La memoria mediterr¨¢nea
El mismo d¨ªa y a la misma hora coincidieron en Madrid las actuaciones de Jerry Lee Lewis y Georges Moustaki. Los dos pertenecen a la misma generaci¨®n: Moustaki cumplir¨¢ 56 a?os el pr¨®ximo 3 de mayo y Lewis 55 el 29 de septiembre. Ambos son int¨¦rpretes reconocidos: Moustaki compuso Milord para Edith Piaf y, canta Le meteque, mientras Lewis no se caracteriza por su carisma en la composici¨®n, aunque como int¨¦rprete ha logrado ¨¦xitos fundamentales para la historia del rock and roll.Para escuchar al norteamericano, el recinto estaba a rebosar. Para el alejandrino, medio vac¨ªo. El primero representa una cultura dominante: la anglosajona. El segundo una dominada: la mediterr¨¢nea. Los dos representan parte de la memoria musical de los ¨²ltimos 35 a?os, una en pleno auge y otra a punto de perderse bajo el manto de la nostalgia, las presiones de las modas y la desigualdad de criterios musicales.
Georges Moustaki
Georges Moustaki (voz, guitarra, acorde¨®n, bouzuki),Joe Rossi (acorde¨®n), Marta Contreras (voz, percusi¨®n), Mate Bertaux (bajo), Richard Portier (bater¨ªa). Centro Cultural de la Villa, Madrid, 20 de marzo.
Canciones cl¨¢sicas
Precisamente sobre la memoria tratan los tres conciertos madrile?os de Georges Moustaki. Bajo el lema Viaje a trav¨¦s del tiempo y del espacio, el m¨²sico de Alejandr¨ªa present¨® el concierto comouna narraci¨®n de encuentros, emociones y amores", en el que se sucedieron sus canciones m¨¢s cl¨¢sicas. Le facteur, Il est trop tard, Ma solitude, Le meteque y tantas otras, se mezclaron con recuerdos a Manos Jadjidakis, George Brassens, Mikis Theodorakis, Jorge Amado, Luis Gonzaga, Edu Lobo y Caetano Veloso, en un recorrido a trav¨¦s de m¨²sicas caracterizadas por su luminosidad e interpretadas con esa cadencia apacible y mon¨®tona que siempre ha caracterizado al veterano cantante.
Acompa?ado por cuatro excelentes m¨²sicos, Georges Moustaki mostr¨® en Madrid la esencia de su estilo. Con un modo de componer absolutamente cl¨¢sico e influenciado en su estilo como guitarrista por la m¨²sica de los cantautores norteamericanos de los sesenta, el desarrollo arm¨®nico de sus canciones no presenta fisuras ni altibajos y su voz se adapta naturalmente a unas melod¨ªas de perfecta construcci¨®n.
Los arreglos de sus temas, sencillos y ajustados, se limitan a envolver sobriamente las canciones y entre los cuatro m¨²sicos acompa?antes destacaron Joe Rossi y Marta Contreras. El acordeonista, m¨²sico habitual en los discos de Moustaki, es capaz de llenar con virtuosismo cualquier espacio, sin que su barroquismo en la interpretaci¨®n empalague en ning¨²n momento. La cantante y percusionista chilena Marta Contreras dio una lecci¨®n de c¨®mo preservar un espacio propio en el escenario, con un excelente sentido del matiz en su dif¨ªcil cometido de enriquecer t¨ªmbricamente la m¨²sica de Moustaki. Su interpretaci¨®n en solitario del tango Cambalache fue uno de los mejores momentos de una noche que present¨® algunas lagunas.
Ante un p¨²blico tranquilo y apacible Moustaki se empe?¨® innecesariamente en pedir una participaci¨®n que le fue negada reiteradas veces, lo que perjudic¨® a la intimidad del concierto. La segunda laguna se produjo durante la interpretaci¨®n de Espagne au coeur, una composici¨®n con m¨²sica de Paco Ib¨¢?ez e in¨¦dita en Espa?a, que no alcanz¨® la altura del resto del recital.
Georges Moustaki demostr¨® que mantiene un concepto artesanal de la m¨²sica, que poco a poco se va perdiendo ante la pujanza de de un negocio que se inclina hacia lo comercial y espectacular con el riesgo de perder, a trav¨¦s de sucesivas marginaciones, una parte importante de la memoria mediterr¨¢nea.
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