Las 'paridas' de Johan Cruyff
Los t¨¦cnicos del Barcelona, desconcertados tras una reuni¨®n de tres horas con el holand¨¦s
Johan Cruyff, para desmentir la existencia de una lista de bajas y altas de la plantilla del FC Barcelona, lleg¨® a decir la semana pasada: "Si coges el diario, cada d¨ªa hay un parida" (sic). Una afirmaci¨®n sorprendente teniendo en cuenta el l¨¦xico futbol¨ªstico que suele emplear el t¨¦cnico holand¨¦s con sus compa?eros de club. Su lenguaje delata a menudo las lagunas de su formaci¨®n, especialmente en el aspecto t¨¦cnico. Cruyff ha provocado reiteradamente el sonrojo de la mayor¨ªa de los t¨¦cnicos que trabajan a sus ¨®rdenes cuando ha celebrado reuniones para darles doctrina. El pasado 2 de enero, por ejemplo, dirigi¨® una charla de tres horas, de la que reproducimos algunos fragmentos.
El presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez acababa de ratificar p¨²blicamente a Cruyff como m¨¢ximo responsable del organigrama t¨¦cnico del FC Barcelona y el entrenador holand¨¦s convoc¨® a los diferentes responsables de los equipos inferiores del club. Josep Mussons, vicepresidente y directivo responsable del f¨²tbol base, abri¨® la tertulia futbol¨ªstica confirmando, ante todos los t¨¦cnicos, que la directiva "tiene depositada su total confianza en Johan Cruyff como director t¨¦cnico", afirmaci¨®n que provoc¨® la sonrisa de alguno de los presentes.Resultaba sarc¨¢stico que el directivo que peor se lleva con el entrenador, el ¨²nico que ha intentado limitar su poder, sobre todo en el apartado econ¨®mico, fuera el encargado de ratificarle en p¨²blico. "?Ha terminado?", pregunt¨® Cruyff a Mussons fulmin¨¢ndole con su mirada. El vicepresidente entendi¨® el mensaje y abandon¨® la sala de inmediato.
"Los directivos no hacen nada...", argument¨® en voz alta el t¨¦cnico holand¨¦s, al mismo tiempo que echaba mano de una pizarra y comenzaba a esparcir los n¨²meros, del 1 al 11, pintados sobre unas curiosas piezas magn¨¦ticas. Cruyff empez¨® su exposici¨®n. Cont¨® su sistema de juego y lo puso como ejemplo para que cada entrenador lo aplicara en su equipo respectivo.
El papel del portero
Cruyff situ¨® sus piezas, l¨ªnea por l¨ªnea, y empez¨® refiri¨¦ndose de esta guisa al portero. "Lo principal que debe tener un portero es vista" [sic]. Tal aseveraci¨®n dej¨® con la mente en blanco a los asistentes. No fue la ¨²nica que caus¨® sorpresa. Cruyff se refiri¨® tambi¨¦n al 8 y al 10 como Ios dos jugadores que menos trabajan", apreciaci¨®n que se contradice claramente con lo que sucede en el campo, pues los dos interiores (Eusebio y Roberto) son los que m¨¢s metros recorren y mayor atenci¨®n ofensiva-defensiva atesoran durante un partido. "El primer a?o", recuerda uno de los t¨¦cnicos, "Cruyff me volvi¨® loco con eso del 8 y del 10"."El 10 nunca debe entrar en el ¨¢rea. Su sitio est¨¢ fuera de ella", prosigui¨® Cruyff. Y, claro, hubo quien ya no pudo aguantar m¨¢s y le pregunt¨® p¨²blicamente: "Si el 10 no puede entrar en el ¨¢rea, ?c¨®mo se explica que Roberto, el jugador que lleva ¨¦se n¨²mero en tu equipo, marque tantos goles, algunos de ellos incluso de cabeza?". Y Cruyff respondi¨®: "?Bueno, eso sucede en mi equipo! Pero ahora estamos hablando de f¨²tbol formativo. El primer equipo es otra historia. Y, adem¨¢s, si Roberto entra alguna vez en el ¨¢rea es porque los que deben hacerlo no lo hacen. Hay muchos que no hacen lo que deben".
Uno de los ayudantes de Cruyff aprovech¨® entonces la coyuntura para decir: "Johan repite quiz¨¢ las funciones del 6 porque me parece que no han quedado muy claras". Y el t¨¦cnico holand¨¦s vuelve a contar lo que debe hacer el 6. "Yo no tengo ning¨²n jugador que pueda hacer lo que t¨² quieres que haga ese dorsal", puntualiz¨® el t¨¦cnico de la casa que hab¨ªa formulado la pregunta. "Bueno eso es en mi equipo. El tuyo es formativo. Es otra historia diferente", respondi¨® nuevamente Cruyff.
El Profeta del gol insisti¨® tambi¨¦n en la conveniencia de que los entrenamientos, en los que tanto ¨¦l como Charly Rexach toman parte activa en los rondos, no deben alargarse m¨¢s de una hora. "Con una hora basta", dice, "porque con una hora me canso yo y todos".
"?Y si entiendo que es necesario, por las circunstancias que sean, entrenar m¨¢s de una hora una semana determinada?", pregunt¨® uno de los asistentes. "Pues, nada, nada", contest¨® Cruyff, "puedes hacerlo. Lo de la hora es en mi equipo".
Los entrenamientos
?Podr¨ªas explicarnos en qu¨¦ debe consistir un entrenamiento?", requiri¨® otro t¨¦cnico. Y Cruyff explic¨®: "Pues en lo que ya he dicho. Lo fundamental es trabajar para saber coger la Posici¨®n en el campo". "?Y nada m¨¢s?", inquiri¨® otro. "Nada m¨¢s", afirm¨® el entrenador holand¨¦s.La charla se complet¨® con una explicaci¨®n de Bruins sobre los diferentes modos de hacer una pared. El problema es que el ayudante de Cruyff, el ¨²nico al que le gusta usar la tiza para sus explicaciones, dibuj¨® una pared al rev¨¦s y, claro, su explicaci¨®n para llevarla a cabo result¨® grotesca. "Lo que no debe hacerse es doblar", puntualiz¨® Cruyff.
"?Por qu¨¦ no se puede doblar?", pregunt¨® un t¨¦cnico ante la aseveraci¨®n de Cruyff de que lo ideal es que el extremo busque el uno contra uno. "?Por qu¨¦ dos jugadores no pueden llevar una jugada de ataque basada en un desdoblamiento", continu¨® se?alando el mismo entrenador, "si, por ejemplo, Roberto y Beguirist¨¢in lo hicieron en San Mam¨¦s y la acci¨®n acab¨® en gol?". "Bueno", replic¨® Cruyff, "doblar, doblar, s¨®lo se puede si la jugada acaba en gol". "Hay que buscar la pared...", insisti¨® Bruins mientras observaba el encerado.
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