El abismo interior
El v¨¦rtigo seg¨²n Hitchcock ya asom¨® la semana pasada en la peque?a pantalla de TVE en un instante herm¨¦tico de su Falso culpable: aquel en que, cuando Henry Fonda es encerrado en la celda de la comisar¨ªa y queda por fin s¨®lo frente a la pesadilla que est¨¢ viviendo, la lente de la c¨¢mara comienza a moverse en c¨ªrculo como un taladro, como la espiral de una n¨¢usea f¨ªsica y mental, alrededor del rostro del actor.El v¨¦rtigo, pozo ps¨ªquico y moral simplemente enunciado en Falso culpable, alcanza en De entre los muertos (su t¨ªtulo original es precisamente V¨¦rtigo, fue realizada en 1958 y es la obra inmediatamente posterior a Falso culpable) mucho m¨¢s que un enunciado. Toda la pel¨ªcula es, en una escalada sin par de Hitchcock dentro de las posibilidades de una ficci¨®n pura -en la que se entremezclan elementos de melodrama, de thriller, de dram¨®n psicol¨®gico, de enigma polic¨ªaco y de otros esquemas convenidos de g¨¦nero- una exploraci¨®n sin fondo en un abismo sin fondo.
Obedece aparentemente este complej¨ªsimo filme a una argucia de distracci¨®n. Se trata de mantener al espectador en vilo durante dos horas y se consigue con creces. ?Es eso todo? Est¨¢ lejos de serlo. Incluso la diversi¨®n es, en este como algunos otros filmes del mismo director, una estratagema esquinada para introducir en la visi¨®n del filme un incalculable compromiso visceral del espectador con lo que est¨¢ viendo. El v¨¦rtigo aqu¨ª explorado es fatalmente asumido como propio por ese espectador y Hitchcock introduce en la ficci¨®n, en el juego, en el c¨¢lculo, en la matem¨¢tica construcci¨®n visual, la idea de que hay una grieta y de que algo de orden distinto se est¨¢ colando en el filme a trav¨¦s de esa grieta.
Se percibe en la primera y terrible escena -que es una pel¨ªcula en s¨ª misma-, en toda la extra?a y nebulosa segunda parte del enigma -que es otra pel¨ªcula en s¨ª misma-, y finalmente en la zona central de la tercera -la conversi¨®n de Kim Novak por James Stewart de prostituta de acera en fantasma rom¨¢ntico, como si Edgar Allan Poe se hubiera colado tambi¨¦n por esa grieta- que hay en V¨¦rtigo otro lado mucho m¨¢s enigm¨¢tico que el propio enigma de la ficci¨®n, otro filme misterioso que discurre por debajo del filme evidente. Hitchcock, que es un ge¨®metra due?o de lo exacto, no deja m¨¢s fisura en la abstraci¨®n de su met¨¢fora que esta calculada desmembraci¨®n de un relato que a primera vista parece f¨¦rreo, de desmembra mientras transcurre y finalmente adquiere aquella f¨¦rrea unidad.
Nada, visto as¨ª, es en De entre los muertos lo que aparenta. Se descubre a medida que transcurre una nueva ficci¨®n dentro de la ficci¨®n argumental; y dentro de aquella, otra; y otra m¨¢s, sin que lleguemos a vislumbrar el fondo de este juego de penetraci¨®n en el abismo interior de un hombre frente a una mujer o frente a su reconstrucci¨®n mental de ella. Nueva forma -mucho m¨¢s compleja- de la lente-taladro con que en Falso culpable Hitchcock busc¨® la representaci¨®n del v¨¦rtigo, ese v¨¦rtigo f¨ªsico y moral que es la forma escondida del V¨¦rtigo filme, una de las obras m¨¢s bellas, densas y perfectas de la historia del cine.
De entre los muertos se emite a las 22.30 por TVE-1.
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