Sexo
Una encuesta realizada este mismo mes por el departamento de Opini¨®n P¨²blica de la universidad de Chicago asegura que el 22% de los norteamericanos sexualmente activos son c¨¦libes a ultranza. A?ade que aunque las mujeres desde?an la virginidad se inclinan por ser castas antes que folladoras, sin que a esa elevada proporci¨®n se le cierre por ello el camino al amor.La encuesta tambi¨¦n revela que existe una tendencia generalizada a reducir los contactos sexuales ocasionales. La monogamia, pues, es la pr¨¢ctica dominante.
Fuera de la pareja, la media fornicadora anual no sobrepasa entre varones el 1,16, mientras que entre mujeres apenas llega a una aventura cada 12 meses. Hay m¨¢s: desde que contrajeron matrimonio, dos terceras partes de las esposas fueron fleles a sus maridos, sin que ellos correspondieran de igual modo. La curva de la infidelidad conyugal, tantos a?os en ascenso, por fin se ha desplomado.
El sondeo desvela asimismo que los matrimonios muy felices practican 75 coitos al a?o, y los menos dichosos lo hacen 43 veces (algo menos de uno a la semana), estando todos ellos absolutamente convencidos de que la frecuencia del acto sexual es el indicador m¨¢s claro de la felicidad de la pareja.
Los soci¨®logos dicen que este retroceso libertino en USA se debe a dos causas principales. La primera, al miedo contagioso al SIDA. La segunda, a la influencia machacona de los televangelistas, que predican lo que en muchos casos no practican ellos mismos: que el pueblo introduzca religiosamente sus genitales en el incensario, entone salmos y haga donativos por correo.
Pero semejante situaci¨®n tiene, seg¨²n los observadores, los d¨ªas contados en un pa¨ªs de extremismos innovadores y alto nivel proteico, donde el culto a la carne humana y a su disfrute horizontal est¨¢ m¨¢s extendido que el miedo a la enfermedad o a la barbacoa eterna.
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