Temblor en el 'palazzo'
El Isabella Gardner Museum de Boston se estremece tras 'el robo del siglo'
El Isabella Stewart Gardner Museum de Boston tendr¨¢ que hacer cambios en la disposici¨®n de sus cuadros por primera vez en sus 90 a?os de historia. El robo del pasado domingo, tal vez el m¨¢s importante de la ¨¦poca moderna por el valor de las piezas, es tambi¨¦n la primera contrariedad para la ¨²ltima voluntad de una exc¨¦ntrica millonaria norteamericana que tuvo un incuestionable buen ojo para la pintura.
No muy distinta a cualquier otra mansi¨®n bostoniana desde el exterior, la casa que aloja el Museo Isabella Gardner es la m¨¢s sorprendente y singular pinacoteca de la ciudad. Construida a imitaci¨®n de un palazzo veneciano, tiene un espl¨¦ndido patio central invadido por flam¨ªgeros ornamentos florales y cubierto por un inopinado techo de cristal. Hay incluso un claustro espa?ol y una hermosa sala de tapices que los domingos se abre al p¨²blico para ofrecer conciertos de m¨²sica de c¨¢mara. La situaci¨®n de las obras expuestas es muchas veces caprichosa: algunos cuadros est¨¢n colgados tan altos que se hacen dif¨ªcilmente visibles, y otros quedan tan cerca de las ventanas que no pueden contemplarse a ciertas horas del d¨ªa si luce el sol, aunque esto es m¨¢s bien un accidente en Massachusetts.Isabella Stewart Gardner dise?¨® enteramente este anacr¨®nico edificio y vigil¨® personalmente el desarrollo de las obras. Nacida en 1840, en Nueva York, se cas¨® con el magnate bostoniano Jack Gardner y comparti¨® con ¨¦l la pasi¨®n por la pintura, viajando frecuentemente a Europa para adquirir las piezas que compondr¨ªan su formidable colecci¨®n. Ella compr¨® el primer Matisse que colg¨® de las paredes de un museo norteamericano, y es conocida la an¨¦cdota de c¨®mo adquiri¨® El concierto, la deslumbrante tela de Vermeer ahora robada. El cuadro sali¨® a subasta en diciembre de 1892 en el hoy todav¨ªa activo hotel Drou¨°t, de Par¨ªs. La Gardner no puj¨® personalmente, sino a trav¨¦s de un agente suyo llamado Robert, a quien daba las ¨®rdenes haciendo gestos con un pa?uelo. Un representante del Louvre tom¨® a Robert por el agente de la National Gallery, de Londres, y el agente de la National Gallery tom¨® a Robert por el representante del Louvre. Como por entonces los museos no se disputaban tan encarnizadamente las obras como ahora para no subir irrazonablemente los precios, ambos agentes cedieron y la Gardner se qued¨® el Vermeer por s¨®lo 7.000 d¨®lares. A los pocos a?os, el precio del cuadro se hab¨ªa quintuplicado.
'El concierto'
El concierto, que junto con El rapto de Europa, de Tiziano, era la pieza m¨¢s valiosa del museo, muestra una muchacha tocando el clavicordio, un hombre de espaldas que rasga la viola de gamba y otra joven que canta, pero lo m¨¢s sobresaliente del cuadro es la plateada luz diagonal que entra por una ventana, tan caracter¨ªstica del maestro de Delft. La pieza estaba en una esquina de la sala holandesa del museo, sobre un caballete, frente a una enorme silla de terciopelo donde Isabella Gardner se sentaba a mirarlo durante horas. ?sta y otras 11 piezas de la misma sala han sido por fin movidas de los lugares donde su propietaria quiso que siempre estuvieran, como hizo constar claramente en su testamento. Ahora, incluso algunos de los cuadros han sido sacados de los marcos, como reconoc¨ªa el lunes Anne Hawley, la directora de? museo. En una conferencia de prensa que tuvo lugar en el jard¨ªn de Isabella Gardner, entre atribulados conservadores que conten¨ªan dif¨ªcilmente las l¨¢grimas, Hawley dijo sentirse "como si acabara de morir un amigo ¨ªntimo".La Prensa local especula con ex¨®ticas posibilidades, como que las obras est¨¦n en manos de un tirano de? Tercer Mundo o de un capo del narcotr¨¢fico, con m¨¢s gusto para la pintura que para los negocios. Tambi¨¦n se dice que el seguro que cubr¨ªa los cuadros no inclu¨ªa el robo. En el museo nadie habla sobre el sistema de seguridad. El Boston Globe recordaba ayer que en 1988 se public¨® una novela titulada Asesinato en el Gardner, que narraba un gran robo en el museo. Su autora, Jane Langton, a?adi¨® una prof¨¦tica nota final: "En la actualidad el Museo Gardner est¨¢ inmejorablemente protegido. Ninguno de los lamentables hechos aqu¨ª descritos podr¨ªa nunca suceder".
[Por otra parte, informa Efe, las firmas de subasta Christie's y Sotheby's han ofrecido cerca de 110 millones de pesetas de recompensa por la recuperaci¨®n de las obras robadas.]
Babelia
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