El 'desenganche' sovi¨¦tico provoca el nacimiento de un nacionalismo mongol
Cuando los historiadores escriban la cr¨®nica del imperio sovi¨¦tico, la p¨¢gina 73 del n¨²mero de noviembre de 1989 de Playboy, la revista er¨®tica norteamericana, puede que sea recordada como una peque?a pero significativa piedra angular. Con esa p¨¢gina, Playboy aport¨® su peque?o grano de arena para precipitar la retirada de la influencia sovi¨¦tica de un rinc¨®n distante del bloque sovi¨¦tico.
Cierto es que en Mongolia poca gente habr¨¢ visto alguna vez en su vida un ejemplar de ese n¨²mero crucial. Sin embargo, todo el mundo, y en particular los j¨®venes intelectuales que la pasada semana lanzaron el primer partido de la oposici¨®n de Mongolia, dicen conocerlo.Como cualquier mongol pol¨ªticamente concienciado puede asegurar, fue en Playboy donde Gary Kasparov, el campe¨®n sovi¨¦tico de ajedrez y tambi¨¦n, a los ojos de los mongoles, el portavoz de toda Rusia, hizo una imperdonable afrenta a la dignidad mongol. El origen de su furia fue la sugerencia de Kasparov de que Mosc¨² deber¨ªa vender su m¨¢s antiguo Estado-cliente a China a cambio de dinero para la perestroika.A los mongoles, atrapados entre los dos poderes comunistas m¨¢s grandes del mundo, no les hacen ninguna gracia los chistes sobre su independencia.. Para muchos en Ulan Bator, tales comentarios no s¨®lo representan un ultraje, sino que tambi¨¦n son prueba de lo que siempre sospecharon: los rusos nunca han considerado a Mongolia m¨¢s que como una chucher¨ªa con la que comerciar a voluntad, primero para obtener ventajas militares y ahora por razones econ¨®micas.Servil devoci¨®n
Durante d¨¦cadas, la Uni¨®n Sovi¨¦tica no tuvo un cliente m¨¢s leal. Instalados en el poder por el Ej¨¦rcito rojo en 1921, los gobernantes mongoles pagaron la deuda con servil devoci¨®n, borrando sistem¨¢ticamente cualquier traza de la identidad nacional de Mongolia.Miembros del grupo de oposici¨®n, reciente formado, Uni¨®n Democr¨¢tica Mongol, admiten que su misma existencia se debe a Gorbachov, pero tambien reconocen que el nacionalismo es la ¨²nica opci¨®n seria que se puede oponer a la hegemon¨ªa del partido comunista. Y en un pa¨ªs en el que est¨¢n destacados 50.0.00 soldados sovi¨¦ticos, y otros tantos civiles de la misma nacionalidad, la consolidaci¨®n de un semtimiento nacional solo se puede traducir de una manera: "Russians go home" (Rusos iros a casa). Por ello ese grupo de intelectuales de la oposici¨®n, todos ellos educados en Mosc¨², proponen en su reciente manifiesto la neutralidad del Estado mongol.The Independent-EL PA?S
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