La rocambolesca detenci¨®n del matrimonio Ceaucescu
El diario franc¨¦s Lib¨¦ration revel¨® ayer un nuevo episodio de la detenci¨®n del matrimonio Ceaucescu, contado a uno de sus enviados especiales en Ruman¨ªa por el obrero Nicolae Petrisor, tomado como reh¨¦n por la Securitate para ayudarles en su huida.En sus declaraciones al periodista franc¨¦s Jean Hatzfeld, Petrisor explic¨® c¨®mo el viernes 22 de diciembre, a la una de la tarde, fue detenido en la regi¨®n de Tirgoviste por un miembro de la Securitate que, tras pedirle gasolina, introdujo en su coche Dacia negro al dirigente rumano y a su esposa, Elena.
Seg¨²n su relato, Elena Ceaucescu, sentada en la parte posterior del veh¨ªculo, justo detr¨¢s de ¨¦l, le apunt¨® en la nuca con una pistola en varias ocasiones, para obligarle a tomar un rumbo determinado en busca de un lugar seguro donde refugiarse.
Ceaucescu y su esposa hab¨ªan tenido que abandonar un primer veh¨ªculo utilizado en su huida al ser localizados y difundir la radio su descripci¨®n.
Tras intentar refugiarse sin ¨¦xito en diferentes edificios, casas o centros del partido comunista local, a la salida de una f¨¢brica que Ceaucescu cre¨ªa conocer bien y donde los vigilantes y trabajadores le llamaron asesino e intentaron detenerle, Ceaucescu perdi¨® el control y se ech¨® a llorar, explic¨® Petrisor.
Viaje definitivo
Este viaje, definitivo para la pareja rumana, que hab¨ªa descendido del helic¨®ptero en que intentaba huir por razones que a¨²n se desconocen, concluy¨® de noche, cuando al pasar por el Centro de Protecci¨®n de Plantas de la localidad el dictador orden¨® a su chofer-reh¨¦n que pidiese ayuda.
Cuando Petrisor entr¨® en la sala donde la televisi¨®n reun¨ªa a los habitantes del lugar ya se hab¨ªa informado de la detenci¨®n de los Ceaucescu, y en un primer momento nadie crey¨® que estaban en el veh¨ªculo de este trabajador.
El visible estado de tensi¨®n en que se encontraba Petrisor le ayud¨® a convencerles de la verdad , y, ¨¦l, Ceaucescu y su esposa fueron detenidos y encerrados en un despacho mientras se alertaba al Ej¨¦rcito. Los habitantes de Tirgoviste est¨¢n convencidos de que el Ej¨¦rcito los traslad¨® al cuartel de la estaci¨®n, ya que poco despu¨¦s, hacia las nueve de la noche, se produjo all¨ª un intenso combate con miembros de ¨¦lite de la Securitate.
Pero este cap¨ªtulo falta a¨²n por concretar, puesto que, seg¨²n afirma Lib¨¦ration, en Ruman¨ªa corren varias versiones. Seg¨²n la primera, los Ceaucescu fueron juzgados y ejecutados en ese mismo cuartel y ese mismo d¨ªa. Sin embargo, a?ade, seg¨²n fuentes del Ministerio de Defensa, todo ocurri¨® en Bucarest.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.