Los Rolling Stones preparan su regreso a Espa?a
El grupo brit¨¢nico dar¨¢ cuatro conciertos en Madrid y Barcelona del 13 al 17 de junio
![Rosa Montero](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffe6e6504-ad04-47af-8812-51b38bcb7228.png?auth=b89ddd645e1f6e818c1d57521b58143a3f50a329a93b03fe9dd8c346ae3b6eeb&width=100&height=100&smart=true)
Con un traspi¨¦ ominoso que casi le hizo dar con sus huesos en el suelo, Mick Jagger present¨® ayer en un club de Londres la gira europea de los Rolling Stones (The urban jungle tour), que empezar¨¢ el 18 de mayo en Rotterdam (Holanda) y terminar¨¢ dos meses y medio y 25 conciertos, m¨¢s tarde en Copenhague (Dinamarca).En Espa?a actuar¨¢n en junio -los d¨ªas 13 y 14, en el estadio Ol¨ªmpico de Barcelona, y el 16 y 17, en el Vicente Calder¨®n de Madrid- Las entradas se pondr¨¢n a la venta a finales de abril.
La rueda de Prensa es en The Tabernacle, un club veterano de los circuitos musicales londinenses, lleno hoy a rebosar con los m¨¢s de 200 periodistas de toda Europa. Nos han tra¨ªdo aqu¨ª hora y media antes del evento, con un r¨ªgido protocolo digno de una audiencia real.Al fin sale Mick Jagger, tropieza con el estrado, saluda con jovialidad profesional y se deja fusilar por tal cantidad de flashes que el aire se convierte en un ¨²nico y cegador rel¨¢mpago. Disculpa Mick Jagger la ausencia de sus compa?eros, sonr¨ªe a la derecha, sonr¨ªe a la izquierda, responde t¨®picamente preguntas que no se oyen y, tras 15 minutos de esa nada tumultuosa que son las ruedas de Prensa multitudinarias, se despide y desaparece de repente, como volatiliz¨¢ndose en el aire.
M¨¢s tarde, en un restaurante, Jagger vuelve a sentarse ante una docena de periodistas. Nervudo, el¨¦ctrico, fr¨ªamente profesional, con una amabilidad bien entrenada de la que no desperdicia ni una, gota: sonr¨ªe a todos una vez y no repite. Y joven, muy joven, a¨²n, a asombrosamente Jagger sus 48 a?os.
Apresado por el mito
Explica el rockero que el tiempo ha pasado por los Rolling Stones, desgast¨¢ndoles, arruin¨¢ndoles, arrebat¨¢ndoles el lustre de la juventud: "Pero la gente sigue pagando por vernos". Y explica que el grupo est¨¢ apresado por su propio mito: "Si haces lo mismo que antes has hecho, te dicen que te repites; si cambias, que ya no eres lo que eras...".
Luce Jagger un porte de l¨¢nguido desd¨¦n que sin duda es falso: es como las serpientes, vertiginosas m¨¢quinas de matar bajo el disfraz de su letargo. Sabe el artista qui¨¦n ha querido preguntar y qui¨¦n se ha callado; da entrada a unos y silencia a otros y, en suma, gobierna esta minirueda de Prensa con un f¨¦rreo control envuelto en seda. Hasta que, de nuevo a los 15 minutos, da por terminada la sesi¨®n con una firmeza inapelable.
Antes, en The Tabernacle, mientras se esperaba el advenimiento de Mick Jagger, proyectaron un v¨ªdeo de 35 minutos sobre los Rolling Stones. Ah¨ª estaban, en la pantalla, hace 27 a?os, insultantes en su inocencia, con las mejillas a¨²n sin hundir y las ojeras a¨²n sin tallar. Ah¨ª estaban Brian Jones, que muri¨® en el camino; y Keith Richards, antes de convertirse esforzadamente en la ruina que hoy es.
M¨¢s que un v¨ªdeo era el t¨²nel del tiempo, y parec¨ªa prolongarse de alg¨²n modo en la sala. Porque la mayor¨ªa de los periodistas presentes ¨¦ramos m¨¢s que talludos y, algunos, verdaderos ancianos venerables, veteranos reporteros musicales que siguen manteniendo, en la decrepitud, el amor por el rock.
Hasta la vejez
Lo ha dicho el rolling Keith Rilchards muchas veces: ¨¦l quiere hacer con el rock lo que otros han hecho como el blues o el jazz: seguir con ¨¦l hasta la vejez, convertirlo, en fin, en un g¨¦nero cl¨¢sico. Se lo pregunto a Micke Jagger y tuerce el gesto: "Pero, es que el blues es mucho m¨¢s descansado, es sedentario, es relajante. Puedes tocarlo estando bien repantingado en una silla, con eso basta... pero el rock... siempre, cuando piensas en el rock, imaginas a un hombre joven y furioso. No s¨¦... no s¨¦ cu¨¢nto duraremos". Pero, por ahora, llevan 27 a?os en la carretera, y, meticulosos y obcecados, siguen renovando a¨²n su furia y su supervivencia, ese raro milagro.
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