L¨®pez Roberts implica a Anastasio en el 'caso Urquijo'
Javier Anastasio, procesado como coautor del asesinato de los marqueses de Urquijo, puso en conocimiento de Mauricio L¨®pez Roberts su implicaci¨®n en los hechos al d¨ªa siguiente de la detenci¨®n de Rafael Escobedo, por la polic¨ªa, seg¨²n admiti¨® el propio L¨®pez Roberts en el juicio iniciado ayer contra ¨¦l en la Audiencia de Madrid. La sorprendente confesi¨®n de L¨®pez Roberts, arrancada casi in extremis por el presidente del tribunal, le sit¨²a en una fr¨¢gil posici¨®n frente a los 11 a?os de prisi¨®n que el fiscal pide para ¨¦l.
Mauricio L¨®pez Roberts, de 47 a?os, se sent¨® ayer en el mismo banquillo que ocup¨® su amigo Rafael Escobedo siete a?os atr¨¢s, frente a un tribunal presidido por F¨¦lix Alfonso Guevara, hijo del magistrado que presidi¨® el primer juicio del caso Urquijo, y fue acusado por el mismo fiscal, Jos¨¦ Antonio Zarzalejos. Fuera de la sala se fueron congregando los hijos de los marqueses, Juan y Miriam; el administrador, Diego Mart¨ªnez Herrera; el mayordomo, Vicente D¨ªaz; los mismos personajes; que en junio de 1983 suscitaron la pasi¨®n de Espa?a entera en torno al proceso a Escobedo. La expectaci¨®n, sin embargo, fue mucho menor ahora, y frente a las colas que entonces comenzaban a formarse de madrugada, ayer ni siquiera se llen¨® la sala.L¨®pez Roberts fue acusado por el fiscal de encubrir a los autores de los asesinatos y de haber tenido noticias de los hechos, tanto por parte de Rafi Escobedo corno por referencias de Javier Anastasio.
Ante el tribunal, L¨®pez Roberts trat¨® de restar importancia a las confidencias de su amigo, desaparecido: "Escobedo contaba muchas cosas. Unas eran verdad y otras no. Yo no cre¨ªa absolutamente todo lo que me dec¨ªa, porque hab¨ªa cambiado su versi¨®n unas 200 veces".
Sin embargo, L¨®pez Roberts dej¨® claro ante el tribunal que Escobedo le confes¨® su participaci¨®n en los asesinatos al menos dos veces antes del juicio. La primera, aproximadamente 15 d¨ªas despu¨¦s de las navidades del a?o 1980 en Madrid. En esa ocasi¨®n, L¨®pez Roberts no le crey¨®, y le dijo: "Siempre est¨¢s con af¨¢n de protagonismo" "Volvi¨® a hablar del tema en Moncalvillo de Huete, 15 d¨ªas antes de que le detuvieran" explic¨®. "Ah¨ª ya habl¨® de la quemadura que se hizo Anastasio al meter la mano por el orificio, a¨²n caliente, de la puerta del chal¨¦ de los UrquijoPr¨¦stamo y viaje
L¨®pez Roberts admiti¨® haber se entrevistado con Anastasio al d¨ªa siguiente de la detenci¨®n de Rafi en la cafeter¨ªa Rocco de Madrid. "Le encontr¨¦ muy preocupado por la detenci¨®n y le aconsej¨¦ que se fuera a Londres, donde estaba su novia para que le consolase. Me dijo que no ten¨ªa dinero, y le prest¨¦ 25.000 pesetas. De saber que Anastasio estaba metido en este tema no se las presto para que se vaya a ning¨²n lado".
L¨®pez Roberts mantuvo casi hasta el final que, en su conversaci¨®n con Anastasio, ,¨¦ste no hizo alusi¨®n a haberse deshecho de una bolsa que conten¨ªa la pistola de los cr¨ªmenes, un martillo, un soplete y una bombona de butano utilizados para entrar en el chal¨¦ de los Urquijo. Sab¨ªa por Rafi que Anastasio se hab¨ªa encargado de deshacerse de estos objetos, pero en la cafeter¨ªa no se lo mencion¨®, "aunque me imagin¨¦ que estaba preocupado por ello".
S¨®lo cuando el presidente del tribunal le hizo ver que hab¨ªa cambiado por cuarta vez su declaraci¨®n, Mauricio L¨®pez Roberts admiti¨®: "Esa noche, en Rocco, Javier habl¨® de su participaci¨®n. Habl¨® de que Rafi le hab¨ªa metido en el l¨ªo porque le hab¨ªa llamado para que tirase la bolsa". "?Y la pistola?", le pregunt¨® el presidente. "La tir¨® a un pantano", respondi¨® L¨®pez Roberts. "?Y cuando a usted le dijo que se hab¨ªa deshecho de la bolsa y de la pistola es cuando usted le sugiri¨® que fuera a consolarse con su novia?", ironiz¨® Guevara.Tirar de la manta
Juan de la Sierra, actual marqu¨¦s de Urquijo, que declar¨® como testigo, se limit¨® a negar que L¨®pez Roberts le hubiese amenazado con "tirar de la manta" si no retiraba la acusaci¨®n privada contra Escobedo en el anterior juicio. De hecho la retir¨®. El inspector de polic¨ªa Jos¨¦ Romero Tamaral describi¨® a L¨®pez Roberts como "un hombre que las primeras veces comparec¨ªa ebrio, pero siempre nos dej¨® clara su amistad con Escobedo y nos dec¨ªa: 'Buscad en el chal¨¦'.
Este polic¨ªa dijo que L¨®pez Roberts no deb¨ªa saber "con absoluta nitidez" lo que ocurri¨®, "pero todo lo que narr¨®, despu¨¦s qued¨® objetivado. La primera persona que dijo que Anastasio tir¨® la pistola al pantano de San Juan fue L¨®pez Roberts. Antes, Rafi hab¨ªa dicho veladamente que el arma pod¨ªa estar en un pantano".
El periodista Mat¨ªas Antol¨ªn habl¨® confusamente de la existencia de dos conspiraciones para asesinar a los Urquijo, urdidas en el pub Claqu¨¦ de Torrelodones. "En una estaban Juan de la Sierra, Javier Anastasio y Rafi. En la otra, Juan de la Sierra y el administrador, Diego Mart¨ªnez Herrera".
Antol¨ªn se refiri¨® tambi¨¦n a que era depositario de un testamento ol¨®grafo de Rafi -que no present¨® ante el tribunal- seg¨²n el cual los autores habr¨ªan sido Juan y Diego.
Sospechosa irrelevancia
La sorpresa de la jornada la ofreci¨® el inspector de polic¨ªa Cayetano Cordero, que estuvo encargado de la investigaci¨®n, al admitir que hab¨ªa roto una declaraci¨®n de Mauricio L¨®pez Roberts, porque, seg¨²n dijo, "su contenido no era relevante, ni aclaraba nada".Tal irrelevancia consist¨ªa en que L¨®pez Roberts hab¨ªa afirmado que Escobedo hab¨ªa encargado a Anastasio que se deshiciese de una bolsa que conten¨ªa una pistola y otros ¨²tiles presuntamente utilizados en el crimen. Asimismo expresaba su convicci¨®n de que otras personas participaron en el asesinato.
El presidente mantuvo un tenso di¨¢logo con el polic¨ªa al mostrarse ¨¦ste renuente a declarar. "Es que es un tema muy largo", arguy¨® Cordero. "No importa, me quedan 20 a?os para jubilarme", replic¨® Guevara.
Cordero indic¨® despu¨¦s que hab¨ªa abandonado la Brigada "por cosas internas de la casa y porque la investigaci¨®n no iba por donde deber¨ªa". Guevara le pidi¨® que se explicase y el polic¨ªa dijo: "Mire usted, yo soy un humilde funcionario..." "Y yo un humilde juez", concluy¨® el presidente.
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