Ruggero Raimondi

Entre el rodaje de la pel¨ªcula Boris Godunov y la participaci¨®n, con Abbado, el pr¨®ximo mes de junio en Viena en Don Giovanni, ¨®pera que llambi¨¦n llev¨® al cine con Losey, Ruggero Raimondi se ha permitido un capricho para celebrar sus 25 a?os de carrera: realizar una gira con arias de ¨®pera rusa e italiana por Par¨ªs, Arnsterdam, Bruselas, Londres, Edimburgo, Roma, Mil¨¢n, Mosc¨² y Leningrado, entre otras ciudades. El lunes actu¨® en el teatro Arriaga, de Bilbao, y esta tarde lo hace en el Auditorio Nacional de Madrid. Ruggero Raimondi, nacido en Bolonia hace 49 a?os y casado con la bilba¨ªna Isabel Maier, a la que conoci¨® haciendo de comparsa en Bilbao, ha incorporado a su repertorio algunos personajes de origen espa?ol: Don Quijote, Felipe II, Escamillo...Para Ruggero Raimondi es preferente la elecci¨®n de los personajes con los que se siente identificado a la propia m¨²sica. "Trato de interpretar desde un punto de vista humano, por eso amo los personajes que sufren; permiten m¨¢s matices y profundidad". Tanto lleg¨® a compenetrarse con Boris Godunov que en su primera representaci¨®n se desmay¨® en escena al representar la muerte del zar. Ahora los siente tambi¨¦n cinematogr¨¢ficamente. En el s¨¦ptimo arte ha trabajado con Rosi, Resnais, Zulawski, Losey y Zefirelli, entre otros.

"Hacer de la ¨®pera un filme es costoso. Permite una divulgaci¨®n a p¨²blicos no habituales, pero los mel¨®manos lo suelen rechazar. Las recaudaciones, salvo raras excepciones, son escasas. Es una operaci¨®n buena desde el punto de vista cultural, no desde el econ¨®mico".

Pregunta, preocupado, Raimondi por las colas de la exposici¨®n de Vel¨¢zquez, por la hora m¨¢s conveniente de visita. "Me levantar¨¦ a las ocho", dice, mientras se interesa tambi¨¦n por las exposiciones varias en la Academia de Bellas Artes. Y, por supuesto, por ir de tapas. "El jam¨®n y los pescaditos fritos son placer de dioses".