Mandela: "No escuch¨¦is a nadie que diga que ten¨¦is que dejar la lucha contra el 'apartheid"'
Un centenar de artistas actu¨® ante m¨¢s de 70.000 personas en el estadio de Wembley
"No escuch¨¦is a nadie que diga que ten¨¦is que dejar la lucha contra el apartheid", pidi¨® Nelson Mandela en su discurso de ayer ante una enfebrecida multitud que en el estadio de Wembley asist¨ªa al recital que celebraba su libertad. El vicepresidente M Congreso Nacional Aficano (ANC) y encarnaci¨®n de la lucha contra el racismo manifest¨® a los artistas que la m¨²sica progresista que escuchaba en la prisi¨®n le dio fuerzas para aguantar el encarcelamiento.
La aparente satisfacci¨®n que reinaba sobre el escenario ocultaba tensiones manifestadas en la ausencia de m¨²sicos anunciados y tan comprometidos en la causa como Hugh Masekela y Miriam Makeba.Mandela habl¨® durante 20 minutos largos, cerca ya del final de un recital en el que intervinieron alrededor del centenar de artistas. Su aparici¨®n sobre el escenario fue acogida con un tremendo alarido por los m¨¢s de 70.000 asistentes, que respondieron con aplausos y gritos a diversos pasajes de su intervenci¨®n. El l¨ªder del ANC aparec¨ªa feliz, tocado con una corbata con los colores negro, verde y oro del ANC, los mismos que hicieron de fondo a su intervenci¨®n, y flanqe¨¢do por su mujer, Winnie, y la del presidente del ANC, Adelaide Tambo.
Nelson Mandela agradeci¨® el recital celebrado hace dos veranos en el mismo estadio para conmemorar su 70? cumplea?os. "Lo que hicisteis entonces hizo posible que hagamos esto", dijo a m¨²sicos y espectadores. Esto era ayer apelar a la resistencia. "No escuch¨¦is a nadie que diga que ten¨¦is que dejar la lucha contra al apartheid', indic¨® con voz firme. "S¨®lo los que apoyan al apartheid dicen que el Gobierno de Pretoria debe ser recompensado por el peque?o paso dado". La recompensa que recibir¨¢ el mundo por mantener su lucha ser¨¢ ver "el fin del aparheid y ver al pa¨ªs convertido en una democracia no racial", para lo que debe seguir la campa?a internacional de sanciones. "Necesitamos vuestro apoyo m¨¢s que nunca".
"No queda mucho para ver el fin del apartheid', se?al¨® antes de reiterar su optimismo: "Los sue?os de millones de personas de ver a nuestro pa¨ªs libre y en paz ser¨¢n pronto realidad".
Mandela concluy¨® la alocuci¨®n con una caracter¨ªstica nota suya al improvisar unas c¨¢lidas palabras de elogio y gratitud a Oliver Tambo, el enfermo presidente: del ANC. Ese detalle de humanidad, que sale de ¨¦l naturalmente, s¨®lo hizo m¨¢s flagrantes las aparentes discrepancias provocadas por la n¨®mina de artistas participantes.
"Sabernos que le gusta Miriam. Makeba y ha estado escu chando mucho pop", dijo una representante de los organizadores cuando se le inquiri¨® antes del recital sobre los gustos musicales del l¨ªder del ANC. "La mujer de Mandela habl¨® ayer con Jim Kerr, el cantante de Simple Minds, y conoce al grupo".
Makeba y su ex marido, e trompetista de jazz Hugh Masekela, estaban anunciados como participantes sobre el elcenario de Wemley, rematado con las palabras de Mandela "la lucha es mi vida", pero no aparecieron La organizaci¨®n no sab¨ªa a ¨²ltima hora de la noche c¨®mo explicar tama?as ausencias, que ha b¨ªan venido precedidas de inequ¨ªvocas se?ales de disgusto contra el car¨¢cter m¨¢s comercial que militante del recital, aunque en esta ocasi¨®n hubiera m¨¢s compromiso entre los participantes que hace dos veranos.
Las declaraciones extremadamente fr¨ªvolas y ajenas al conflic to surafricano que entonces pro nunci¨® la repudiada Witney Houston quedaron esta vez reducidas al arrobo de la tambi¨¦n norteamericana Patti Labelle quien abri¨® el concierto.
Hubo un momento de la tarde en que Mandela dirigi¨® unas pa labras a los artistas tras el escenario. Les dijo: "Vuestro mensaje es m¨¢s fuerte que el enviado por los pol¨ªticos", y les confes¨® que "la m¨²sica progresista nos ha dado tremenda ¨ªnspiraci¨®nen las dificultades de la c¨¢rcel" Despu¨¦s intercambi¨® algunas palabras con algunos de ellos. Con Labelle no habl¨®. "Hicirnos contacto visual. Me toc¨® un poco la cara. Se me saltaron las l¨¢grimas. Se me corri¨® el maquillaje, pero no me import¨®", dijo luego la cantante, que al hablar parec¨ªa referir una experiencia m¨ªstica.
No todos los cantantes ofrecieron letras comprometidas con la causa surafricana o realizaron manifestaciones pol¨ªticas, aunque la atm¨®sfera que crearon alcanz¨® en ocasiones buenas cotas emocionales, sobre un escenario decorado con sencillez, con franjas verticales cubiertas de motivos geom¨¦tricos africanos y de manos que se estrochaban y con un gran tela horizontal con el t¨ªtulo "Esperanza y optimismo a pesar de la actuales dificultades".
Verbena en la aldea global
R. M. DE R. El recital de ayer estaba dirigido a un auditorio global te¨®rico de 1.000 millones de personas, pero no hubo manera de confirmar esa cifra ni la de pa¨ªses que lo retransmitieron en directo o lo har¨¢n en el futuro.
Mandela dijo dirigir sus palabras a los "muchos amigos de aqu¨ª y del mundo", de acuerdo con la idea de que el acontecimiento iba ser una verbena de lujo en la aldea global de la comunicaci¨®n. La v¨ªspera el recital iba a ser emitido por unos 60 pa¨ªses, y ayer los informativos de la BBC ya hablaban de s¨®lo 26.
En la propia BBC fueron incapaces de confirmar cu¨¢les eran esos pa¨ªses y remitieron a los organizadores, que lo ¨²nico que pudieron decir es que el recital era retransmitido "a la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Europa; en Estados Unidos ser¨¢ retransmitido en diferido". La informante recomend¨® que se llamara a una agencia "que trata de la venta internacional del recital", desde donde se indic¨® al ¨ªnquiriente dirigir sus preguntas a la BBC. La televisi¨®n oficial tuvo sin embargo, que pedir diculpas por algunas de las manifestaciones que durante el recital hizo el arzobispo Trevor Huddleston, presentador de Mandela, y afirmar que "no eran las del Gobierno".
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