LA ?LTIMA D?CADA
La cultura del despiece
De la cultura global a la cultura fragmentaria. De la cultura fragmentaria, de la cultura boca-bit, consumida a peque?os mordiscos, a la cultura del fragmento. La gran exposici¨®n que se exhibe actualmente en el Mus¨¦e d'Orsay, en Par¨ªs (desde el 8 de febrero hasta el 3 de junio) hace un recorrido por la escultura del siglo XIX bajo el t¨ªtulo general de El cuerpo en trozos. Un sector de la muestra se concentra en los esbozos, apuntes, bocetos, proyectos parciales que concluyeron o que nunca culminaron. Otro sector re¨²ne piezas que ser¨ªan o no acopladas a otras piezas, pero cuyo car¨¢cter evoca ineludiblemente su confrontaci¨®n con el sue?o de un conjunto, disgregado o desguazado y de cuyo estallido las partes son el ¨²nico testimonio. Testimonio iconoclasta e independentista, autodeterminante y centr¨ªfugo.La coyuntura del mundo es, en estos ¨²ltimos tiempos, su desaf¨ªo de disyuntura. Dentro de la globalidad que nadie discute, dentro de la interracionalidad a la que nadie renuncia, los focos se multiplican, el cuerpo se disgrega, las partes (dentro de los Estados las naciones; dentro de las naciones las etnias, las religiones, los corporativismos, los guetos; dentro de los guetos los individuos) ganan mayor protagonismo. La exposici¨®n del Quai d'Orsay hace ver el efecto de una nueva realidad en configuraci¨®n. De una creciente realidad fundada en la desconfiguraci¨®n del sistema y en la relevancia de sus componentes singulares y uno a uno.
La teor¨ªa de la deconstrucci¨®n, aparecida hace m¨¢s de una d¨¦cada en la ling¨¹¨ªstica de Derrida y proyectada despu¨¦s tanto en los textos literarios como en las estructuras arquitect¨®nicas, se encarna ahora sobre la realidad pol¨ªtica, social y las formas m¨¢s inmediatas de cultura. ?Qu¨¦ es, por ejemplo, la moda de Yves Saint Laurent, un seno cubierto y el otro expuesto? El cuerpo se divide en piezas, reclama la atenci¨®n sobre un fragmento desanuda la necesidad de un orden de composici¨®n general y cuajada de armon¨ªa. Elogio de la inarmon¨ªa es el t¨ªtulo del ¨²ltimo libro de Gillo Dorfless dando cuenta de los cambios en la est¨¦tica contempor¨¢nea pero transportable como un s¨ªmbolo a los dem¨¢s ¨®rdenes.
Socialismo y comunismo, Estados Unidos y la URSS, el Este y el Oeste. Tras una era adiestrados en las reglas de la simetr¨ªa que marcaban las dos superpotencias, el edificio derrumba uno de los flancos de su r¨¦plica. El pecho desequilibrado de Yves Saint Laurent es el elogio de lo ¨²nico y particular, el culto al trozo frente a la totalidad; la proclamaci¨®n de una forma de experiencia sin balance. De un bien o un mal sin el auxilio o la sombra de su contrario.
Visiones y vaqueros
Fin de la simetr¨ªa. El director de cine alem¨¢n Wim Wenders tuvo la idea, hace a?o y medio, de rodar un documental de 20 minutos en torno al famoso dise?ador japon¨¦s Yohji Yamamoto, actualmente considerado como referencia capital del dise?o textil en todo el mundo. El proyecto de documental se ha convertido al fin en un filme de una hora y 19 minutos. Yamamoto adem¨¢s de sus actividades en la esfera del atuendo, es compositor, cantante, int¨¦rprete. No puede tenerse por un accidente que se halle comprometido en el montaje, para la ¨®pera de Ly¨®n, de una nueva Madame Butterfly que dirigira su compatriota Yoshida y a la que contribuye con juicios m¨¢s all¨¢ de los que le han permitido dise?ar el vestuario de los 50 participantes. Yamamoto es tambi¨¦n un analista que ha conceptualizado algunos aspectos de la contemporaneidad. ?La simetr¨ªa? "Todo deber¨ªa ser hoy asim¨¦trico. La simetr¨ªa es para m¨ª equivalente a la fealdad", dice Yamamoto. "No a la simetr¨ªa yen consecuencia no a un eje central".
La armon¨ªa del conjunto ha supuesto la dictadura sobre las partes. ?sta parece ser la lecci¨®n. Par¨ªs, Mosc¨², Nueva York, Tokio, Sidney, Barcelona, Madrid, Los ?ngeles, Windhoeck, Lituania, Brasilia, Pek¨ªn, el peso de la noticia puede surgir en cualquier parte. El mundo se desliza hacia el Pac¨ªfico o hacia los Urales, hacia la fosa del cono sur latinoamericano o hasta las profundidades de ?frica, hacia la nueva Alemania unificada o hacia el potencial conglomerado de Estados Unidos, Canad¨¢ y M¨¦xico. En el vestido, la moda es combinar piezas de valor con gadgets, brillantes con relojes Swatch que ha ideado -adem¨¢s- un modelo con cifras romanas y bordados en la correa para festejar el segundo centenario de la muerte de Mozart en 1991.
Corbatas con vaqueros, abrigos de vis¨®n con ropa deportiva, prendas caducas de hace varias temporadas con el calzado ciclista de actualidad. Cada componente gana el valor de su p¨¦rdida de integraci¨®n. La totalidad es la mera reuni¨®n de fragmentos. El ideal de belleza es el "anticonjunto".
Lo compacto cruje
De los cinco hombres de negocios del a?o elegidos por The Observer, el m¨¢s joven -26 a?os- y celebrado es Charlie Clark. Un hombre compuesto de fragmentos: ex corredor de bolsa, ex colector de fondos de caridad, ex periodista, ex publicitario. Su obra m¨¢s importante ha sido, parad¨®jicamente, la creaci¨®n del centro Fusi¨®n en los s¨®tanos del Trocadero en la plaza londinense de Picadilly Circus. Se trata de unas instalaciones abiertas, sucesivamente, a m¨¢s nuevos creadores y dise?adores brit¨¢nicos. Por Picadilly Circus pasan cada a?o 50 millones de turistas y la prueba de su ¨¦xito es que la misma experiencia se repetira en Los ?ngeles, en Rodeo Drive, el pr¨®ximo mes de julio, y en Tokio a comienzos del oto?o. Charlie Clark no cree nada en concreto o en nada est¨¦ticamente concreto. Una idea se superpone a la anterior, se junta o se bifurca de la otra.
Lo compacto se rompe. Se rompen los credos y la segunda superpotencia del mundo. Los bloques se disgregan por diferentes causas, a veces menos importantes que la identidad cultural, la historia, el derecho a la propia lengua o el color de la piel. Para hacer frente a las obligaciones de su deuda externa, Birmania ha vendido sus bosques de madera de teca a los tailandeses, sus dominios de pesca a Corca del Sur y, actualmente, subastan ante los inversores japoneses los solares de su embajada en Tokio por 239 millones de d¨®lares. En el otro extremo un premio literario tan s¨®lido como el B¨¹chner, considerado el Goncourt alem¨¢n, ser¨¢ tambi¨¦n m¨²ltiplemente fragmentado en su ¨²ltima edici¨®n. Botho Strauss obtuvo el galard¨®n, pero ha renunciado a su dotaci¨®n (unos cuatro millones de pesetas) en beneficio de una idea exc¨¦ntrica. La idea es promocionar la lectura de uno de sus compatriotas desconocidos, Hans Henry Jahn y su trilog¨ªa, de 2.000 p¨¢ginas, R¨ªo sin riberas. Los cuatro millones de pesetas del Premio B¨¹chner ser¨¢n repartidos entre los sesenta mejores ensayos, de cinco p¨¢ginas como m¨¢ximo que se refieran a la obra de Jahn.
Lo compacto se rompe. Se rompe incluso el compact disc (CD). M¨¢s de 300 millones de CD fueron vendidos en el mundo durante 1989, pero la deficiente calidad con que se encuentran fabricados y protegidas las grabaciones, impiden al rayo l¨¢ser realizar bien su trabajo. La guerra de los precios a la baja entre industrias grandes y peque?as ha provocado un deterioro en la platina, en los componentes de protecci¨®n del disco y en otros elementos que terminan por desintegrar las armon¨ªas.
Desintegraci¨®n. ?ste es el emblema. Desregulaci¨®n, deconstrucci¨®n, desmembramiento. Los cuerpos troceados de la exposici¨®n del Museo d'Orsay proclaman una vasta tendencia que por otra parte no renuncia a la fantas¨ªa de otra clase de globalidad. "Los movimientos celestes son como una m¨²sica que, por tensiones disonantes, progresa hacia resoluciones conjuntas, como a seis voces, y se concreta mediante jalones en el curso inmensurable del tiempo". Esto escrib¨ªa Joahnnes Kepler en 1610. Actualmente, una novela de Henrriette Charck, aparecida en Par¨ªs el mes pasado, rescata la idea de una comunicaci¨®n plural, basada en Kepler, y en el misterio de reunir sobre un nuevo concepto de s¨ªntesis el timbre independiente y simult¨¢neo de seis, 600 o 6.000 voces.
Babelia
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