El juez investiga si a se hizo abortar a la mujer muerta en una sesi¨®n de exorcismo
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 8 de Granada investiga si el supuesto ritual exorcista como consecuencia del cual falleci¨® el pasado 1 de febrero Encarnaci¨®n Guardia, de 36 a?os, encubri¨® en realidad el intento de provocar un aborto, si bien no exento de ciertas creencias supersticiosas.
Seg¨²n un informe del forense, citado ayer por el rotativo Granada 2000, la autopsia ha revelado que Encarnaci¨®n Guardia se encontraba en el momento de su muerte embarazada de mes y medio. Familiares de la v¨ªctima manifestaron ayer que desconoc¨ªan este extremo, y que Encarnaci¨®n Guardia, desde que hab¨ªa regresado a Granada cuatro meses antes, procedente de Francia, hab¨ªa tenido sus per¨ªodos de menstruaci¨®n de forma regular. No obstante, se mostraron cautos y apuntaron que por el momento no hab¨ªan recibido ninguna informaci¨®n por parte de los responsables de la investigaci¨®n.Encarnaci¨®n Guardia muri¨® como consecuencia de la cantidad de sodio -250 gramos de sal mezclada con aceite y agua- ingerida durante el ritual exorcista que se celebr¨® en una casa del barrio granadino de El Albaic¨ªn y que dur¨® unas 23 horas.
En la sesi¨®n, oficiada por un individuo llamado Mariano el Pastelero, hab¨ªan participado dos primas de la fallecida y una sobrina. Todos se encuentran encarcelados en la prisi¨®n provincial de Granada. Seg¨²n declararon los inculpados, la finalidad del ritual en el que muri¨® Encarnaci¨®n era "expulsarle un esp¨ªritu" que, seg¨²n ellos, ten¨ªa en el cuerpo, por lo que le hicieron tragar la p¨®cima, aut¨¦ntica causa de la muerte. La v¨ªctima presentaba tambi¨¦n desgarraduras en la vagina y en el ano. Las primas de la fallecida, Enriqueta e Isabel Guardia, se?alaron que "a Encarnaci¨®n se le hizo todo lo que ella pidi¨® por su boca".
Sesi¨®n de espiritismo
Encarnaci¨®n estaba separada y ten¨ªa unos hijos de 18 y 15 a?os. Despu¨¦s de haber trabajado durante los ¨²ltimos a?os en un hotel de Francia, regres¨® a Granada hace unos meses. Diez d¨ªas antes de su muerte hab¨ªa asistido a una sesi¨®n de espiritismo en la misma casa en la que m¨¢s tarde sufrir¨ªa el ritual. Este domicilio, propiedad de sus primas, es, seg¨²n las inculpadas, el que est¨¢ habitado por el esp¨ªritu de un hermano de ¨¦stas, muerto hace tres a?os. Seg¨²n Mar¨ªa Alonso, t¨ªa de Encarnaci¨®n, el esp¨ªritu sol¨ªa manifestarse en la vivienda y acostarse con ella.
Los familiares de la fallecida culpan de todo lo sucedido a Mariano el Pastelero, quien, seg¨²n ellos, "les comi¨® el coco a todas, y las volvi¨® locas". No obstante, otros datos inducen a pensar que la supersticci¨®n sobre el diablo no fue m¨¢s que una mera estratagema para encubrir una pr¨¢ctica de aborto. Un t¨ªo de Encarnaci¨®n Guardia, propietario de la casa de El Albaic¨ªn, requiri¨® un mes antes del suceso la ayuda del p¨¢rroco de la iglesia de El Salvador, Jos¨¦ Montero, para que fuese a la vivienda a echar agua bendita, ya que "hab¨ªa esp¨ªritus". El sacerdote le aconsej¨® que mejor buscase a un psiquiatra. A partir de ese d¨ªa y, hasta la muerte de Encarnaci¨®n, un grupo de familiares no habitual a los oficios religiosos fue a misa diariamente.
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