poblaci¨®n de los pa¨ªses occidentales no conoce la gravedad de la situaci¨®n de estas zonas, por la distancia geogr¨¢fica. "Pero en un momento determinado pueden convertirse en enfermedades importadas. El SIDA es un caso t¨ªpico", a?aden."Da la impresi¨®n", agregan, "de que la gente s¨®lo se muere en Ghana o en Nigeria, pero concretamente en Valencia se han registrado varios casos de paludismo. Ello quiere decir que no son enfermedades tan distantes". Cano y Mic¨® afirman que la movilidad de ciudadanos entre pa¨ªses demanda la puesta en marcha de un centro que conecte y conozca ambas realidades, la de los pa¨ªses occidentales y tropicales. "Si una persona, por turismo o por trabajo, se ve obligada a deplazarse a Argelia, conviene que sepa qu¨¦ debe hacer".
Cuentan ambos cirujanos que en Am¨¦rica Latina determinadas patolog¨ªas tropicales se propagan muy r¨¢pidamente en los ¨²ltimos a?os. Entre ellas citan la lepra y la tuberculosis. En Brasil, pronostican, la primera de las enfermedades citadas puede convertirse en un problema grav¨ªsimo. "De ah¨ª la importancia de un instituto como ¨¦ste y, adem¨¢s, en lengua castellana".
La propagaci¨®n de las enfermedades no va, sin embargo, paralela a su penetraci¨®n en otros pa¨ªses. "Entre otras razones, por la eficacia de los cinturores de vigilancia epidemiol¨®gica", dice Mic¨®, quien a?ade: "Pero a¨²n as¨ª, las posibilidades cada vez aumentan porqu¨¦ se incrementan los intercambios".
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