Paco Llorente resolvi¨® en el estadio Carranza
El Madrid cerr¨® anoche en C¨¢diz su paso a la final. Un gol de Paco Llorente, conseguido a cuatro minutos del t¨¦rmino del partido, ser¨¢, a buen seguro, renta suficiente para los madridistas en el encuentro del Bernab¨¦u. El C¨¢diz, a pesar (de la derrota, realiz¨® un buen encuentro, dispuso de tres claras ocasiones de gol y fren¨® al Madrid con un equipo plagado de suplentes. S¨®lo las intervenciones de Buyo a disparos de Gonz¨¢lez y Romo impidieron que el conjunto de David Vidal se llevara un empate meritorio, que supondr¨ªa una inc¨®gnita en la eliminatoria.El encuentro comenz¨® con decepci¨®n en las alineaciones. El Madrid y el C¨¢diz saltaron al Carranza con cinco suplentes por bando, m¨¢s a¨²n el conjunto de Vidal, que, adem¨¢s, incluy¨® en el once titular a jugadores con escasa continuidad durante la temporada. Para ser una semifinal de la Copa, o muy claro lo ten¨ªan ambos t¨¦cnicos de que el finalista ser¨ªa el Madrid o poco respeto a la competici¨®n demostraba la sentada de banquillo que, por ejemplo, Toshack hizo pasar a Mart¨ªn V¨¢zquez o Michel.
El Madrid intent¨® resolver en la primera media hora. As¨ª, imprimi¨® al partido un fuerte ritmo y Butrague?o y Losada, principalmente, dispusieron de varias ocasiones de gol ante la meta de Szendrei. El C¨¢diz tardaba en acoplarse sobre el terreno y en fijar sus marcas. Pero el Madrid no aprovech¨® el desconcierto inicial gaditano.
La primera intervenci¨®n de Gonz¨¢lez, sobrepasado el minuto 30, despert¨® a su equipo del letargo e hizo reaccionar a la grada, temerosa a¨²n de que el l¨ªder de la Liga pudiera pasar como una apisonadora por el maltrecho c¨¦sped. M¨¢gico se situ¨® de medio centro en su equipo, quiz¨¢ algo m¨¢s adelantado de esa posici¨®n, y desde all¨ª lanz¨® un pase preciso sobre S¨¢nchez Pose que ¨¦ste no alcanz¨® por cent¨ªmetros. Fue suficiente para que el C¨¢diz se sacudiera el dominio madridista y comenzase al alternar el control del centro del campo.
La primera mitad finalizaba con un C¨¢diz tuteando al l¨ªder levantando ol¨¦s de las gradas, y con una ocasi¨®n de Montero, que puso en apuros a Buyo con un disparo lejano que roz¨® el poste izquierdo del cancerbero madridista.
El C¨¢diz entr¨® en la caseta convencido de que el partido pod¨ªa ganarse. Con esa mentalidad sali¨® en la segunda mitad. Pero la ambici¨®n final por la victoria le llev¨® a una derrota algo m¨¢s que injusta.
Por entonces, el centro del campo era propiedad del n¨²mero 11 cadista. Gonz¨¢lez hizo vibrar a la afici¨®n como hac¨ªa tiempo no se recordaba en La Tacita de Plata. El salvadore?o dirig¨ªa sus escasos e inoperantes efectivos con maestr¨ªa y, de jugar en el otro bando, el Madrid habr¨ªa marcado m¨¢s de un gol. El mago templ¨®, mand¨®, regate¨® incluso hasta a tres contrarios que le acosaban en el c¨ªrculo central y fue capaz de levantar su poblada cabeza para enviar balones al hispano-uruguayo S¨¢nchez Pose o a Quevedo. ?stos eran incapaces de culminar las brillantes jugadas iniciadas por el de El Salvador.
El Madrid supo guardar la ropa en esos momentos, afianz¨® su defensa y jug¨® al empate. Sin embargo, dej¨® tambi¨¦n la velocidad de Llorente y la constancia de Losada para asestar su golpe de gracia final.
Una jugada iniciada por Llorente fue devuelta en pared por el delantero centro a pesar de que la pierna de Losada fue segada por una dura entrada de Linares. La evoluci¨®n fue lo suficientemente perfecta para que Llorente llevase a la red el ¨²nico gol del partido y el finiquito de la eliminatoria copera frente al C¨¢diz.
No s¨®lo el p¨²blico, sino tambi¨¦n la directiva cadista, por el resultado econ¨®mico, se sinti¨® satisfecha a pesar de la derrota. El desquite, el s¨¢bado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.