Caos en la capital y rendiciones en provincias
MARUJA TORRES ENVIADA ESPECIAL, Si la ciudad de Panam¨¢ contin¨²a alterada, sumida en la destrucci¨®n -en la noche del viernes se produjo un incendio monumental en un almac¨¦n de neum¨¢ticos que ilumin¨® el cielo durante horas, as¨ª como varios asaltos de milicianos contrarrestados por los norteamericanos-, en el interior de? pa¨ªs se retorna a la paz tras la rendici¨®n de numerosas guarniciones, entre las que se cuentan Herrera, Los Santos, Bocas del Toro, Veragua y Chiriqui. Parece que muchos oficiales han aceptado el ofrecimiento del Cobierno de no tomar represalias por lo ocurrido y aceptarles a cambio de que respeten la Constituci¨®n.
La decisi¨®n de estos jefes hasta ahora fieles: al general Manuel Antonio Noriega _ha llenado de j¨²bilo a los habitantes de las ciudades de provincias, que se han lanzado a la calle para celebrarlo.Las calles de la capital, no obstante, ofrecen un aspecto muy distinto. Numerosas embajadas han sufrido asaltos. Al margen de la tensa situaci¨®n que atraviesan las de Nicaragua y Cuba, rodeadas por tanquetas estadounidenses; para lo que fuentes oficiales del pa¨ªs ocupante llaman "evitar problemas", se han visto en apuros. Las delegaciones francesa, brasile?a y egipcia han sido desvalijadas. Lo peor de todo es que los respectivos embajadores han debido desempe?ar sus urgentes tareas sin tener a qui¨¦n dirigirse y debiendo sortear todo tipo ce peligros.
El embajador espa?ol, Tom¨¢s Lozano, que ha dirigido con la mano f¨¦rrea de un capit¨¢n de barco y la ternura de humanista todas las operaciones de emergencia, ha tenido que organizarse con su personal, exhausto, y la amenaza constante de los tiroteos que se desarrollaban en la puerta, sin dormir, sin poder salir, af¨®nico, aprovechando cada segundo, no pronunciando nunca una frase in¨²til que pudiera retrasar los m¨²ltiples asuntos acumulados; el embajador se ha constituido en un s¨ªmbolo, no s¨®lo de nuestro pa¨ªs, sino del orden de que esta ciudad carece.
Por la noche, numerosos grupos de ciudadanos se organizaron por su cuenta en comit¨¦s de defensa civil, con objeto de resguardar sus vidas y propiedades de los asaltantes. Carlos Vergara, de 35 a?os, cuenta que "hemos pasado la noche turn¨¢ndonos en mi barrio, Las Acacias, con unas cuantas armas que hab¨ªamos conseguido: un 38, un 22, un fusil, unos bates de b¨¦isbol... Nos hab¨ªan dicho que los ladrones abusan tambi¨¦n ;de las damas, y eso no lo podemos consentir".
Vergara trabajaba en el casino nacional cuando ocurri¨® la invasi¨®n, y tiene miedo a perder su empleo con el nuevo Gobierno, "porque lo m¨¢s l¨®gico es que primero ocupen a los m¨¦dicos y otros profesionales ¨²tiles.. Al fin y al cabo nosotros somos como traficantes del vicio, ?no cree?, y nadie nos necesita'.
Cubrir agujeros
Cuando retorne la normalidad, el desempleo ser¨¢ uno de los graves problemas con que Panam¨¢ deber¨¢ enfrentarse. La tasa de parados, que en los ¨²ltimos dos a?os de crisis se hab¨ªa duplicado hasta alcanzar mas del 25%, se ha visto sin duda aumentada por el cicl¨®n que ha arrasado comercios, negocios, bancos, oficinas e instituciones oficiales. La ayuda inminente prometida por el Gobierno norteamericano, por grande que sea, servir¨¢ tan s¨®lo para cubrir agujeros.
Mientras, en el cuarto d¨ªa de la invasi¨®n norteamericana segu¨ªa siendo un misterio el paradero del general Noriega, sin cuya muerte o captura,por la que EE UU ofrece un mill¨®n de d¨®lares (112 millones de pesetas), no ser¨¢ posible asegurar el ¨¦xito de la intervenci¨®n. Las Fuerzas de Defensa que dirig¨ªa Noriega est¨¢n "desmanteladas", seg¨²n reconoci¨® a la agencia Efe su ex portavoz, el comandante Edgardo L¨®pez Grimaldo, pero el principal objetivo de la Invasi¨®n, la captura de Noriega, no ha sido logrado. "La operaci¨®n no terminar¨¢ hasta que Noriega caiga", declar¨® una fuente norteamericana.
"Conozco bien a Noriega y se equivocan los gringos si creen que lo van a coger pronto", asegur¨® a su vez L¨®pez Grimaldo, quien a?adi¨® que el general tiene una gran "capacidad de aclaptaci¨®n, que le sirve para "sumergirse en el mundo subterr¨¢neo de la resistencia".
Ayer hubo insistentes rumores de que el general, de 51 a?os, hab¨ªa sido entregado a los norteamericanos en el norte del pa¨ªs por una de sus propias unidades militares, pero el portavoz del Pent¨¢gono, Pete Williams, dijo que "eso, simplemente, no es verdad".
Operaci¨®n secreta fracasada
Por otra parte, seg¨²n revel¨® ayer The Washinpon Post, comandos norte americanos lanzaron una operaci¨®n secreta varias horas antes del inicio de la invasi¨®n en la madrugada del mi¨¦rcoles con el objetivo de capturar a Noriega. Los comandos, informa Carlos Mendo, irrumpieron simult¨¢neamente en tres pretendidos escondites y en una base militar paname?a donde un Boeing 707 se encontraba aparentemente dispuesto a sacar al general del pa¨ªs. Noriega eludi¨® la captura, pero los comandos se apoderaron del avi¨®n. despues de sufrir varias bajas.
Entretanto, y seg¨²n declaraciones posteriores hechas por el general Thurman en la madrugada de ayer a la cadena de televisi¨®n ABC, las fuerzas paname?as que luchaban en Col¨®n, la segunda ciudad del pa¨ªs, y en David, capital de la provincia de Chiriqu¨ª fronteriza con Costa Rica, se rindieron a los norteamericanos en la noche del viernes privando al general Noriega de los contingentes necesarios para iniciar una guerra de guerrillas contra las tropas norteamericanas.
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