Poeta, pensionista y de M¨¢laga
Soy de M¨¢laga, poeta y pensionista, tres desgracias para los tiempos que corren, eclipsadas ante las muchas que han vivido m¨¢s paisanos en 26 interminables d¨ªas de lluvias, riadas, muerte y destrucci¨®n atroz de hogares, enseres y medios de vida (forjados letra a letra, plazo a plazo, sacrificio a sacrificio), p¨¦rdidas de muebles, ropas, recuerdos y a?oranzas conseguidos a golpe de privaciones, prescindiendo del caf¨¦ en la calle de Larios o de la copa dom¨ªnguera en el rastrillo de Martiricos.Desde la estrechez raqu¨ªtica de mi pensi¨®n, me figuro a los vecinos del barrio de la Trinidad acosturritrados a, todos los dolores, a todas, las penas, inenos a la de ver sus casas de la calle de Jaboneros, Zamorano, Carril, convertidas en escombros por la acci¨®n - a veces cruel- de la naturaleza.
Me duelen mis cempa?eros de la calle Ancha, Malplea, Ortigosa o callejones del Perchel, como los a?os cuarenta, como los a?os cincuenta, con el agua del Guadalmedir¨ªa subierido alocada por la,sescaleras de sus casas, entrando vilmente ]:)or las ventanas de visillo y celos¨ªa de sus viviendas.
?Qu¨¦ habr¨¢ sido de mis arnigos de la carretera de C¨¢diz, del Bulto, del Arroyo del Cuarto? ?Qu¨¦ de sus hijos, de sus nietos, de sus casillas hechas con carbonilla del tren y cal de Antequera ... ?
Mientras, yo y otros como
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yo, desde la butaca y el mando a distancia, impasibles, ajenos, a lo m¨¢s que hemos llegado es a efectuar una llamada a los familiares y a esperar que Charo Pascual vaya dando mejor pron¨®stico.
Desde la hospitalidad de su diario lanzo mi grito de ayuda, de apoyo, de decir "yo tambi¨¦n he perdido algo de? bienestar de mi gente, porque al sufrir ellos he sufrido yo; tambi¨¦n he perdido algo de mi techo, de mi casa, de mi familia; en cada muerte se ha desgarrado una rama m¨¢s del tronco de mi dolor humano y andaluz, su dolor ha sido el nudo apretando mi garganta con cicatrices de tanto trago amargo; cada escuela anegada, cada pupitre arrastrado por las aguas era el pupitre donde me apoyaba para escribir mis poemas de desesperaci¨®n".
Desde su hospitalidad pido a los poetas, cantantes, m¨²sicos, actores, intelectuales, etc¨¦tera, nacidos en M¨¢laga: vamos a unirnos, vamos a ir a la plaza de la Merced, a la acera de la Marina o donde ellos quieran, pero vamos a ir a M¨¢laga, para que sepan que nosotros hemos perdido con ellos parte de nuestras casas, de nuestros seres queridos, de nuestra propia vida; les vamos a decir que s¨®lo hemos ganado m¨¢s dolor, m¨¢s desesperaci¨®n al no estar con ellos aquellos d¨ªas -con el agua al cuello- ayudando a los ni?os de los Asperones, a los viejos del Perchel, a los compa?eros trabajadores de la vega baja del r¨ªo Guadalhorce.- Antonio Mu?oz Fr¨ªas.
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