Polic¨ªas de tebeo
En Arma letal II, una pedestre estulta continuaci¨®n pensada para explotar la vieja f¨®rmula de la pareja de polic¨ªas de diferente origen, Mel Gibson le dice a Danny Glover, resumiendo claramente la qu¨ªmica de la pareja: "T¨² eres negro y yo estoy loco". En Tango y Cash, un eslab¨®n m¨¢s de este fil¨®n, que el cine estadounidense est¨¢ explotando en la actualidad hasta su agotamiento -destino casi natural de tantos subg¨¦neros-, el polic¨ªa Kurt Russell le/se confiesa a su elegante (!) compa?ero de fatigas, el inexpresivo Stallone: "Estamos locos".Esta diferencia de matiz tal vez explique las (m¨ªnimas) divergencias entre estos productos concebidos pr¨¢cticamente de forma an¨¢loga: si Anna letal (y su continuaci¨®n) se situaban a medio camino entre lo inveros¨ªmil y la f¨®rmula rutinaria, pero con toques dram¨¢ticos Tango y Cash, que aparece ahora en los cines espa?oles, da una vuelta m¨¢s al rizo -dos que est¨¢n locos pueden hacer cualquier cosa, est¨¢n legitimados por el lugar com¨²n- y, sin abandonar las convenciones actuales del viejo cine polic¨ªaco -persecuciones, destrucci¨®n de veh¨ªculos y de lo que sea, di¨¢logos cargados de alusiones sexuales, el leit motiv de la droga, un montaje fren¨¦tico, el uso constante de planos cortos con vistas a la explotaci¨®n futura en v¨ªdeo y televisi¨®n-, se apunta decididamente a la comedia, con m¨¢s propiedad, a la parodia. Es imposible no ver as¨ª una pel¨ªcula que, voluntaria o involuntariamente, se pone bajo la advocaci¨®n del comic y de James Bond.
Tango y Cash
Director: Andrei Konchalovsky.Gui¨®n: Randy Feldman. Fotograf¨ªa: Donald Thorin. M¨²sica: Harold Faltermeyer. EE UU, 1989. Int¨¦rpretes Sylvester Stallone, Kurt Russell,Jack Palance, Teri Hatcher, Michael J. Pollardi James Hong. Estreno en Madrid: Aluche, Benlliure, Juan de Austria, Lope de Vega, Novedades 1, Parquesur, Pl¨¦yel.
"Una nena"
No obstante, la materia par¨®dica a que apela el filme no est¨¢ s¨®lo en el g¨¦nero, sino tambi¨¦n en la propia trayectoria profesional de sus actores -en realidad, de uno, el m¨¢s famoso: Rambo Stallone-, de manera que a lo largo de su desarrollo son numerosas las bromas que sobre ella se hacen: "?Qui¨¦n te crees que eres? ?Rambo?", le dice un colega al flem¨¢tico y violento Sylvester Stallone. Y ¨¦ste responde: "Rambo es una nena".En otro momento, Russell, que apela a las posibilidades que Sylvester Stallone tendr¨¢ de hacer gimnasia cuando sea recluido en la c¨¢rcel, nos recuerda el origen del actor como instructor de tal disciplina. O, en fin, cuando ya est¨¢n en la c¨¢rcel, el gui¨®n se empe?ar¨¢ en volver a someter a Stallone a vejaciones similares a las sufridas por su personaje en otro bodrio insigne, Encerrado de John Flynn.
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