Gran coalici¨®n
LA CREACI?N de un Gobierno de gran coalici¨®n en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), con la entrada de los socialdem¨®cratas del SPD, responde indudablemente al car¨¢cter excepcional del momento hist¨®rico. El destino de esa coalici¨®n es desaparecer cuando lo haga el Estado de la RDA. De momento, el equipo del democristiano De Maiziere tiene una tarea prioritaria: negociar la uni¨®n de las dos Alemanias. Y su programa especifica que la gran coalici¨®n ha sido creada "para el per¨ªodo de la fusi¨®n progresiva de los dos Estados alemanes". Por otra parte, y teniendo en cuenta que los partidos de la RDA, sobre todo la CDU y el SPD, forman de hecho un solo partido con sus hom¨®nimos de la otra Alemania, es obvio que la entrada de los socialdem¨®cratas en el Gobierno de De Maiziere, con siete carteras -entre ellas, las de Finanzas y Exteriores-, desborda el marco de la RDA. Introduce una presencia socialdem¨®crata -a pesar de que en Bonn el SPD est¨¦ en la oposici¨®n- en la negociaci¨®n de la unidad alemana.Los cambios en el talante de Bonn han influido poderosamente en la preparaci¨®n del nuevo Gobierno. Si el canciller Kohl, en la euforia de la campa?a electoral, hizo promesas halag¨¹e?as para la poblaci¨®n alemana oriental, ahora la RFA adopta posiciones mucho m¨¢s duras. Ello determina el inter¨¦s de los partidos conservadores, vencedores en las elecciones, por la participaci¨®n del SPD en el Gobierno a fin de aumentar su capacidad de presi¨®n en la mesa de las negociaciones con Bonn. Esta consideraci¨®n tambi¨¦n ha sido tenida en cuenta por el S PD de la RDA, que al principio se negaba a colaborar en el Gobierno.
Punto clave del programa de De Maiziere es que la unificaci¨®n se har¨¢ por la v¨ªa r¨¢pida, basada en el art¨ªculo 23 de la ley b¨¢sica de la RFA. Otro procedimiento ser¨ªa inimaginable a la luz de la opini¨®n salida de las urnas. Por tanto, lo que ahora se pone en mar cha es simplemente la Incorporaci¨®n de la RDA a la RFA. Pero la poblaci¨®n de Alemania Oriental y sus fuerzas pol¨ªticas, incluso las m¨¢s identificadas con el Gobierno tienen intereses propios que de Gobierno defender para no acabar convertidos en los pordioseros de la Alemania unida de ma?ana. En primer plano est¨¢ el tema de la uni¨®n monetaria, prevista para entrar en vigor el 1 de julio. El conflicto es agudo entre la tesis de la RDA (que KohI jale¨® en la campa?a electoral, pero que parece olvidar ahora) del cambio del marco uno a uno y la tesis de Bonn -sobre todo del Doderoso Bundesbank- de un cambio dos a uno. Con un ministro de Finanzas socialdem¨®crata, De Maiziere piensa que las posiciones de la RDA podr¨¢n ser defendidas con m¨¢s independencia y eficacia en la negociaci¨®n de ese tema decisivo.
Por otra parte, con la creaci¨®n del Gobierno de De Maiziere se van a emprender las negociaciones dos m¨¢s cuatro (las dos Alemanlas m¨¢s EE UU, la URSS, Francia y el Reino Unido) sobre el lugar de la Alemania unida en los sistemas de seguridad. En este marco destacan dos hechos: el nombramiento de un socialdem¨®crata como ministro de Exteriores y el de un pacifista conocido, el pastor Rainer Eppelmann (l¨ªder de Despertar Democr¨¢tico), como ministro de Desarme y Defensa, cuyo solo nombre es suficientemente significativo. Aunque la URSS parece haber renunciado a la idea de una Alemania neutral, siguen en pie graves desacuerdos sobre su permanencia en la OTAN y sobre las formas de esa permanencia. La cual, en todo caso, ser¨ªa muy peculiar, ya que subsistir¨ªan en territorio alem¨¢n tropas del Pacto de Varsovia. Este problema exige una negociaci¨®n, que no ser¨¢ f¨¢cil, para encontrar f¨®rmulas de m¨¢ximo consenso. Y es positivo que, gracias a la composici¨®n del Gobierno de De Maiziere, el SPD pueda estar presente en la negociaci¨®n de problemas tan decisivos. Ello permitir¨¢ que las posiciones del SPD, siempre m¨¢s flexibles y renovadoras en materia de seguridad, sean tenidas en cuenta a la hora de adoptar decisiones de gran alcance para el futuro de Alemania, y de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.