Espa?a incurri¨® en muchas imprecisiones ante Cuba

Espa?a cerr¨® su participaci¨®n en la primera fase del Campeonato del Mundo A, en Checoslovaquia, con su triunfo m¨¢s amplio de los tres conseguidos en otros tantos partidos, pero con su peor juego. Si a Yugoslavia, la vigente campeona A, y a Islandia, la B, las super¨® por un tanto de diferencia, a Cuba la aventaj¨® en tres. Pero el seleccionador, Javier Garc¨ªa Cuesta, lleg¨® a desesperarse en alguna ocasi¨®n debido a que sus continuos cambios de t¨¢ctica no lograban imprimir a sus jugadores la coordinaci¨®n necesaria.En cualquier caso, el equipo espa?ol concluy¨® como l¨ªder del Grupo C y ahora compartir¨¢ el de Bratislava con sus dos rivales derrotados y los tres primeros del D, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, a la que se opondr¨¢ el d¨ªa 8; la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, el 6, y Polonia, ma?ana (17.30 horas). En ¨¦l partir¨¢ con 4 puntos, como el sovi¨¦tico, mientras que el yugoslavo y el alem¨¢n orienta? lo har¨¢n con 2 y el island¨¦s y el polaco con 0. En el de Ostravajugaran los del A y el B: Suecia, con 4; Hungr¨ªa, con 2, y Francia, con 0, por un lado, y Rumania, con 4; Checoslovaquia, con 2, y Corea del Sur, con 0, por otro.

El portero barcelonista Rico volvi¨® a ser la base del cuadro de Garc¨ªa Cuesta. ?ste pretend¨ªa concederle un merecido descanso ante la siguiente ronda, en la que los vencedores de cada grupo se disputar¨¢n directamente el t¨ªtulo y los segundos el tercer puesto en el podio. Pero hubo de recurrir a ¨¦l a partir del minuto 7, ya que no las ten¨ªa todas consigo dado el desarrollo del encuentro. La salida de Rico coincidi¨® con un penalti en contra. En una estupenda intervenci¨®n, lo detuvo. Desde ese momento, sus compa?eros actuaron ya con cierto orden y no incurrieron en el pasacalles anterior.

De todas formas, Espa?a no tuvo una tarde inspirada. La presi¨®n de Cuba, que pretend¨ªa evitar a toda costa su eliniinaci¨®n, supuso m¨¢s dificultades de las previstas para los balonmanistas de Garc¨ªa Cuesta, cuya mentalidad no era tan fuerte como en los dos encuentros precedentes, ante las potentes Yugoslavia e Islandia. As¨ª, incurrieron en much¨ªsimas imprecisiones tanto en la defensa como en el ataque. El hecho de que se impusieran finalmente fue producto de su mayor peso espec¨ªfico y de las carencias t¨¢cticas de sus adversarios, que se movieron por la pista con m¨¢s ilusi¨®n que cabeza y no daban m¨¢s de s¨ª.