El mosaico de la locura
La transformaci¨®n de la atenci¨®n psiqui¨¢trica camina con paso desigual y una queja com¨²n: la falta de recursos alternativosEl man¨ªaco de Barbastro y los ni?os cosidos a tiros en Badajoz recientemente por un joven perturbado que obedec¨ªa a unas voces alucinadas han actualizado el debate sobre la reforma psiqui¨¢trica espa?ola, pese a que se conviene en que los locos son menos agresivos que el resto de la poblaci¨®n. Urdida all¨¢ por 1985 e iniciada antes en algunos lugares, el redefinimiento de la atenci¨®n psiqui¨¢trica camina con paso desigual en el pa¨ªs. Casi un lustro despu¨¦s hay menos manicomios, m¨¢s atenci¨®n en hospitales generales y en centros de salud. Todo con un reparto desigual, seg¨²n la diligencia de cada comunidad aut¨®noma para organizarse. Hay una queja com¨²n: faltan recursos sociales, como pisos protegidos, peque?as residencias y comunidades terap¨¦uticas, alternativas a la in¨²til marginaci¨®n manicomial.
"Con una adecuaci¨®n de la red de salud mental", opina C¨¦sar Mendo, miembro de la progresista Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Salud P¨²blica (FADSP), psiquiatra de una unidad de salud mental de C¨¢ceres, quiz¨¢ Jos¨¦ Ventura no hubiera cosido a tiros a tres ni?os en un barrio de Badajoz siguendo las ¨®rdenes de voces que s¨®lo ¨¦l o¨ªa. En una d¨¦cada, Extremadura ha conseguido tener cinco redes paralelas de atenci¨®n psiqui¨¢trica -una m¨¢s que en 1979- sin coordinaci¨®n entre s¨ª y menos neuropsiquiatras que entonces. Hay menos locos en sus dos manicomios, pero la comunidad ostenta todo un r¨¦cord de camas asilares: 1.291 para un mill¨®n de habitantes, mientras que s¨®lo tiene 16 camas para enfermos agudos. "Es la no-reforma", asegura Mendo.El loco es menos peligroso que los no etiquetados as¨ª. En eso casi todos -m¨¦dicos y familiares- est¨¢n de acuerdo. Lo que ocurre es que cuando del¨ªn que, es m¨¢s brutal y m¨¢s bizarro A Alicia Roig, presidenta de la Comisi¨®n de Derechos Humanos y Legislaci¨®n de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa (AEN) le enerva que la prensa se haga eco de los actos delictivos cometidos por los enfermos mentales. "Hay Infinitos m¨¢s caso de cuerdos que cometen delitos"
En Extremadura coexisten dos redes paralelas de Insalud (unidades de salud mental y neuropsiquiatras), manicomios de las diputaciones, servicios de atenci¨®n de la Junta de Extremadura y otros del Instituto Nacional de Servicios Sociales. Por su puesto, los extreme?os no saben lo que es eso de un Plan de Salud Mental, que ya tienen 10 comunidades.
Si al otro extremo del espectro est¨¢ Asturias, citada por todos como comunidad pionera en la reforma, cabe decir que la Espa?a psiqui¨¢trica es un gran mosaico que se mueve entre uno y otro extremo, una casa de locos donde todo est¨¢ a medio hacer, seg¨²n los especialistas. Todos coinciden tambi¨¦n, gestores incluidos, en que faltan recursos asistenciales.
Pautas para cambiar
La pauta la dio una comisi¨®n ministerial que, en 1985, elabor¨® los mandamientos para la reforma. La Ley General de Sanidad sigui¨® sus pasos. Razones hist¨®ricas llevaron a este pa¨ªs, en los albores de los 80 a poseer varias redes de asistencia psiqui¨¢trica incomunicadas entre s¨ª -y del resto de las especialidades-, manicomios de las diputaciones desperdigados por todas las provincias, y una desigual asistencia primaria. En t¨¦rminos generales, la reforma buscaba integrar la atenci¨®n psiqui¨¢trica en los hospitales generales y en la asistenc¨ªa primaria -unidades multidisciplinarias de salud mental-,abandonar los manicomios por alienantes e in¨²tiles y rehabilitar al en¨ªbrmo de forma m¨¢s o menos controlada, buscando su reinserci¨®n mediante servicios m¨¦dicos y sociales.
En el a?o en que se difundi¨® aquel documento, casi la mitad -45%- de los asilados en las 37.000 camas manicomiales -22.910 de las diputacionesque hab¨ªa en Espa?a no eran enfermos ps¨ªquicos. Ten¨ªan problemas de otro orden, generalmente sociales. La mitad de los internos llevaban recluidos m¨¢s de 30 a?os. Su vida era el manicomio. Cinco a?os mas tarde existen 16.293 camas ps¨ªqui¨¢tricas p¨²blicas en 48 manicomios, -sin contar Andaluc¨ªa, que es la comunidad que m¨¢s camas ha perdido, y el Pa¨ªs Vasco- Existen 415 centros de salud mental, 92 unidades de atenci¨®n de agudos en los hospitales p¨²blicos y 187 alojam¨ªentos protegidos, segun datos fragmentarios de la Administraci¨®n que no incluyen el Pa¨ªs Vasco. Tambi¨¦n se han incrementado los m¨¦dicos en formaci¨®n.
Por otro lado, el Instituto Nacional de la Salud (Insalud) empieza este a?o con la promesa de extender las unidades de salud mental -un psiquiatra, un psic¨®logo, un ATS y un asistente Social- a toda la poblaci¨®n cuyas competencias en sanidad no han sido transferidas. Ahora, entre un 30% y un 40% de estos usuarios est¨¢ atendido por el neuropsiquiatra, una suerte de m¨¦dico de ambulatorio a extinguir. Jos¨¦ Luis Ortega, adjunto al director general del Insalud, asegura que se ha multiplicado por 12 el gasto en salud mental, sin contar los f¨¢rmacos. El Insalud ha firmado convenios para la reforma ps¨ªqui¨¢trica con todas las comun¨ªdades, menos Extremadura y Baleares.
El motor de Madrid
"Es como si el motor no tuviera todas las piezas para funcionar bien", dice sobre la reforma en Madrid el psiquiatra Diego Fi guera. Como facultativo de una unidad de salud mental de la zona norte, -existen 32 centros-, est¨¢ desbordado de tra bajo: atiende consultas externas, resuelve problemas sociales, lucha por hacer psicoterapias en medio de la demanda asistencial, cubre las guardias en el hospital psiqui¨¢trico y atiende requer¨ª mientos judiciales. En su distrito uno de los 34 en que se divide la comunidad, coexisten varias re des de atenci¨®n. Madrid es el pa radigma del mosaico espa?ol Unas zonas, que incluyen casi un mill¨®n y medio de habitantes, han integrado todas las redes de atenci¨®n a la salud mental y otras no. Cinco distritos, entre ellos el castizo barrio de La Latina, ni siquiera tienen un centro.
Luis Prieto, responsable re gional de los servicios de salud mental, reconoce, entre otros fa llos, que en Madrid faltan camas para enfermos agudos -hay 417, 8,5 por 100.000 habitantes, repartidas de forma irregularque s¨®lo han aumentado en 14 en los ¨²ltimos a?os. Margarita Henkel, representante de los familiares de enfermos, asegura que el plan "no se cumplir¨¢ hasta el 2000". Muchos facultativos se quejan de de scoordinaci¨®n.
En Valencia, la reforma psiqui¨¢trica se in ici¨® en 1986. Numerosos psiquiatras consultados coinciden en afirmar que la situacion actual, tras un primer momento de esperanza, es de retroceso. Dos de los tres psiqui¨¢tricos que existen han sido clausurados.
El manicomio de B¨¦tera, en el que en la actualidad permanecen recluidos 240 enfermos, destina cada a?o para la asistencia psiqui¨¢trica 1.750 millones de pesetas. All¨ª, en a?os anteriores, ha habido m¨¢s de 1.500 personas internadas. Un total de 550 personas, muchas de las cuales han pasado parte de su vida en los manicomios, residen actualmente en pisos tutelados por la Diputaci¨®n Provincial de Valencia, informa Amparo Hern¨¢ndez.
La Diputaci¨®n de Barcelona es la instituci¨®n que gestiona la mayor parte de la red psiqui¨¢trica de Catalu?a, al concentrarse en esta provincia la mayor parte de la poblaci¨®n y de los recursos, informa Milagros P¨¦rez Oliva Este organismo aprob¨® en 1981 el plan de reforma de la asistencia psiqui¨¢trica. Se han reducido camas en manicomios y no se ha creado ning¨²n nuevo servicio de psiquiatr¨ªa en los hospitales de la Seguridad Social. Habr¨ªa que doblar los hospitales de d¨ªa y los pisos asistidos, seg¨²n estimaciones de la propia Administraci¨®n, y las unidades de salud mental son claramente insuficientes.
El presupuesto destinado a psiquiatr¨ªa ha crecido muy por debajo de las necesidades. En 1984 la Diputaci¨®n de Barcelona destin¨® 2.642 millones de pesetas al funcionamiento de sus manicomios. En 1989 el presupuesto ,total era de 4.778 millones.
Litigios en Catalu?a
La Generalitat se niega a asumir los centros psiqui¨¢tricos, porque la Diputaci¨®n se niega a traspasarle la partida de 5.000 millones que ahora destina a psiquiatr¨ªa. La Diputaci¨®n ha amenazado por tres veces consecutivas con dejar de pagar la asistencia. La situaci¨®n de descapitalizaci¨®n y carencias lleg¨® la primavera pasada a un extremo insostenible. Los centros concertados, que prestan el 80% de la asistencia, defensores a ultranza de la reforma, amenazaron con un plante si la Diputaci¨®n no aumentaba los conciertos y si no se garantizaba a largo plazo la pervivencia de la reforma. La Diputaci¨®n accedi¨® finalmente a incrementar los conciertos y la Generalitat se ha avenido, para calmar los ¨¢nimos, a contribuir econ¨®micamente a la red que atiende a 50.000 enfermos anuales.
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