Lafontaine, el Napole¨®n del Sarre
J. M. MART? FONT "El Napole¨®n del Sarre", "demagogo antialem¨¢n", "tramposo". Durante la pasada semana, cuando se perfilaba el triunfo arrollador de Oskar Lafontaine en el Sarre, el partido del canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), el democristiano Helmut Kohl, agot¨® los ep¨ªtetos para descalificar al virtual candidato socialdem¨®crata a la jefatura del Gobierno de Bonn, el pr¨®ximo diciembre. Consumada la ruina democristiana, los pol¨ªticos de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU) mantienen las descalificaciones y consideran que su triunfo en el peque?o land del sur no puede extrapolarse.Los hombres de Kohl -porque de ellos s¨®lo se trata, ya que sus compa?eros de coalici¨®n, los liberales de Hans Dietrich-Gensher, ya han dejado entrever que est¨¢n dispuestos a saltar de nuevo de un tren a otro- olvidan que de aqu¨ª a las elecciones generales van a sucederse, por lo menos, cuatro primarias, si se aplica -aunque el t¨¦rmino no corresponde exactamente- la terminolog¨ªa de la campa?a electoral estadounidense. En este sentido, las elecciones regionales del Sarre no han sido m¨¢s que la primera y su aut¨¦ntico valor est¨¢ en que han confirmado que el Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD) no tiene ni mucho menos la batalla perdida, y segundo, que Lafontaine es el mejor candidato para desbancar a Kohl.
La batalla entre Kohl y Lafontaine promete ser ¨¦pica. El robusto canciller, un pol¨ªtico populista que se dirige siempre a la sensibilidad de sus votantes, lo ha tenido hasta ahora bastante f¨¢cil ante el sector m¨ªstico del SPD, del que el aburrido Vogel es el mejor ejemplo. Ahora se va a encontrar frente a otro populista, pero de una clase totalmente distinta a la suya. A la bonhomie de Kohl se va a enfrentar un casi meridional, educado en los jesuitas, r¨¢pido, pol¨¦mico, incisivo y ambicioso. La ret¨®rica pangermanista del canciller va a ser bombardeada por un programa preciso, que incide directamente en los programas sociales, como la vivienda, seguridad social o empleo.
A esto hay que a?adir el elemento interalem¨¢n. Los socialdem¨®cratas se destacan cada vez m¨¢s como la fuerza mejor organizada para hacerse con el poder en Berl¨ªn Este el pr¨®ximo 18 de marzo. Ayer, el secretario general de la CDU, Volker Ruhe, expres¨® su malestar y el de su partido por el adelanto de las elecciones en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), mostrando al mismo tiempo su desconcierto e irritaci¨®n por la ofensiva socialdem¨®crata. Para Ruhe, el adelanto de las elecciones es "una sucia maniobra, un compl¨® entre los comunistas y los socialdem¨®cratas", para que en la RDA sigan gobernando "los mismos".
A mediados de mayo llegar¨¢n las terceras primarias, las elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia y Baja Sajonia. En el Rin, la zona m¨¢s poblada de la RFA y feudo socialdem¨®crata, Johannes Rau -que fuera el ¨²ltimo candidato del SPD a la Canciller¨ªa- tiene casi asegurada su reelecci¨®n ante el ministro de Trabajo, Nobert Bl¨¹m. En Baja Sajonia, donde el democristiano Ernest Albrecht gobierna con tan s¨®lo un esca?o de margen, y a quien se acusa de haber olvidado los asuntos locales para jugar a la gran pol¨ªtica en Bonn, tiene un formidable adversario en el candidato del SPD, Gerhard Schoeder.
En las pr¨®ximas primarias de octubre en Baviera, donde los socios locales del partido de Kohl, la Uni¨®n Social Cristiana (CSU), han gobernado sin oposici¨®n durante todos los a?os en que Strauss dominaba completamente la escena pol¨ªtica, tambi¨¦n pintan bastos para los conservadores. No quiere esto decir que Kohl est¨¦ ya derrotado. Al canciller, h¨¢bil pol¨ªtico, le quedan muchas cartas por jugar. Incluida una visita a Gorbachov de la que puede surgir el definitivo visto bueno sovi¨¦tico para la reunificaci¨®n alemana.
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