La guerra del agua.
La puesta en marcha de la presa turca de Ataturk desata en la zona la lucha por el control del agua
Cuando una compuerta de 40 toneladas de hormig¨®n cay¨® y puso en marcha, el mes pasado, la presa turca de Ataturk, el cauce del r¨ªo ?ufrates se redujo a un hilillo. El corte de agua permitir¨¢ a los turcos llenar un pantano y transformar parte de las resecas llanuras de la antigua Mesopotamia en f¨¦rtiles. Sin embargo, la presa ha dejado a los vecinos del r¨ªo abajo m¨¢s secos que nunca, y hay que recalcar que en Oriente Pr¨®ximo el agua se ha convertido en el recurso m¨¢s preciado y la escasez asegura una dura lucha por sus derechos.
Las turbinas de la presa comenzar¨¢n a girar en mayo de 1991, generando cantidad de electricidad para el sudeste de Anatolia, una de las regiones m¨¢s pobres de Turqu¨ªa. Un a?o despu¨¦s, el agua brotar¨¢ de un t¨²nel de 52 kil¨®metros pr¨®ximo a la ciudad de Sanliurfa, y muy poco despu¨¦s el desierto deber¨¢ florecer con albaricoques, melocotones, berenjenas y pepinos. La famosa cosecha local de pistachos se duplicar¨¢ y los campesinos, que viven en aldeas con casas de adobe, deber¨ªan prosperar.Siria est¨¢ recibiendo actualmente el 25% de su suministro normal del agua del ?ufrates, pero Iraq, r¨ªo abajo, recibe menos todav¨ªa que eso. Los funcionarios turcos dicen que tendr¨¢n que repetir el procedimiento dos veces m¨¢s en esta d¨¦cada. "En todos estos pa¨ªses ¨¢ridos", dice Asit K. Biswas, presidente de la Asociaci¨®n Internacional de Recursos Acu¨ªferos, con sede en Illinois (EE.UU), "el agua es finita. La poblaci¨®n sigue aumentando. En alg¨²n momento, no habr¨¢ suficiente".
Casi por todas partes se pueden observar se?ales de la escasez. El uso del agua procedente del r¨ªo Jord¨¢n est¨¢ controlada por una serie de acuerdos negociados cuidadosamente entre Jordania e Israel. Despu¨¦s de tres a?os consecutivos de sequ¨ªa, Israel est¨¢ considerando un plan para comprar millones de metros c¨²bicos de agua potable a Turqu¨ªa y enviarlos Mediterr¨¢neo abajo en grandes barcazas de pl¨¢stico. Elias Salameh, profesor en el Centro de Estudios e Investigaci¨®n de Agua en la universidad de Jordania, advierte: "El agua va a determinar el futuro de Oriente Medio. Para el a?o 2010 necesitaremos el doble de la que tenemos ahora".
La presa de Ataturk es la pieza central de los esfuerzos turcos por asegurarse un suministro adecuado. El proyecto masivo de 22 pantanos, que debe estar terminado en el a?o 2005, irrigar¨¢ unos 10.400 kil¨®metros cuadrados de tierra y producir¨¢ 27.000 millones de kilowatios/hora de electricidad al a?o. Tambi¨¦n reducir¨¢ finalmente en un tercio el flujo del ?ufrates en Siria e Iraq. Los dos pa¨ªses se preocupan por la posibilidad de que el agua sea utilizada como instrumento de influencia pol¨ªtica, aunque el presidente turco Turgut Ozal alega que Ankara "nunca utilizar¨¢ el agua para coaccionar o amenazar".
R¨ªo abajo, r¨ªo arriba
La ley internacional no obliga a las naciones a compartir el agua de los r¨ªos, as¨ª que los pa¨ªses que est¨¢n r¨ªo abajo est¨¢n a merced de los pa¨ªses de r¨ªo arriba. Desde 1987 Turqu¨ªa cuenta con un protocolo para suministrar a Siria 500 metros c¨²bicos de agua del ?ufrates por segundo. Para cumplir con este compromiso durante la construcci¨®n de este mes, Turqu¨ªa manifiesta que con anterioridad dej¨® salir agua extra para permitir a sus vecinos acumular reservas. Pero no existen garant¨ªas de que lo volviera a hacer en per¨ªodo de sequ¨ªa. Seg¨²n se reduzca la cantidad de agua del ?ufrates, tambi¨¦n se ir¨¢ deteriorando su calidad, dado que los turcos piensan utilizar parte de ella en plantas industriales.No obstante, dado que Siria e Iraq todav¨ªa no est¨¢n explotando al m¨¢ximo el agua disponible del ?ufrates, ambos pa¨ªses cuentan todav¨ªa con un margen de maniobra. Otros pa¨ªses de Oriente Medio se ven m¨¢s forzados. El agua del r¨ªo Jord¨¢n, por ejemplo, est¨¢ distribuida tan cuidadosamente seg¨²n dice un analista occidental, "que las delegaciones de Israel y Jordania estaban empezando a discutir por el tama?o de un banco de arena". El r¨ªo est¨¢ siendo utilizado con exceso de forma cr¨®nica y como resultado, el nivel del Mar Muerto en su desembocadura, est¨¢ bajando progresivamente.
La salinidad creciente y la disminuci¨®n de recursos acu¨ªferos han impulsado a Libia a desarrollar un gran plan para salvar su amenazada agricultura costera. El proyecto de 25.000 millones de d¨®lares del gran r¨ªo hecho por el hombre sacar¨¢ agua de las profundidades del desierto y la llevar¨¢ hasta el Mediterr¨¢neo, a cientos de millas del lugar. Pero dado que son aguas f¨®siles que no son rellenables, los pozos se secar¨¢n alg¨²n d¨ªa.
"El aprovisionamiento de esas fuentes constituye miner¨ªa acu¨ªfera, extracciones ¨²nicas de una reserva no renovable", dice Sandra Postel, del Worldwatch Institute de Washington. Arabia Saud¨ª, sin ning¨²n r¨ªo importante, depende de pozos similares para el 90% de su irrigaci¨®n. Al igual que Libia, podr¨ªa encontrarse con una poblaci¨®n creciente dependiente de un suministro de agua en disminuci¨®n progresiva.
Los egipcios descubrieron el peligro de las fuentes de agua imprevisibles cuando el nivel del Nilo baj¨® hasta un punto cr¨ªtico en 1988. Egipto tuvo que estudiar el cierre de la planta hidroel¨¦ctrica de la presa del Alto Asu¨¢n, que genera pr¨¢cticamente el 50% de la electricidad del pa¨ªs, para evitar que se estropearan las aspas de las turbinas con los sedimentos. Las inundaciones de Sud¨¢n hicieron innecesario el cierre, pero los funcionarios se vieron obligados a prever una p¨¦rdida potencial.
Quiz¨¢ la situaci¨®n m¨¢s cr¨ªtica de la regi¨®n hoy en d¨ªa sea la de la franja de Gaza ocupada por los israel¨ªes, donde una poblaci¨®n cercana a las 700.000 personas sufre una aguda escasez de agua. El uso intensivo de los pozos para regar, as¨ª como los alcantarillados abiertos que penetran en las aguas subterr¨¢neas, han consumido y contaminado gran parte de las reservas acu¨ªferas. El comisionado del agua de Israel, Tsemach Yishai, dice: "La situaci¨®n es una cat¨¢strofe".
Explosi¨®n demogr¨¢fica
Las naciones desesperadamente secas han considerado soluciones tan radicales como remolcar icebergs desde la Ant¨¢rtida en demanda de agua.Hay esperanzas en las nuevas t¨¦cnicas de regad¨ªo y de tratamiento de aguas residuales que son ricas en nutrientes agr¨ªcolas. Pero la respuesta puede estar en la limitaci¨®n r¨ªgida del crecimiento. La lucha que tendr¨¢ lugar en Oriente Medio por el agua puede proporcionar la primera advertencia seria de que, en algunas ¨¢reas, la explosi¨®n demogr¨¢fica ha llegado demasiado lejos.
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