Solidaridad, rabia e impotencia

J. C., Los sindicatos mineros volvieron a referirse, en esta segunda jornada de paro general de 24 horas, a la rabia y a la impotencia como sentimientos predominantes, junto con el de la solidaridad, en el colectivo minero asturiano por los sucesivos accidentes laborales ocurridos en los ¨²ltimos d¨ªas.

Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa y Antonio Gonz¨¢lez Hevia, secretarios generales del SOMA-UGT y CC OO, respectivamente, ped¨ªan, minutos antes de presentar denuncia contra Hunosa y Expenor, "mayor control y vigilancia del cumplimiento de la normativa vigente; un cambio en la cultura empresarial, que extreme las inversiones en medidas preventivas, equipamiento y modernizaci¨®n de las explotaciones, y no atienda exclusivamente a la obtenci¨®n de beneficios o a la mejora de la producci¨®n; el desarrollo de un plan de formaci¨®n de los trabajadores y el reforzamiento de las funciones atribuidas a los sindicatos y a la figura del delegado minero de seguridad, atribuy¨¦ndole la prerrogativa de poder paralizar una labor si la estima peligrosa".

Los 26 mineros fallecidos en 1989 en el interior de las minas asturianas han reactivado un ¨ªndice de siniestralidad que hab¨ªa descendido sensiblemente en los ¨²ltimos cinco a?os. Frente a los 36 mineros muertos en 1985 en el Principado, s¨®lo 13 perdieron la vida en 1986, 11 en 1987 y 19 en 1988.

Los sindicatos hablan de carencia de suficientes medidas de seguridad. En la Administraci¨®n se recuerdan, en cambio, los esfuerzos realizados en ese sentido y se advierte que la miner¨ªa tiene un riesgo inherente a su propia condici¨®n de trabajo subterr¨¢neo. S¨®lo en Hunosa, la primera empresa minera del pa¨ªs, propiedad del INI, se contabilizaron el a?o pasado inversiones en seguridad por un monto de 2.500 millones de pesetas. Con 18.000 trabajadores, 900 kil¨®metros de galer¨ªas y 23 explotaciones, en 1989 han perdido la vida en las instalaciones de esta empresa 20 de los 26 mineros fallecidos en Asturias.

En medios de la Administraci¨®n se advierte tambi¨¦n que en los seis primeros meses de 1989, y con las mismas medidas de seguridad que en el segundo semestre, perdieron la vida en Asturias s¨®lo seis mineros. Factores de muy diverso tipo confluyen en la siniestralidad de las minas. En medios oficiales se apunta que la mayor incidencia de accidentes corresponde al verano, los ¨²ltimos meses del a?o y los viernes.

Las mismas fuentes recuerdan que entre las v¨ªctimas mortales de 1989 figuran dos ingenieros t¨¦cnicos, encargados precisamente de la seguridad de los pozos.

Los derrabes (desprendimientos de mineral), la ca¨ªda de cesteros y los siniestros causados por maquinaria son los tipos de accidentes mineros m¨¢s frecuentes actualmente