'Perestroika'
Ma?ana habr¨¢ una manifestaci¨®n en Madrid en contra de la presencia, de la omnipotencia y de la impertinencia de los estadounidenses en Centroam¨¦rIca, y a m¨ª me parece que en esto somos como esos albaneses o cubanos que se disponen a echarse a la calle para reclamar la llegada de la perestroika tambi¨¦n al territorio en el que viven. Claro est¨¢ que no hay comparaci¨®n posible en el nivel de riesgo, porque a los manifestantes cubanos o albaneses les pueden hacer la permanente con metralla, mientras que el mayor peligro que corren los participantes de ma?ana es el de quedarse roncos de gritar, pongo por caso. Pero en el fondo las reivindicaciones son complementarias, paralelas; porque Estados Unidos es nuestro territorio, nuestro imperio, y, por desgracia, a¨²n no nos ha llegado la perestroika.Por mucho que los reg¨ªmenes totalitarios cantaran fren¨¦ticas loas a la grandeza socialista, cerraran herm¨¦ticamente las fronteras y encarcelaran a todo aquel que pensaba de modo distinto, no fueron capaces de evitar que sus ciudadanos desearan salir corriendo hacia Occidente. C¨®mo relumbraban, frente a tanta miseria f¨ªsica y moral, las libertades individuales que goz¨¢bamos en nuestro bloque, autique luego tuvi¨¦ramos unos cuantos pobres y unos cuantos muertos escondidos debajo de? pico de la alfombra. Era la sonrisa de buen chico de John Wayne frente al rictus del energ¨²meno sovi¨¦tico.
Pero hete aqu¨ª que ahora los muros interiores se han ca¨ªdo. Que los pa¨ªses del Este evolucionan, sacan la porquer¨ªa a la superficie y se autocritican con fiereza. Y, mientras tanto, en Occidente continuamos atrincherados en los antiguos vicios.
a prepotencia imperialista se mantiene intacta y los mendigos se nos est¨¢n pudriendo debajo del felpudo -el hedor que despiden es ya asfixiante- ?Nosotros tambi¨¦n queremos perestroika! Si esto sigue as¨ª, acabaremos pidiendo asilo pol¨ªtico en el Este.
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