Consolidaci¨®n

MCMLXXXVICaf¨¦ Clamores. Madrid. Hasta el 1 de abril.

El nombre de la banda expresa en guarismos latinos el a?o de su fundaci¨®n, y en ¨¦ste, su quinto a?o de rodaje, los de MCMLXXXVI presentan una m¨²sica de alta resoluci¨®n, de verdadera competencia. Durante estos a?os el grupo ha ocupado lugar de preferencia dentro del g¨¦nero de fusi¨®n que en Madrid se practica, con muchos aciertos y con capacidad de retenci¨®n de los clich¨¦s del g¨¦nero.

Autores del temario que interpretan, el grupo parece haber cumplido un verdadero paso adelante; nuevos temas y una capacidad de ejecuci¨®n absolutamente rodada. Con la m¨²sica que ofrecen parecen haberse hecho sabedores de sus capacidades; rebasado el estadio de aprendizaje, del desarrollo de f¨®rmulas ya creadas, parecen poder expresarse hoy con verdadera personalidad. Y en ello tiene un importante papel el muy buen o¨ªdo r¨ªtmico de la banda, su capacidad de suceder tiempos, de definir atm¨®sferas y de escribir temas que gozan del ritmo interno del blues.

El ritmo de MCMLXXXVI est¨¢ servido por Paco Garcia, un baterista de toda consistencia, continuamente interactivo y que en un largo solo puede revelar que en su bater¨ªa hay toda una orquesta; y por Julio Blasco, un buen bajista con buenos modelos y capacidad solista; pero tambi¨¦n por el guitarrista Pepe Marchante, un hombre que se expresa en el blues y que tambi¨¦n en las baladas sabe acercarse a la sonoridad de Carlos Santana. En los teclados, Jorge Villaescusa sabe escoger con mesura dentro de la hoy infinita gama de recursos, y su intervenci¨®n constante se produce desde el interior de la consistencia de la banda.

En los saxos -hasta llegar al EWI- est¨¢ Antonio Molt¨®, quien tambi¨¦n ha dado un salto con el empuj¨®n del grupo. Su m¨²sica suena con naturalidad -algo que se consigue con horas de ensayo- y su expresi¨®n tanto puede alcanzar a los aficionados al jazz como a quien simplemente busca buena m¨²sica de hoy. Como alguna otra vez, no falta banda, sino escenario.