Seguridad en el Mediterr¨¢neo

LA VISITA del primer ministro italiano, Andreotti, a Madrid ha reforzado la tendencia a la recuperaci¨®n por la Comunidad Europea de una cierta orientaci¨®n centr¨ªpeta, perdida hace meses frente al torbellino de acontecimientos extracomunitarios. El desmoronamiento de los sistemas comunistas en el Este, la aspiraci¨®n de los nuevos reg¨ªmenes surgidos de aquellas cenizas a integrarse en la Europa m¨¢s rica, el inesperado cambio estrat¨¦gico o la reunificaci¨®n alemana hab¨ªan distra¨ªdo la atenci¨®n de los europeos de la construcci¨®n de la Europa unida. En este sentido, el Consejo Europeo extraordinario de Dubl¨ªn del pr¨®ximo 28 de abril ser¨¢, por fuerza, una reuni¨®n trascendental.Las propuestas que circulan para impulsar la uni¨®n pol¨ªtica de la CE son de tres ¨®rdenes. Por un lado, B¨¦lgica propugna la asunci¨®n por parte del Parlamento de Estrasburgo de verdaderos poderes soberanos, tanto en la elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n como en el control de su gesti¨®n. En segundo lugar, Italia propone -en el ¨¢mbito econ¨®mico- la aceleraci¨®n de la uni¨®n monetaria con el adelantamiento en medio a?o de la conferencia intergubernamental prevista para ello (cuesti¨®n a la que se opone el canciller Kohl, que no quiere perder la ventaja de manejar la primera econom¨ªa del continente). Finalmente, tambi¨¦n Andreotti es partidario de que en la cooperaci¨®n pol¨ªtica se traten temas relativos a la seguridad europea, cosa impensable hasta hace apenas medio a?o y que daba lugar a complicados equilibrios en la OTAN o en la UEO.

Precisamente en esta propuesta, tan sensata y progresiva, debe inscribirse la preocupaci¨®n italiana de celebrar una conferencia de seguridad para el Mediterr¨¢neo, cuesti¨®n que lleva a?os preocupando tambi¨¦n a Espa?a y Francia. La nueva situaci¨®n estrat¨¦gica del mundo hace que no tenga ya sentido un Mediterr¨¢neo ocupado por dos gigantescas flotas armadas hasta los dientes. La conciencia ecol¨®gica hace que sea criminal permitir la continuada contaminaci¨®n de ese pulm¨®n europeo. Las tendencias hacia una relativa democratizaci¨®n de los pa¨ªses del norte de ?frica, a?adida a sus proyectos de uni¨®n econ¨®mica del Magreb, hacen cada vez m¨¢s urgente la asistencia a las necesidades del desarrollo de aquella regi¨®n, tan amenazada adem¨¢s por el fundamentalismo isl¨¢mico. La paz se consigue anclando el Magreb a Europa y no volvi¨¦ndole la espalda.