Mart¨ªnez Somalo, probable secretario de Estado vaticano
El cardenal espa?ol Eduardo Mart¨ªnez Somalo podr¨ªa ser nombrado secretario de Estado vaticano en sustituci¨®n de Agostino Casaroli, si se cumplen los insistentes rumores que se registran en la curia. Algunas fuentes vaticanas se?alan que el cardenal Casaroli estar¨ªa dispuesto a dimitir de su actual cargo de n¨²mero dos de la Iglesia cat¨®lica.
Casaroli ha sido en estos a?os el hombre clave de la ostpolitik, el personaje m¨¢s apreciado y escuchado en los reg¨ªmenes comunistas del Este y fiel servidor del Papa polaco, aunque de mentalidad muy diferente a la suya. El actual secretario de Estado dejar¨ªa su cargo dentro de pocos meses tras haber cumplido los 75 a?os, edad en la que los eclesi¨¢sticos renuncian a sus cargos, seg¨²n los reglamentos de la curia.Existe controversia, sin embargo, en este caso sobre si un puesto de la envergadura de secretario de Estado debe someterse a la edad can¨®nica que rige para los cargos eclesi¨¢sticos. Por otra parte, el propio Juan Pablo II dijo en p¨²blico el a?o pasado, y ante Casaroli, que quer¨ªa tenerle a su lado "mientras la providencia se lo permitiera". No obstante, se dice que Casaroli desea dar ejemplo retir¨¢ndose.
En la decisi¨®n de Casaroli influir¨¢ sin duda la cada vez mayor dificultad que encuentra para acompa?ar al Papa en los frecuentes viajes al extranjero. Y no s¨®lo son los viajes, sino tambi¨¦n su presencia en las numerosas reuniones, ceremonias y actos p¨²blicos que como secretario de Estado tiene que hacer en los pa¨ªses visitados. Esta actividad se traduce en una verdadera marat¨®n y, adem¨¢s, "sin gloria", como al parecer coment¨® una vez Casaroli con su especial humor.
Dif¨ªcil papeleta
En relaci¨®n con la sustituci¨®n de Casaroli al frente de la Secretar¨ªa de Estado, Juan Pablo II se encuentra con una dif¨ªcil papeleta. Encontrar un personaje del prestigio, la experiencia y la finura diplom¨¢tica de Casaroli se considera casi imposible. Dicho cargo gusta no s¨®lo a los italianos, sino a muchos otros pa¨ªses, entre ellos Francia, que ya tuvo con Pablo VI al cardenal Villot como secretario de Estado.Hay quien mantiene, en c¨ªrculos cercanos al Vaticano, que el candidato puede ser un personaje neutro, que no pertenezca ni a las dos grandes potencias ni a los pa¨ªses del Este, ni siquiera a Alemania. Adem¨¢s, deber¨¢ ser un personaje que conozca bien el dif¨ªcil engranaje y nomenklatura de la curia romana. Y al mismo tiempo ser persona de total confianza del Papa y llevarse bien con el sustituto de la Secretar¨ªa del Estado, el n¨²mero tres del Vaticano.
Seg¨²n se insiste en la curia, el cardenal espa?ol Mart¨ªnez Somalo re¨²ne todas estas condiciones. Porque, adem¨¢s de pertenecer a una naci¨®n no conflictiva, goz¨® siempre, y sigue haci¨¦ndolo, de la confianza ¨ªntima de Juan Pablo II. En este sentido, puede decirse que el nuevo sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, Giovanni Re, es una criatura hecha a la medida de Juan Pablo II.
La candidatura de Mart¨ªnez Somalo contar¨ªa tambi¨¦n con la ventaja de ser un secretario de Estado de habla castellana ante celebraciones como el V Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica. Adem¨¢s, el espa?ol ha sido nuncio en aquel continente y no har¨ªa, se dice en la curia, ning¨²n mal papel.
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