Costa Gavras: "La izquierda europea necesita intelectuales como el presidente Havel"
'Caja de m¨²sica', la ¨²ltima pel¨ªcula del director de cine griego, se estrena ma?ana en Espa?a
"La izquierda europea necesita intelectuales como el presidente checoslovaco, Vaclav Havel; necesita introducir la poes¨ªa en su pensamiento para renovarse", dice el director de cine Costa Gavras, de 56 a?os, que estuvo ayer en Madrid para presentar su ¨²ltima pel¨ªcula, Caja de m¨²sica, que se estrena ma?ana en Espa?a. El autor de La confesi¨®n asegura que "hay que establecer un espacio cultural europeo con supremac¨ªa sobre la uni¨®n econ¨®mica para frenar las tendencias nacionalistas y los movimientos autoritarios de signo fascista", que se perciben tanto en el Este como en el Oeste del continente.
Caja de m¨²sica es la historia de una rehabilitaci¨®n de conciencia y de una resistencia emocional. Cuenta el caso de Ann Talbot, una abogada criminalista, interpretada por la actriz Jessica Lange, que dedicar¨¢ todos sus esfuerzos en defender a su padre, un obrero retirado de Chicago que encarna el actor Armin Mueller-Stahl, acusado de haber cometido horribles cr¨ªmenes en Budapest durante la Segunda Guerra Mundial. Costa Gavras explica que el tema de la pel¨ªcula, galardonada con el Oso de Oro en el ¨²ltimo Festival de Cine de Berl¨ªn, es la memoria: "Soy cristiano aunque no creo que pueda otorgarse el perd¨®n. Creo en la justicia pero sobre todo en la memoria del pasado. Hay actualmente un ejemplo monstruoso: Pinochet mat¨® a un mont¨®n de gente y ahora se va como un h¨¦roe que ha restablecido la democracia".Para escribir la pel¨ªcula el guionista, Joe Eszterhas, que ya colabor¨® anteriormente con Costa Gavras en el filme El sendero de la traici¨®n, manej¨® una vasta documentaci¨®n sobre los nazis refugiados en EE UU y en Latinoam¨¦rica tras la guerra y, muy especialmente, sobre John Demjanjuk, ueraniano, obrero en Cleveland y condenado recientemente en Israel por cr¨ªmenes contra la humanidad. "Entrevistamos a nazis y colaboracionistas como el belga Le¨®n Degrelle o el hijo del doctor Menguele y ninguno reconoc¨ªa sus culpas. Y la conclusi¨®n es que la motivaci¨®n profunda de estos hombres, capaces de llevar a cabo un exterminio de proporciones industriales no era el odio sino el placer. Vivimos en una sociedad donde se ense?a a no denunciar, lo que es un principio falso", se lamenta el cineasta.
Una noche en Praga
La confesi¨®n, Z, Secci¨®n especial, Missing, son pel¨ªculas que etiquetan a Costa Gavras desde hace a?os como un director de cine pol¨ªtico, como el autor de thrillers morales comprometidos ideol¨®gicamente. Es una etiqueta que no le agrada. "No soy moralista ni me siento solo haciendo este tipo de cine. Cuando me preguntan por qu¨¦ no hago pel¨ªculas de entretenimiento me dan ganas de sacar el rev¨®lver. Yo no hago filmes con mensaje. Son los profesores los que deben ser did¨¢cticos. El papel del arte es suscitar la emoci¨®n".
Y una gran emoci¨®n personal fue lo que sinti¨® Costa Gavras cuando una noche de mediados de enero del presente a?o asisti¨®, acompa?ado de sus amigos el actor franc¨¦s Ives Montand y el escritor Jorge Sempr¨²n, al estreno en Praga despu¨¦s de 20 a?os de sus pel¨ªcula La confesi¨®n. "Los tres siempre so?amos con esa fiesta de libertad que ser¨ªa el d¨ªa en que se estrenara la pel¨ªcula en Praga, pero lo dec¨ªamos sin creerlo verdaderamente. Fue muy emocionante vivir aquella proyecci¨®n con el presidente Havel, hab¨ªa una enorme tensi¨®n en la sala", recuerda el director, que revela que este estreno no fue debido a una invitaci¨®n oficial sino a la iniciativa espont¨¢nea de dos j¨®venes del Foro C¨ªvico checoslovaco.
?Cu¨¢l ser¨¢ el destino del cine de la Europa del Este?. La respuesta de Costa Gavras, en su correcto y nervioso castellano, es que "el cine de calidad siempre sobrevivir¨¢", si bien manifiesta su temor a que "los nuevos estados que surjan devuelvan la libertad pero no concedan el dinero". Y comenta con humor que su ¨²ltimo proyecto cinematogr¨¢fico, anterior a Caja de m¨²sica, fracas¨® debido a la nueva libertad conquistada por estos pa¨ªses. Contaba el drama de unos emigrantes polacos en Par¨ªs, con dificultades para integrarse en la sociedad francesa, que desean volver a su pa¨ªs y no pueden. "Ahora s¨ª pueden, e incluso la pueden hacer los polacos", dice el director.
La actitud ante los cambios de Este europeo de este griego, que vivi¨® de ni?o la ocupaci¨®n alemana de su pa¨ªs, la guerra civil y la dictadura hasta que se traslad¨® a Par¨ªs en 1952, es de preocupaci¨®n: "M¨¢s que nacionalismo hay que hablar de tribalismo. El peligro del fascismo crece en Europa occidental, aumenta en la oriental y a¨²n es mayor en los Estados Unidos, d¨®nde se re¨²nen todas las condiciones para que triunfen".
Sin embargo, Costa Gavras tambi¨¦n concede terreno a la esperanza que vendr¨ªa, en su opini¨®n, de la "creaci¨®n de un espacio cultural europeo", por encima de los problemas econ¨®micos y los nacionalismos que frenase al fascismo. Olvidado el sue?o, convertido en pesadilla, de la sociedad perfecta, el director de cine aporta su talento a la causa com¨²n de la soberan¨ªa espiritual europea sin olvidar el pasado ni aquel viejo aforismo de los primeros tiempos de Hollywood: "Los mensajes env¨ªalcis por la Western Union".
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