Un cl¨¢sico en su isla solitaria
Es un gal¨¦s enjuto, de 47 a?os, que en 1966 fund¨® la Velvet Underground junto a Lou Reed e impresion¨® vivamente a Andy Warhol. Antes hab¨ªa realizado en el conservatorio estudios cl¨¢sicos de viola y piano, y tras abandonar la Velvet con dos discos como equipaje colabor¨® con Iannis Xenakis, Aaron Copland, LaMonte Young, Terry Riley, Brian Eno, The Stooges, Patti Smith, Nico y John Cage, entre muchos otros. Todo esto es historia del rock, una joven historia que apenas tiene 36 a?os, y est¨¢ en cualquier enciclopedia.John Cale pertenece por derecho propio a esta historia. La permanencia y validez actual de los planteamientos musicales de la Velvet Underground, y su fidelidad a un esp¨ªritu inspirado en la independencia, convierten a Cale en un cl¨¢sico de la m¨²sica popular de nuestros d¨ªas, por su capacidad de caminar sobre el agua de la moda y la intemporalidad de sus composiciones.
John Cale
John Cale (voz, piano, guitarra ac¨²stica y teclado). Sala Universal Club. Madrid, 6 de febrero.
Las canciones de John Cale son sencillas, compuestas en tonos mayores y con austeridad arm¨®nica. Como instrumentista no es ning¨²n virtuoso y su voz tampoco es un prodigio de facultades t¨¦cnicas. Solo en el escenario vestido de negro, con el ¨²nico acompa?amiento de su piano o su guitarra, en sus conciertos no existe lo superfluo, ni lo gratuito ni lo convencional.
Su radical enfrentamiento a los planteamientos que actualmente dominan en el rock se tradujo en su actuaci¨®n en Madrid -donde inici¨® una gira espa?ola que le llevar¨¢ tambi¨¦n a Bilbao, San Sebasti¨¢n y Barcelona- en una absoluta desnudez musical en un esquematismo a ultranza y en una sorprendente ausencia de concesiones a la galer¨ªa.
En esta desnudez, esquematismo, ausencia de concesiones y alejamiento de lo superfluo, gratuito y convencional, es donde reside el atractivo principal de John Cale. Avalado y respaldado por eso, tan buscado y tan dif¨ªcil de alcanzar, que se llama carisma, John Cale es un artista privilegiado que puede desarrollar lo que para la mayor¨ªa est¨¢ vedado: la creaci¨®n individual al margen de todo y de todos. Consciente de que enfrente ten¨ªa a un francotirador de la m¨²sica, sin empe?o en disimular nada, el p¨²blico tampoco reclam¨® lo que a otros exige y asisti¨®, impert¨¦rrito en su mayor¨ªa, a un concierto duro, ¨¢spero y mon¨®tono. Dif¨ªcil y sencillo. ?nico.
La trayectoria musical de John Cale, su capacidad de permanencia y su pureza para enlazar y dar sentido a lo m¨¢s fundamental de las diferentes etapas de la historia de la m¨²sica popular, convierten a este m¨²sico en un punto de referencia fundamental por su amor a la independencia. En un buscador de esencias que se pasea por encima del tiempo, de espaldas al qu¨¦ dir¨¢n. En un cl¨¢sico en su isla solitaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.