El 'mini-boom' y los caminos del 'Fantasy'
Se multiplican las colecciones y todo apunta a un auge sin precedentes de este tipo de literatura
Los directores de colecci¨®n de fantas¨ªa consultados por este diario coinciden en se?alar la existencia de un mini-boom del g¨¦nero. El lector medio en Espa?a es adolescente, se?alan, y los productos con m¨¢s ¨¦xito son los de Timun Mas. El volumen y ritmo de publicaci¨®n de esta editorial, que elige t¨ªtulos de gran venta en el mundo anglosaj¨®n, superan con mucho a los de las otras. Timun Mas inici¨® su colecci¨®n de fantas¨ªa en 1987 con los libros de Dragonlance, extensiones de juegos de tablero y rol. Apoyada en el ¨¦xito de estas obras se ha lanzado a publicar otras largas series: Pendragon, El tapiz de Fionavar, La espada de Joram, ?ndigo, Cr¨®nicas de Belgarath o Reinos olvidados.
Para Miquel Barcel¨®, asesor de Nova Fantas¨ªa, la coleeci¨®n de Ediciones B, el auge del g¨¦nero se explica, entre otros motivos sociol¨®gicos, por el milenarismoy la falta de ideas religiosas de la juventud. "La fantas¨ªa reconduce toda una serie de contenidos m¨ªticos, numinosos, trascendentales, que vienen a satisfacer una carencia", dice. Para Alejo Cuervo, director de la colecci¨®n de Mart¨ªnez Roca, "la fantas¨ªa recicla todas las mitolog¨ªas; hoy d¨ªa los propios Eddas pueden ser leidos como fantas¨ªa ¨¦pica y hay j¨®venes aficionados que se llevan de m¨ª librer¨ªa [Gigamesh, el ¨²nico comercio de Barcelona especializado en narrativa fant¨¢stica] el Beowulf o Los Nibelungos".Cuervo considera que la ficci¨®n cient¨ªfica cl¨¢sica (Asimov, Heinlein, Clarke) "fracas¨® en su aspiraci¨®n ingenua de proporcionar las estrellas a los hombres, su visi¨®n tranquilizadora de un futuro asumible no es plausible y la gente se ha lanzado a otro g¨¦nero que proporciona m¨¢s evasi¨®n y de manera m¨¢s gratificante, sin el engorro de la ciencia". Para Llu¨ªs Salvador, director de la ne¨®fita colecci¨®n de narrativa fant¨¢stica de Ediciones del Blanco Sat¨¦n, que incluir¨¢. obras de fantas¨ªa moderna adem¨¢s de cl¨¢sicos como Dunsany, "el despegue de la fantas¨ªa no es ajeno al hecho de que EE UU haya tirado el programa espacial a la basura; guarda relaci¨®n asimismo con el inter¨¦s por el ecologismo y las culturas de los pa¨ªses ex¨®ticos".
El director de colecciones de Mart¨ªnez Roca cree que no se puede juzgar el g¨¦nero desde el punto de vista del lector medio y del producto medio, "lo que arrojar¨ªa una calificaci¨®n de inmadurez para el mismo", y Barcel¨® recuerda aquella frase de Theodore Sturgeon cuando le se?alaron los infames textos que hab¨ªa producido la ficci¨®n cient¨ªfica: "El 90 % de todo es basura", dijo.
"Aplicando la denominada ley de Sturgeon a, por ejemplo, la ¨²roducci¨®n norte americana de un a?o, de unos 250 t¨ªtulos, se salvan 25. El problema es saber elegirlos".
"Trabajar con la etiqueta de g¨¦nero tiene sus ventajas e inconvenientes", dice Cuervo, sirve para identificar y vender el producto, pero tambi¨¦n te encuentras en las manos con cosas n.o encajonables". "Tienes la seguridad de que hay 3.000 o 4.000 aficionados que te comprar¨¢n cualquier cosa", se?ala Barcel¨®, "aunque tambi¨¦n un mont¨®n que ni se acercar¨¢ porque considerar¨¢ siempre lo que publiques como parte de un g¨¦nero menor; sin embargo, las obras de fantas¨ªa salen mejor del ghetto que las de ficci¨®n cient¨ªfica: ah¨ª esta el caso de El se?or de los anillos". En Espa?a lo normal es tirar entre 3.000 y 5.000 ejemplares. Timun Mas hace tiradas mucho m¨¢s altas.
"En este mercado, la trilog¨ªa vende m¨¢s que la obra ¨²nica, y la novela voluminosa m¨¢s que el relato; moraleja: la gente quiere rollo y series", indica Cuervo. "Eso se debe posiblemente a que as¨ª se evita el esfuerzo de entrar en un mundo nuevo cada vez y eso explica por qu¨¦, en general, todo lo que aparece es muy poco novedoso y se da muy mascado con t¨¦cnicas de best seller. En todo el mundo est¨¢n muriendo las colecciones de bolsillo y de r¨²stica del g¨¦nero:la gente prefiere fomato grande y una buena presentaci¨®n."
"Vivimos un mini-boom del g¨¦nero", dice Domingo Santos, responsable de la colecci¨®n Etiqueta Futura, de Ediciones J¨²car, en la que se est¨¢n publicando varias obras claramente de fantas¨ªa, y de las dos colecciones especializadas de Ultramar (Erotic Fantas¨ªa y, la nueva, Fantas¨ªa). "Minotauro abri¨® camino con Tolkien, Timun Mas ha despertado later¨¦s con sus series de dragones y, mazmorras Y los editores se han apuntado al ver el ¨¦xito de! g¨¦nero; yo no s¨¦ si esto tendr¨¢ continuidad o no ser¨¢ m¨¢s que una moda; en EE UU llevan m¨¢s de 10 a?os, pero se ve ya una decadencia, un encasillamiento: lees cinco novelas y son la misma." Esta misma opini¨®n fue expresada recientemente por Michael Moorcock.
Ser resoensable de la edici¨®n en Espa?a de los libros de Gor, de John Norman, una especie de sadomasoquismo ¨¦pico no arredra a Santos: "Argument¨¦ que en EE UU ten¨ªan mucho ¨¦xito, aunque reconozco que la iniciativa tiene sus peligros".
Santos lanza (en Erotic Fantas¨ªa) una nueva serie, producto nacional del seud¨®n¨ªmo Nomanor, cuyo primer tomo, La leyenda del dios insecto, presenta la siguiente sinopsis (muy indicativa de otros caminos del g¨¦nero): "Las hermosas v¨ªrgenes eran ofrecidas en pagano sacrificio al dios insecto; Kuhal no pod¨ªa permitirlo".
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