Pendientes de un ¨®vulo
La donaci¨®n de ovocitos permite la maternidad a mujeres sin ovarios o con menopausias precoces
El pasado 23 de enero, en el hospital Cl¨ªnico de Valencia, una mujer de 29 a?os dio a luz un beb¨¦ que pes¨® al nacer 3.150 gramos. El hecho no tendr¨ªa: nada de particular si no fuera porque a la madre le extirparon los ovarios en 1985. Otra paciente, sometida a fertilizaci¨®n in vitro, don¨® desinteresadamente sus ¨®vulos. El programa de donaci¨®n de ovocitos del citado centro sanitario, que coordina Antonio Pellicer, permite tambi¨¦n que mujeres con menopausias precoces o trastornos gen¨¦ticos puedan ser mam¨¢s. En la actualidad, 30 pacientes esperan la donaci¨®n de ovocitos.
A A. V. J. le extirparon los ovarios a ra¨ªz de la aparici¨®n de m¨²ltiples quistes. En 1985, fecha de la intervenci¨®n, su fertilidad parec¨ªa definitivamente truncada. El d¨ªa 23 de enero de este a?o tras un embarazo que se desarroll¨® con normalidad, la mujer pari¨® a su hijo, Sergio, en el hospital Cl¨ªnico de Valencia, primer centro p¨²blico en el que se registra un caso similar. Con los tres ¨®vulos donados por una paciente, inseminados con el semen de su marido, se obtuvieron dos embriones que se injertaron en su ¨²tero el pasado mes de mayo."La gestaci¨®n fue mantenida inicialmente con progesterona, hormona que produce el ovario durante el primer trimestre del embarazo", se?ala Antonio Pellicer, profesor de Obstetricia y Ginecolog¨ªa, de 34 a?os, y coordinador de la Unidad de Reproducci¨®n Asistida del mencionado hospital. "A partir del tercer mes", prosigue, "la placenta, que act¨²a de forma aut¨®noma, permite el desarrollo del embarazo con normalidad". La mujer fue dada de alta d¨ªas atr¨¢s.
La donaci¨®n de ovocitos posibilita la maternidad a mujeres en las que los ovarios dejan de realizar su funci¨®n antes de lo que se considera normal, como en el caso de las menopausias precoces, o j¨®venes con fallo ov¨¢rico desde la pubertad. Tambi¨¦n, en pacientes con trastornos gen¨¦ticos -que abortan espont¨¢neamente al quedar pre?adas. Otro ejemplo, menos frecuente, seg¨²n Pellicer, lo constituyen las j¨®venes sometidas a tratamientos de radioterap¨ªa durante la adolescencia.
Anestesia local
La extracci¨®n de ovocitos precisa de una intervenci¨®n quir¨²rgica que se realiza con anestesia local, mediante una t¨¦cnica denominada de punci¨®n transvaginal con ultrasonidos. Todas las mujeres pueden donar sus ¨®vulos, seg¨²n el m¨¦dico valenciano. "Aunque, como en cualquier donaci¨®n, primero se comprueba que la persona no padezca ninguna enfermedad", matiza. Sin embargo, las consideradas verdaderas donantes conforman tres grupos bien diferenciados. "Numerosas mujeres, familiares o amigas die las pacientes, se ofrecen voluntariamente para donar sus ¨®vulos", comenta. "Sin embargo", matiza el profesor, "la Ley de Reproducci¨®n Asistida de noviembre de 1988 obliga a mantener el anonimato del donante, por lo que nos vemos obligados a rechazar su colaboraci¨®n". Pellicer se muestra de acuerdo con la normativa, "ya que evita todas las situaciones conflictivas que origine el conocimiento de ambas mujeres, la receptora y la donante".
El segundo caso lo integran pacientes sometidas a las t¨¦cnicas de fertilizaci¨®n in vitro del hospital Cl¨ªnico. "En el momento en el que les extraemos ovocitos, mediante la estimulaci¨®n de ovarios, en cantidades superiores a las realmente necesitadas, solicitamos su autorizaci¨®n para que donen los que precisa otra paciente.
Finalmente, el tercer grupo lo constituyen las mujeres a las que se les practica una ligadura tub¨¢rica". Estas pacientes se muestran muy reticientes a colaborar S¨®lo una de cada seis acepta la propuesta, seg¨²n los datos del hospital Cl¨ªnico. "La mayor¨ªa que ya ha sido madre, viene al hospital a solucionar su problema particular y no se preocupa de lo que puede significar para otra mujer la maternidad. A ello se une el miedo a lo desconocido".
Falta de solidaridad
Antonio Pellicer resalta la falta de solidaridad por parte de las mujeres. Lo atribuye, entre otras razones, al desconocimiento de esta t¨¦cnica que muestra la mayor¨ªa de las pacientes que acude a su unidad. "De la misma forma que existen bancos de semen tendr¨ªa que haberlos de ovocitos", asegura.
Las 30 mujeres que en la actualidad esperan la donaci¨®n de ovocitos, dentro del programa del hospital Cl¨ªnico, siguen un tratamiento especial que consiste en provocarles la menstruaci¨®n mensual mediante el uso de estr¨®genos y progesterona, las dos hormonas que produce mayor?tariamente el ovario en condiciones normales. La ficha individual de cada una de ellas permite conocer, en el momento de la donaci¨®n, cu¨¢l atraviesa el ciclo menstrual en el momento adecuado para implantar el embri¨®n, como suceci¨® con la paciente sin ovarios.
El programa de donaci¨®n de ovocitos se inici¨® en 1988. El mismo equipo que dirige Antonio Pellicer logr¨®, en 1985, el nacimiento del primer beb¨¦ por fertilizaci¨®n in vitro en un hospital p¨²blico esp¨¢?ol. Desde aquella fecha, han nacido cerca de cien niflos en el mencionado centro sanitario.
"Parece que las mujeres que desean tener hijos y no pueden constituyan un grupo peque?o, pero nuestra experiencia nos confirma que el problema afecta a muchas parejas". "La donaci¨®n de ovocitos", dice, "es una t¨¦cnica empleada por los hospitales considerados punteros en las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida".
"Si no tienes hijos, te consideran una in¨²til"
A las nueve de la ma?ana de ayer, cuatro mujeres acudieron puntualmente, como cada d¨ªa, al hospital Cl¨ªnico de Valencia. Incluidas en el programa de donaci¨®n de ovocitos, esperan pacientemente su oportunidad para ser madres.Las cuatro, con edades entre los 28 y 38 a?os, sufren menopausia precoz. Amparo, de 38 a?os, reconoce que "venir todas los d¨ªas para seguir el tratamiento resulta muy duro. Aunque peor es la presi¨®n constante a las que nos somete la familia, las personas conocidas y, en general, la sociedad", afirma tajante.
"La gente se pasa el d¨ªa pregunt¨¢ndonos por qu¨¦ no tenemos hijos y, encima, nos hacen culpables por nuestra esterilidad", asegura. Francisca, de 39 a?os, como sus tres compa?eras, est¨¢ casada. "Se sufre much¨ªsimo por no poder parir", se?ala. "La gente no tiene ni idea de lo que puede significar para una mujer desear quedarse pre?ada y no tener posibilidad de ello,".
Intenta desde 1985 que la donaci¨®n de ovocitos de otra mujer le permita su sue?o dorado. Pendiente tambi¨¦n de la posible adopci¨®n de un ni?o, afirma "Para nosotras es importante que todo este tipo de t¨¦cnicas se difundan y se toleren". Sobre la tolerancia, Consuelo dice que "la misma gente que rechaza el aborto critica los intentos que realizan las mujeres para conseguir un embarazo". En su opini¨®n, "cada mujer debe hacer lo que crea conveniente. Yo quiero parir, pero puede que otras personas, no. Las dos opciones son leg¨ªtimas".
Ocultar el problema
Las cuatro mujeres asienten a todo cuando dice cada una de ellas. As¨ª, cuando Amparo califica a la sociedad de "terriblemente mala", Consuelo relata su ejemplo: "Vivo en un pueblo peque?o y prefiero que los vecinos no se enteren de mi situaci¨®n".
Las pacientes coinciden en asegurar que muchas mujeres ocultan el problema por verguenza. Francisca a?ade: "Tanto si quieres ser madre, como si no, el papel de las mujeres siempre se cuestiona". A excepci¨®n de esta ¨²ltima, ninguna se plantea la adopci¨®n como salida. Los tr¨¢mites burocr¨¢ticos y la dificultad para conseguir un ni?o reci¨¦n nacido las ha desanimado.,"Adem¨¢s, en mi caso", apunta Amparo, "mi marido no se muestra favorable. Prefiere que intentemos ser pap¨¢s de esta farma".
El nacimiento del primer beb¨¦ ha generado un optimismo visible. "Atraviesas momentos muy amargos en los que te planteas desistir", dice Consuelo. "Pero cuando vimos al peque?o pensamos que si la mujer era madre, nosotras tambi¨¦n podemos tener la misma suerte".
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