Ortega y Chamorro aseguran disponer de sondeos que les dan la victoria electoral
La emisora oficial sandinista, La Voz de Nicaragua, va a sortear una casa, un coche y un refrigerador entre los oyentes que estos d¨ªas llaman a la radio para pronosticar "el gran porcentaje" por el que triunfar¨¢ el presidente Daniel Ortega en las elecciones del pr¨®ximo d¨ªa 25. Su principal rival, Violeta Chamorro, recientemente lesionada en una ca¨ªda, recorre el pa¨ªs en andas para empujar a la gente hacia las urnas. Los dos se muestran seguros de la victoria y muy poco dispuestos a aceptar la derrota. Los dos han desautorizado las encuestas que les dan como perdedores, y los dos aseguran disponer de sondeos privados y serios que confirman sus aspiraciones.
La ¨²ltima encuesta, hecha p¨²blica por la cadena de televisi¨®n norteamericana en espa?ol Univisi¨®n, daba a Ortega una ventaja de 12 puntos sobre la propietaria del diario opositor La Prensa. Cifras similares han reflejado otras encuestas recientes, aunque la Uni¨®n Nacional Opositora (UNO), la coalici¨®n que respalda a la viuda de Pedro Joaqu¨ªn Chamorro, afirma que la ejecuci¨®n de sus sondeos est¨¢ manipulada por las autoridades sandinistas. La UNO conf¨ªa m¨¢s en sus propias encuestas, las que se realizan cada d¨ªa en las ciudades por las que pasa su candidata a la presidencia. Con muchos menos medios de transporte y de propaganda que el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN), la oposici¨®n de centro-derecha concentra en cada plaza del pa¨ªs tanta o m¨¢s gente que el poderoso aparato sandinista.La UNO pas¨® su peor momento en el mes de diciembre, cuando Chamorro tuvo que trasladarse a Estados Unidos para ser atendida de la rotura de una pierna. Su viaje, que record¨® a los nicarag¨¹enses la fr¨¢gil salud de la candidata opositora, de 60 a?os de edad, coincidi¨® con el recrudecimiento de las tensiones en el seno de la coalici¨®n, donde conviven distintos sectores del conservadurismo, liberales, socialdem¨®cratas, dem¨®cratas cristianos y hasta marxistas.
'Violetam¨®vil'
Desde su regreso en enero Violeta Chamorro se desplaza para sus actividades a bordo de un autom¨®vil especial al que aqu¨ª se conoce ya como el violetam¨®vil. Desde ¨¦l es trasladada en una silla hasta La tribuna que le sirve de escenario para unos discursos de contenido elemental en los que, con muchos tropiezos y equivocaciones de lectura, promete simplemente que los sandinistas van a volver a sus casas.Tampoco Daniel Ortega es ahora un orador de profundas reflexiones y sentencias hist¨®ricas. Su discurso es sencill¨ªsimo, casi para ni?os. Se limita a decir que no se puede regresar al somocismo y que el FSLN garantiza la paz. Todo esto en un curioso di¨¢logo entre el candidato y los asistentes, a los que invita constantemente a repetir consignas y estribillos. En cada mitin Daniel Ortega tiene que besar a varios beb¨¦s a los que sus padres ponen en peligro en medio de la multitud.
Adem¨¢s, los sandinistas han regalado miles de camisetas, bol¨ªgrafos y gorras con el rostro de Ortega, han llenado el pa¨ªs de banderas y carteles con los colores rojinegro del FSLN. Frente a la campa?a de la UNO, confiada en que su ¨¦xito en las calles se va a traducir en un ¨¦xito en las urnas, el FSLN busca cada voto individualmente.
As¨ª, ha movilizado a 60.000 militantes en busca del voto en todo el pa¨ªs, lo que equivale a que un partido desplegase en Espa?a 750.000 personas en su favor. Cada uno de estos activistas tiene instrucciones de visitar personalmente las casas que le correspondan y obtener informaci¨®n sobre las necesidades de esas familias y sus intenciones de voto. Seg¨²n altos funcionarios del partido, los militantes del Frente iban a dar tres veces la vuelta al pa¨ªs con este sistema.
Durante la campa?a, el Gobierno ha condonado deudas de muchas familias, ha regalado juguetes a los ni?os y, en busca del voto joven, prometieron para el d¨ªa de los enamorados generosos premios para los ganadores de un espectacular concurso de besos en el que contaban con la participaci¨®n de cerca de 30.000 parejas.
Despu¨¦s del incidente del pasado mes de diciembre en Masatepe, donde muri¨® una persona, no se han vuelto a repetir casos destacados de violencia. Incluso la gravedad de los insultos se ha reducido en las ¨²ltimas semanas. Queda, desde luego, una gran pasi¨®n y una enorme incertidumbre sobre unos resultados de los que depende el futuro de este pa¨ªs y de toda Centroam¨¦rica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.