Alfonso Sastre: "El cosmopolitismo me parece reaccionario, y el hombre universal, un horror"
El autor estrena 'Los ¨²ltimos d¨ªas de Emmanuelle Kant...' en el teatro Mar¨ªa Guerrero
El autor Alfonso Sastre, de 63 a?os, se encuentra en Madrid, donde sigue de cerca los ensayos de Los ¨²ltimos d¨ªas de Emmanuelle Kant contados por Ernesto Teodoro Amadeo Hoffmann. La obra, escrita en 1985, se estrenar¨¢, bajo la direcci¨®n de Josefina Molina, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el teatro Mar¨ªa Guerrero. En ella aborda la cuesti¨®n de la vejez y el patetismo de la senilidad, por lo que se aleja de su teatro social de otras ¨¦pocas. No obstante, su vida privada y p¨²blica sigue implicada en lo que ¨¦l denomina la lucha abertzale y el rechazo a la homogeneizaci¨®n del hombre. Afirma que ser hombres universales "es un horror; la idea de cosmopolitismo me parece reaccionaria".
Si a Sastre se le se?ala que hace referencias constantes a la patria y al patriotismo, en un momento en el que se tiende, desde un punto de vista casi planetario, a la universalizaci¨®n del hombre, contesta tajantemente: "El hombre universal es un horror, si existiera ser¨ªa algo espantoso muy parecido a la muerte", y afirma, 1o org¨¢nico y lo vivo se distinguen por una diferenciaci¨®n". Cuando habla de estos aspectos Sastre toma como punto de referencia el concepto f¨ªsico de entrop¨ªa, cada vez m¨¢s utilizado por el mundo de la cultura y del pensamiento: "La vida consiste en unos movimientos de entrop¨ªa negativa, es decir resistencias contra la homogeneizaci¨®n".El autor de Escuadra hacia la muerte piensa que no hay que tener miedo por la diferencia sin dejar demostrar ira por las desigualdades: "Me parece reaccionaria la idea de cosmopolitismo, lo cual no quiere decir que haya una serie de empresas que de hecho exigen, un acuerdo planetario, pero ese acuerdo tendr¨ªa que producirse en base a las diferencias, no elimin¨¢ndolas".
Cuando se le pregunta si en Los ¨²ltimos d¨ªas de la vida de Emmanuelle Kant..., el tema de la vejez lo aborda desde una experiencia personal, por aquello de que ya no es tan joven, comenta que la obra la escribi¨® a los 58 a?os y la ocurrencia de hacerla viene de a?os antes: "Llegu¨¦ a Kant a trav¨¦s de un ensayito que le¨ª de mi admirado Thomas de Quincey, titulado Los ¨²ltimos d¨ªas de Kant". En este libro Quincey hac¨ªa una reflexi¨®n sobre la lectura que hizo del trabajo de Wasiariski -disc¨ªpulo y mano derecha de Kant en la ¨²ltima etapa de su vida y autor, entre otras obras, de El asesiinato considerado como una de las bellas artes- en el que se recog¨ªa, paso a paso, la degradaci¨®n fisica e intelectual que sufri¨® el fil¨®sofo alem¨¢n. "Mi problema era hacer una obra cuyo h¨¦roe apenas se puede mover y apenas puede hablar, y en eso est¨¢ el patetismo y lo intolerable".
Sastre reflexiona sobre la naturaleza: "No soy un adorador de la naturaleza porque me parece un nivel muy problem¨¢tico de la existencia humana y de ning¨²n modo me considero un apologista de lo natural como la residencia de lo ¨®ptimo", y a?ade, "la naturaleza tiene un c¨²mulo de horrores y la lucha por la vida en t¨¦rminos naturales es algo espantososo".
A Sastre le gustar¨ªa poder reflejar en una obra dram¨¢tica al ser humano en su doble aspecto de ser ag¨®nico y ser pr¨¢ctico. "La actividad humana", comenta, "tiene algo de agon¨ªa y de praxis, aspecto ¨¦ste en el que se centraron mucho m¨¢s los marxistas, mientras que en el ag¨®nico los existencialistas".
Sastre, militante del Partido Comunista Espa?ol hasta 1974, tiene esta opini¨®n sobre la caida del socialismo real: "Me parecer¨ªa horrible que la evoluci¨®n de la humanidad hubiera llevado al capitalismo" y se pregunta en voz alta, "?todo para esto?, ?no puede ser!, tiene que haber otra alternativa". ?l piensa en t¨¦rminos teatrales y dice que tan solo ha terminado el primer acto, -"eso s¨ª, mal"-, "pero quedan otros y hay cosas muy buenas e importantes en el comunismo, cosas que no ha conseguido nadie, por lo que no estoy bajo la depresi¨®n de una guerra perdida, sino de una batalla que ha terminado mal y de ello atribuyo a Lenin una gran parte de la responsabilidad".
?Es verdaderamente marginal?. ?l afirma serlo, "porque yo y mi gente no estamos pr¨®ximos a ning¨²n nivel de decisi¨®n. No estoy org¨¢nicamente implicado en la lucha de estos tiempos, soy un observador y un cr¨ªtico". Pero no duda al afirmar que apuesta "decididamente" por "las posiciones de la izquierda patri¨®tica vasca, y mi vinculaci¨®n no org¨¢nica es con Herri Batasuna, a quien por supuesto voto".
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