El mando a distancia ataca al videoclub
Las nuevas ofertas televisivas provocan una crisis en el sector de alquiler de v¨ªdeos
El primero en disparar fue el v¨ªdeo, que consigui¨® que le adjudicaran la culpa de la enfermedad del cine. Ahora son los videoclubes los que languidecen abrumados por la oferta televisiva. El descenso que est¨¢n experimentando los alquileres de pel¨ªculas apunta que hasta final de a?o cerrar¨¢ el 50% de los 1.900 videoclubes que existen en Madrid. Las cuatro grandes empresas distribuidoras han invertido 260 millones de pesetas en publicidad coincidiendo con la aparici¨®n de dos de las tres cadenas de televisi¨®n privada para frenar el desinter¨¦s de la gente por alquilar su v¨ªdeo.
En las p¨¢ginas dedicadas a la programaci¨®n de televisi¨®n de los peri¨®dicos aparec¨ªa un anuncio animando al p¨²blico: "Est¨¢ visto. Lo mejor, un v¨ªdeo", pagado por cuatro importantes distribuidoras. La colocaci¨®n de la publicidad en esta p¨¢gina "no es casual", seg¨²n indicaron fuentes de la CBS-FOX V¨ªdeo, una de las empresas que pagaron la publicidad: "Se pretende que el lector despu¨¦s de leer los extractos de las pel¨ªculas alquile una m¨¢s reciente o m¨¢s apetitosa".Hablando de apetitos, la noche en que televisi¨®n emiti¨® Nueve semanas y media fue un d¨ªa negro para los propietarios de videoclubes.
Compras por alquileres
Los 40.000 socios que tiene El Corte Ingl¨¦s en sus cuatro videoclubes de Madrid han perdido en parte su afici¨®n por el cine enlatado. Seg¨²n fuentes de este centro, el alquiler de pel¨ªculas ha descendido en lo que va de a?o aproximadamente un 25%, con respecto a 1989. Sin embargo, a medida que aumenta la oferta televisiva se dispara la venta de pel¨ªculas al p¨²blico. "Los videoclubes deber¨¢n estructurarse de distinta forma" explican.
Antiguamente, es decir, cuando Televisi¨®n Espa?ola dominaba en solitario los h¨¢bitos dom¨¦sticos de los ciudadanos, los d¨ªas que no se emit¨ªan pel¨ªculas constitu¨ªan el d¨ªa dorado de los centros de alquiler de v¨ªdeos. En la actualidad, las pel¨ªculas pasan por menos manos porque se alquilan menos, y permanecen m¨¢s tiempo en las estanter¨ªas esperando clientes. Ellos est¨¢n, mientras tanto, tratando de decidir qu¨¦ pel¨ªcula de televisi¨®n eligen.
Pese a la crisis reconocida, las distribuidoras apuntan un dato: "Ahora s¨®lo tienen demanda los grandes ¨¦xitos". Las de rebote, aqu¨¦llas a las que el cliente recurr¨ªa cuando no encontraba la cinta que buscaba, est¨¢n perdidas: "Las pel¨ªculas de recurso ya no se alquilan".
La secretaria general de la Federaci¨®n madrile?a de Videoclubs, Patricia Isasmendi, comenta que no hay que estar alarmados porque se regule una situaci¨®n anormal. La masificaci¨®n y proliferaci¨®n de videoclubes y el consumo de cintas que colocaban a Espa?a en el cuarto lugar del mundo detr¨¢s de Estados Unidos, Jap¨®n y Gran Breta?a no era normal.
Isasmendi opina que cuando el espectador se harte de ver 10 cortes publicitarios en las pel¨ªculas de televisi¨®n volver¨¢ al videoclub, aunque puede que tenga que andar m¨¢s hasta encontrarlo porque el de debajo de su casa haya desaparecido.
La crisis que han provocado las nuevas cadenas ha afectado en menor medida a las pel¨ªculas porno y a las infantiles. Tranquilizar a ni?os desocupados utilizando los dibujos de Walt Disney sigue siendo negocio.
En la ¨²ltima feria del v¨ªdeo, Iberv¨ªdeo 90, celebrada el pasado mes de febrero, se presentaron 100 t¨ªtulos menos que el a?o anterior y descendieron las ventas de las editoras a los videoclubes. Seg¨²n explicaba un propietario de este tipo de comercios, es muy dificil amortizar con alquileres de unas 375 a 200 pesetas el coste de las pel¨ªculas, que va de las 11.000 a las 15.000 pesetas.
Previsiones
Las previsiones para el sector son pesimistas, seg¨²n los expertos: desaparecer¨¢ m¨¢s de la mitad de los videoclubes.
En la actualidad, las grandes cadenas est¨¢n diversificando su negocio hacia la venta de pel¨ªculas. El p¨²blico quiere llevarse a casa para siempre a Batman, Marilyn, Obi One Kenowi y a Roger Rabbit para sacarlos a actuar en su sala de estar sin miedo a tener que pagar la penalizaci¨®n por llevarla un d¨ªa m¨¢s tarde.
El retrato robot de un videoadicto, especie en extinci¨®n, es una persona que se encuentra sola circunstancialmente y que desea relajarse despu¨¦s del trabajo. Puede llegar a alquilar hasta dos pel¨ªculas diarias, hasta que, transcurridos dos meses desaparece para airear su cerebro y regresar un mes m¨¢s tarde con energ¨ªas renovadas. Quiere lo ¨²ltimo porque ya ha visto el resto del material. Tiene entre 25 y 40 a?os. Los adictos al porno pertenece en un 99% al sexo masculino, aunque tambi¨¦n acuden al videoclub parejas mayores ansiosas de nuevas experiencias
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