Aylwin: "No debemos engolfarnos en el pasado"
El presidente electo de Chile cree que el Ej¨¦rcito no interferir¨¢ en la vida civil
Aylwin acudi¨® a Montevideo para asistir a las ceremonias de transmisi¨®n del mando presidencial a Jos¨¦ Mar¨ªa Lacalle. En la capital uruguaya, el futuro presidente chileno recibi¨® a un enviado de este peri¨®dico, junto con un redactor del semanario uruguayo B¨²squeda.Pregunta. A la vista de las experiencia de transiciones hacia la democracia en Argentina, Brasil y Uruguay, ?cu¨¢l es la conclusi¨®n fundamental que saca usted?
Respuesta. Yo dir¨ªa que debemos procurar no engolfarnos indefinidamente en los problemas del pasado. Mirar m¨¢s hacia el futuro que a escudri?ar lo que pas¨®. Dejemos a la historia que esclarezca todo y ajuste las cuentas, sin perjuicio de cumplir, en materia de las graves violaciones de los derechos humanos, con un compromiso, que es un deber de conciencia, de esclarecer la verdad.
P. Hace dos meses y medio que sali¨® elegido y la pregunta que le plante¨¢bamos todos era c¨®mo iba a ser la convivencia con Augusto Pinochet. ?Qu¨¦ ha ocurrido?, ?le ha facilitado [Pinochet] el trabajo o le ha obstaculizado?
R. Yo dir¨ªa que la experiencia ha sido buena. Cada cu¨¢l se va colocando en su respectivo lugar. Despu¨¦s de la elecci¨®n uno no sab¨ªa si iba a haber un contacto personal o no. El general Pinochet me envi¨® un saludo y una invitaci¨®n a conversar. Yo concurr¨ª a la Moneda (casa de Gobierno). Nos expresamos con franqueza lo que uno y otro pensamos, pero a la vez con correcci¨®n. Lo cort¨¦s no quita lo valiente. De all¨ª parti¨® todo este proceso de traspaso del mando, ajuste de ciertas leyes que el Gobierno quer¨ªa dictar y con las que nosotros hemos manifestado discrepancia. El Gobierno ha ejercido su autoridad para sacar algunas cosas que no son de nuestro gusto, pero en t¨¦rminos generales ha habido un proceso civilizado de traspaso del poder que me hace tener mucha confianza en que las relaciones futuras van a ser dentro del marco del derecho y que las fuerzas armadas se van a consagrar esencialmente a sus tareas institucionales y no van a pretender interferir en la conducci¨®n pol¨ªtica.
La garant¨ªa de Pinochet
P. Lo que dijo Pinochet cuando se entrevistaron, eso de que ¨¦l es la mejor garant¨ªa de que su gente se va a quedar tranquila, ?le convenci¨®?
R. Bueno... [Se r¨ªe.] Es un modo de decir, expresivo, a mi juicio, de cierta chispa muy chilena, muy criolla, del general. Yo creo que, m¨¢s all¨¢ de su persona, las fuerzas armadas chilenas van a consagrarse a sus tareas profesionales. El gran esfuerzo que tenemos que hacer es restablecer una convivencia arm¨®nica y una colaboraci¨®n entre el mundo civil y el militar.
P. El problema m¨¢s grave que se le va a plantear, sin duda, es la cuesti¨®n de los posibles juicios por cr¨ªmenes cometidos durante la dictadura.
R. As¨ª es.
P. ?No teme usted que vaya a encontrarse con unas madres de la plaza de la Moneda?
R. Los sectores agraviados por las violaciones de derechos humanos reclaman del futuro Gobierno soluci¨®n a su problema, y tenemos un compromiso. No s¨®lo con ellos: con la conciencia moral del pa¨ªs y con el mundo. Lo hemos dicho reiteradas veces. Queremos que se esclarezcan las violaciones a los derechos humanos y que, en la medida de lo posible, se haga justicia. Estamos estudiando f¨®rmulas o modos de proceder que esperamos satisfagan esas exigencias y sin crear nuevos conflictos.
P. Se ha producido recientemente una fuga de presos pol¨ªticos. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre esto?
R. En cierto modo, esta fuga nos va a aliviar parte de la carga. Si la fuga se hubiera producido ,despu¨¦s que yo asumiera, habr¨ªa sido denunciada por los partidarios del actual r¨¦gimen como signo de complicidad. Gracias a Dios, se produjo antes. Nosotros no creemos que mediante la fuga se solucione ning¨²n problema. Pensamos que en Chile existe el tema de los presos pol¨ªticos. Nuestro criterio ha sido que tenemos que distinguir entre presos propiamente pol¨ªticos, por delito de conciencia, asociaci¨®n ?l¨ªcita, ingreso ilegal al pa¨ªs u otras figuras delictivas no violentas, y los cr¨ªmenes, atentados que han significado p¨¦rdidas de vida o lesiones graves. Respecto a los primeros queremos, por las v¨ªas legales adecuadas, otorgar, en el m¨¢s breve plazo, la libertad a todos los presos pol¨ªticos. Respecto a los segundos, presentaremos al Parlamento las reformas necesarias para acelerar los procedimientos judiciales y entregarlos a los tribunales ordinarios y no a los militares, a fin de que haya, en un lapso razonable, decisiones que resuelvan esos problemas y no se alarguen indefinidamente los encarcelamientos.
Delitos de sangre
P. Matar a un carabinero, aunque haya sido durante la dictadura, ?lo siguen considerando un asesinato?
R. Para m¨ª, matar a un hombre es matar a un hombre. Las razones pol¨ªticas, como las pasionales, pueden ser atenuantes de un crimen, pero matar a un hombre es un crimen.
P. A los pa¨ªses vecinos, cuando ven la situaci¨®n econ¨®mica de Chile, se les cae la baba de envidia. Una inflaci¨®n del 24% anual la firmar¨ªan todos los pa¨ªses que les rodean. Se habla incluso de lo bien que lo ha hecho Pinochet. ?Est¨¢ usted dispuesto a seguir el modelo?
R. Hemos sido bien claros. Queremos recoger lo bueno y corregir lo malo. La econom¨ªa chilena tiene aspectos positivos. Las cifras macroecon¨®micas son buenas. Hay estabilidad, la inflaci¨®n es baja, han aumentado las exportaciones. Al mismo tiempo, tenemos problemas bastante serios. Tenemos un endeudamiento de 18.000 millones de d¨®lares [casi dos billones de pesetas], y ese problema no est¨¢ resuelto. Si no tenemos una nueva renegociaci¨®n, el pr¨®ximo a?o mi Gobierno tendr¨ªa que pagar sobre 3.500 millones de d¨®lares [385.000 millones de pesetas] con exportaciones del orden de los 8.000 millones [880.000 millones de pesetas], es decir, el 45% de los ingresos del pa¨ªs tendr¨ªan que ir a pagar deuda. Hay aspectos positivos, pero hay tambi¨¦n aspectos serios, y hay, sobre todo, el aspecto social. El est¨ªmulo al boom econ¨®mico se ha hecho con un coste muy alto para los sectores populares del pa¨ªs. Los trabajadores han sido postergados, las remuneraciones han sido muy bajas, las leyes sociales funcionan en contra de ellos y temas como la atenci¨®n a la salud y la educaci¨®n se han agravado seriamente. Nosotros vamos a mantener una econom¨ªa abierta y competitiva. Vamos a mantener los est¨ªmulos a la reinversi¨®n de capitales. Vamos a mantener los atractivos para la inversi¨®n, pero vamos a introducir algunos cambios que creemos que son perfectamente compatibles con el modelo. Se traducen fundamentalmente en una mayor contribuci¨®n empresarial al gasto social del pa¨ªs, con un ligero aumento del impuesto a las utilidades y con un mecanismo de relaciones entre capital y trabajo m¨¢s equitativo.
Resentimiento fiscal
P. Van a tener que subir los impuestos. ?Usted piensa que la burgues¨ªa lo va a aceptar?
R. Mire, ?es tan razonable lo que estamos planteando! En el mundo desarrollado los impuestos sobre las utilidades [beneficios] de las empresas son del 35% para arriba. En Chile est¨¢n en el 10% y nosotros queremos subirlo a entre el 15% y el 20%. Cualquier capitalista razonable entiende que eso es justo. Y todav¨ªa mantendremos est¨ªmulos a la reinversi¨®n; es decir, este impuesto se rebaja en el caso de que las utilidades no se distribuyan, sino que se capitalicen. Yo creo que el sector empresarial chileno va a responder positivamente.
P. ?No teme usted, presidente, que un deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica lleve a la gente a decir en Chile que con Pinochet se viv¨ªa mejor?
R. Si se produjera un grave deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica, ese riesgo existir¨ªa. Yo conf¨ªo en que no suframos ese grave deterioro. No veo motivos. Los ¨ªndices en este momento -la bolsa, por ejemplo-, los antecedentes sobre expectativas de nuevas inversiones de capital en el pa¨ªs son bastante alentadores. Hay aspectos, en cambio, negativos. El precio del cobre est¨¢ a la baja y cada centavo que baja el precio del cobre son mayores aprietos para la econom¨ªa chilena.
P. ?No es quiz¨¢ ahora Pinochet m¨¢s temible como futuro candidato presidencial que como golpista?
R. Yo le dir¨ªa que s¨ª. Creo que lo que est¨¢ en el esquema de ¨¦l y de la gente m¨¢s cercana a ¨¦l es eso. No es una intervenci¨®n violenta de las fuerzas armadas, sino que, al cabo de cuatro a?os, el Gobierno democr¨¢tico se desprestigie y que, como concecuencia de eso, Pinochet pueda emerger como un candidato a la presidencia que obtenga mayor¨ªa.
P. ?Qu¨¦ valoraci¨®n hace de su primera gira electoral por el pa¨ªs? [Pinochet ha recorrido Chile en una gira de despedida.]
R. ?Ah! Esta gira que ha estado haciendo. Yo creo que ha sido m¨¢s bien negativa para ¨¦l. No creo que en este momento emerja Pinochet como una alternativa pol¨ªtica electoral inmediata. Pero si nosotros realmente fracas¨¢ramos y no fu¨¦ramos capaces de controlar la situaci¨®n econ¨®mica, indudablemente que pueden ocurrir muchas cosas.
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