Garc¨ªa Gasco: "El laicismo ve en la Iglesia al 'enemigo' a combatir por todos los medios"

En abril de 1988, el entonces reci¨¦n elegido secretario general de la Conferencia Episcopal, Agust¨ªn Garc¨ªa Gasco, aseguraba que los cat¨®licos eran en Espa?a "ciudadanos de segunda". El obispo secretario, que en privado sigue sosteniendo esta tesis, se muestra cauto en sus manifestaciones p¨²blicas, quiz¨¢ porque es el hombre del episcopado que negocia con el Gobierno. Sin embargo, no por ello deja de hablar de un asunto que la jerarqu¨ªa cat¨®lica considera fundamental: el avance del laicismo que quiere "combatir a la Iglesia por todos los medios".

Pregunta. Pese a la buena disposici¨®n al di¨¢logo que expresan p¨²blicamente la Iglesia y el Gobierno hay indudables problemas de fondo.Respuesta. Me parece que el tiempo del di¨¢logo sobre el proyecto de la LOGSE puede ser un buen test que facilite una evaluaci¨®n seria y sincera de las relaciones entre Iglesia y Estado. Yo me hago una serie de preguntas: ?Es posible un di¨¢logo entre la Iglesia cat¨®lica y el laicismo radical?; ?estamos ante la recuperaci¨®n del laicismo en Espa?a?; ?es posible pasar de una actitud de hostilidad radical a una mayor comprensi¨®n rec¨ªproca, de colaboraci¨®n y di¨¢logo?

P. Parece que usted quiere abrir la caja de los truenos, que busca pol¨¦mica.

R. Lejos de m¨ª ese deseo. No, no pretendo situarme en el plano de la pol¨¦mica, como ha ocurrido con harta frecuencia tanto por parte del laicismo como de los cat¨®licos, sino en el plano de la comprensi¨®n, el respeto y el di¨¢logo. Y ello no por un irenismo [actitud conciliadora sostenida por cristianos de diferentes confesiones para el estudio de las cuestiones que los separan] barato, sino m¨¢s bien para llevar a cabo una tarea de esclarecimiento.

P. ?Qu¨¦ le hace pensar que el laicismo adquiere cada vez mayor predominio social?

R. Tengo la impresi¨®n de que despu¨¦s de dos siglos de luchas y ¨¢speras pol¨¦micas, existe por parte del laicismo un rechazo en bloque de la fe cristiana, basado en un conocimiento absolutamente inadecuado de ella y en prejuicios tan arraigados que los considera verdad evidente. En el ambiente cultural, se experimenta la crisis de la ideolog¨ªa marxista y se nota una recuperaci¨®n de la ideolog¨ªa laicista; en el mundo de la pol¨ªtica se observan actitudes y comportamientos que expresan una tendencia ascendente de la agresividad y descalificaciones gratuitas y, por ¨²ltimo, la afirmaci¨®n de la ideolog¨ªa radical, sostenida y amplificada por algunos medios de comunicaci¨®n, se puede considerar como una expresi¨®n clara de la reviviscencia del laicismo.

P. El laicismo hace hincapi¨¦ en el hombre. ?No ser¨ªa ¨¦ste un aspecto positivo?

R. S¨ª. Se interesa por el hombre, hace hincapi¨¦ en su racionalidad y en su capacidad de ser ley para s¨ª mismo. Pero no s¨®lo prescinde de Dios, de la religi¨®n de la fe, sino que positivamente los excluye; no s¨®lo los considera innecesarios, sino nocivos para el desarrollo del hombre, y los combate.

P. Pero existe tambi¨¦n una visi¨®n menos negativa de la Iglesia. No todo el laicismo es radical.

R. Para una. forma m¨¢s moderada de laicismo, la Iglesia es una sociedad privada, no p¨²blica, y se opone a la presencia de la Iglesia en la sociedad civil con instituciones propias en el campo asistencial y educativo. Para el laicismo, la asistencia y la escuela son cometidos del Estado y, sobre todo, las escuelas deben ser estatales y p¨²blicas y no religiosas y privadas; es decir, el Estado debe tener el monopolio.

Visi¨®n mezquina

P. ?Qu¨¦ aspectos ideol¨®gicos o doctrinales reprocha usted a estas corrientes?

R. Su racionalismo exasperado y su naturalismo cerrado a toda apertura a lo divino, su incapacidad para sentir el problema religioso y para reconocer el valor de la religi¨®n, del cristianismo. Hoy me impresiona que hombres en otros campos clarividentes tengan del cristiano una visi¨®n tan mezquina y pobre y no raras veces tan err¨®nea; que tengan de la Iglesia y su contribuci¨®n a la convivencia humana un conocimiento tan menguado e impreciso y una opini¨®n tan desfavorable, hasta el punto de ver en la Iglesia al enemigo que es preciso combatir con todos los medios y en todos los campos.

P. Ante un panorama tan dispar, ?existen posibilidades de llegar a acuerdos?

R. Estoy persuadido de que el di¨¢logo beneficiar¨ªa no s¨®lo a la cultura cat¨®lica, sino tambi¨¦n a la cultura laica, la cual da hoy se?ales de: cansancio y de agotamiento y debe reconocer su propia responsabilidad en la crisis que hoy atraviesa el mundo moderno. Creo que es la hora de establecer un verdadero di¨¢logo con el compromiso y la seriedad que requiere.