Una Europa diferente

LOS RESULTADOS de la segunda vuelta de las elecciones h¨²ngaras indican un triunfo de la derecha m¨¢s rotundo que el de la reciente consulta en Alemania Oriental. Los dos principales partidos en liza eran enemigos ac¨¦rrimos del socialismo, y el vencedor, el Foro Democr¨¢tico, un partido con inclinaciones populistas y ramalazos de nacionalismo e incluso de antisemitismo, ha sido el m¨¢s derechista de ambos. Con sus 165 diputados, el Foro formar¨¢ ahora un Gobierno conservador, dando entrada en ¨¦l a otros dos partidos de derecha, el de los Peque?os Propietarios y el Dem¨®crata Cristiano. Los electores han otorgado el segundo lugar, con 92 diputados, a la Alianza de Dem¨®cratas Libres, un partido prooccidental. formado en la lucha contra el r¨¦gimen anterior, con una ideolog¨ªa af¨ªn a la de los liberales alemanes. Ser¨¢ a partir de ahora la principal fuerza de la oposici¨®n. La socialdemocracia se ha quedado sin expresi¨®n apreciable, y el partido que ha gobernado hasta ahora, el antiguo partido comunista reconvertido en Partido Socialista H¨²ngaro, ha quedado reducido a poco m¨¢s del 8% de los votos y a 33 esca?os. Ser¨¢n los ¨²nicos diputados que ostentar¨¢n el nombre de socialistas en una C¨¢mara de 350 miembros.Estos resultados, despu¨¦s de lo ocurrido en Polonia y en la RDA, confirman que el hundimiento de los reg¨ªmenes comunistas est¨¢ facilitando la hegemon¨ªa de las fuerzas conservadoras en Europa central y oriental. Con ello ser¨¢ a¨²n m¨¢s radical la desaparici¨®n de las estructuras en las que se ha basado la dominaci¨®n sovi¨¦tica. El CAME (Consejo de Asistencia Econ¨®mica Mutua) y el Pacto de Varsovia, aunque formalmente subsistan, tienen cada vez menos efectividad real. Pero ello plantea, para evitar el resurgir de los aislamientos nacionales, la conveniencia de nuevas formas de cooperaci¨®n lo m¨¢s estables y consistentes posible. En ese marco se sit¨²a la reuni¨®n que acaban de celebrar en Bratislava, por iniciativa del presidente de Checoslovaquia, Havel, los dirigentes de dicho pa¨ªs con los de Hungr¨ªa y de Polonia, con el objetivo de avanzar en la coordinaci¨®n de sus pol¨ªticas exteriores.

Cuando la influencia de la URS S retrocede de manera tan evidente en esa zona, la historia aconseja a los pa¨ªses de Centroeuropa armonizar en lo posible sus pol¨ªticas ante una etapa en la que una Alemania unida tendr¨¢ un peso considerable. El problema ha estado muy presente en la reuni¨®n de Bratislava. Pero tambi¨¦n se han puesto de relieve en ella las dificultades para avanzar por ese camino. En primer lugar, a causa de los conflictos originados por las minor¨ªas nacionales, que enfrentan entre s¨ª a muchos de los pa¨ªses de la zona. Por ello, quiz¨¢, el paso m¨¢s trascendental dado en Bratislava ha sido la decisi¨®n de los Gobiernos de Praga y de Budapest de preparar un documento conjunto sobre las minor¨ªas nacionales, que luego podr¨¢ ser sometido a la aprobaci¨®n de otros pa¨ªses. Se trata de intentar un planteamiento supranacional para superar tan delicado asunto.

Pero, por ¨²til que sea el acercamiento esbozado en. Bratislava, el destino de Polonia, Hungr¨ªa y, Checoslovaquia es asociarse, de la manera m¨¢s estrecha posible, a la Comunidad Europea. Tal es el deseo de sus pueblos y de sus Gobiernos. Partiendo de la imposibilidad de una integraci¨®n en un plazo breve, el ministro De Michelis ha anunciado que Italia, cuando asuma en julio la presidencia de la CE, presentar¨¢ un proyecto proponiendo formas de asociaci¨®n apropiadas para el momento actual. El Gobierno espa?ol, seg¨²n las tesis defendidas por Felipe Gonz¨¢lez en el reciente debate del Parlamento, deber¨ªa apoyar tal proyecto.