El ministro de Cultura checoslovaco aboga por una Europa que respete la identidad de cada naci¨®n
Milan Lukes calific¨® la unificaci¨®n alemana de "imperativo hist¨®rico"
El ministro de Cultura de Checoslovaquia, Milan Lukes, dijo ayer a este diario en Barcelona: "La unidad europea deber¨ªa estar m¨¢s basada en la cultura com¨²n que en la econom¨ªa o en la pol¨ªtica. Necesitamos una Europa unida que sea respetuosa con la identidad cultural de cada naci¨®n; en este sentido, la din¨¢mica sociopol¨ªtica en el Este ha acelerado de modo muy interesante la din¨¢mica de la unidad europea". Lukes, de 57 a?os, traductor de Shakespeare y director hasta 1989 de la compa?¨ªa dram¨¢tica del Teatro Nacional de Praga, propugn¨® para su pa¨ªs un modelo cultural que no sucumba a cierta cultura de masas occidental", y apoy¨® la unificaci¨®n alemana, calific¨¢ndola de "imperativo hist¨®rico y cultural".
"El papel de la cultura es especialmente importante en el momento actual de Europa y, desde luego, lo es en la situaci¨®n de mi pa¨ªs. Me gustar¨ªa recordar, precisamente ahora, lo que dijo en 1946 el poeta ingl¨¦s T. S. Eliot, que insisti¨® en la necesidad de proteger la cultura europea de los enfrentamientos econ¨®micos e ideol¨®gicos que condujeron al holocausto de la II Guerra Mundial", se?al¨® a este diario el ministro checo.Acerca del papel de los intelectuales, los artistas y las fuerzas de la cultura en los cambios acaecidos en el Este de Europa, Lukes asegur¨®: "Ha sido muy importante, especialmente en mi pa¨ªs, ya que Polonia sufr¨ªa una profunda crisis econ¨®mica que moviliz¨® primero a los obreros y, en Alemania del Este, se daba una crisis pol¨ªtica resultante de la divisi¨®n del pa¨ªs. En Checoslovaquia, fue un modelo de cultura y de organizaci¨®n oficial est¨¦ril y muerta el que hizo crisis. Somos una naci¨®n de una cultura tradicional, con un pasado de situaciones muy avanzadas en este campo; no debe resultar extra?o que fuera la intelligentsia la que iniciara la revoluci¨®n".
'Revoluci¨®n gentil'
La palabra 'revoluci¨®n' aplicada a lo que sucede en Europa del Este tiene, para el ministro de Cultura checo, "un significado variable, seg¨²n el pa¨ªs y el momento; en Checoslovaquia pudo hablarse inicialmente de revoluci¨®n en el sentido de transformaci¨®n y sustituci¨®n de un estado de cosas obsoleto; ahora, por la manera org¨¢nica y pac¨ªfica en que se est¨¢n desarrollando las cosas, hay quien habla de una 'revoluci¨®n gentil', pero el hecho es que ya vivimos una situaci¨®n de transici¨®n m¨¢s parecida a la que experimentaron ustedes en Espa?a que a una revoluci¨®n".
Sin embargo, opina Lukes: "Lo importante es que estamos en un punto de inflexi¨®n hist¨®rico, tal vez el m¨¢s importante del siglo. Los anteriores momentos de cambio fueron, o bien catastr¨®ficos, o bien m¨¢s previsibles, de mayor continuidad respecto a las situaciones anteriores. Ahora, en mi pa¨ªs hemos de establecer una conexi¨®n con lo que era realidad democr¨¢tica y cultura pluralista hace 50 a?os y, al mismo tiempo, imaginar la Europa del futuro".
"En este momento, Checoslovaquia mira m¨¢s bien a Occidente en busca de referencias, lo que no es extra?o, porque en mi pa¨ªs siempre ha habido fuertes lazos de simpat¨ªa hacia Europa Occidental, no s¨®lo con Francia o Inglaterra, sino tambi¨¦n con los pa¨ªses del mundo latino, como Italia o Espa?a. Es cierto que el Este, la URSS, inspira hoy cierta desconfianza en mi pa¨ªs, pero no debemos olvidar que los cambios ocurridos han sido posibles gracias a lo que ha sucedido en la URSS y a lo que ha hecho el se?or Gorbachov. Su valent¨ªa e inteligencia pol¨ªtica al renunciar a la doctrina Breznev [que sosten¨ªa el derecho a intervenir en los pa¨ªses del Este] han posibilitado el car¨¢cter no violento de los cambios en Europa oriental. Ahora, la URSS parece quedarse atr¨¢s, Gorbachov est¨¢ pagando el precio del estalinismo; adem¨¢s, debe haber fuerzas muy poderosas y muy hostiles a sus reformas. A Gorbachov cabe desearle suerte, porque su suerte ser¨¢ la nuestra y la de todo el mundo. No puede haber paz en Europa si no se consolida la perestroika".
La reunificaci¨®n de Alemania es un tema del que Milan Lukes dice: "Debemos pensar en ello fr¨ªamente. Yo estoy de acuerdo con lo que ha dicho el presidente Vaclav Havel en EE UU: que no le asusta una Alemania fuerte: si es una Alemania democr¨¢tica. Como naci¨®n, sentimos que los alemanes tienen pleno derecho a reunificarse, pues viv¨ªan una divisi¨®n antinatural. Creo que es un imperativo hist¨®rico y cultural; tal vez en Polonia sientan m¨¢s recelo, pero si la Alemania unida es democr¨¢tica, no hay por qu¨¦ temerla".
Modelo espiritual
El consumismo y la occidentalizaci¨®n de la cultura en el futuro preocupan en su pa¨ªs igual que a los h¨²ngaros o a, los alemanes del Este, admite el ministro checo: "Sospecho que muchos de mis compatriotas est¨¢n fascinados por el libre acceso al consumismo, pero eso es un peligro. Es la cultura la que debe mantener un modelo espiritual y moral de la naci¨®n. Pienso que no s¨®lo hemos de defender nuestra cultura de los residuos del totalitarismo, sino tambi¨¦n conjurar los peligros de cierta cultura de masas occidental, lo que me lleva a donde empec¨¦: a la necesidad de poner ¨¦nfasis en la cultura europea com¨²n".
Babelia
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