El Supremo eleva las penas en un caso de celos y muerte entre testigos de Jehov¨¢
La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha elevado la pena de uno a seis a?os de prisi¨®n a un testigo de Jehov¨¢ que retir¨® el cat¨¦ter a trav¨¦s del cual recib¨ªa una transfusi¨®n de sangre una mujer de su mismo credo a la que su marido hab¨ªa propinado 35 pu?aladas. La mujer falleci¨® y el Supremo considera que el testigo de Jehov¨¢ cometi¨® un delito de homicidio y no el de imprudencia temeraria que hab¨ªa sentenciado la Audiencia Provincial de M¨¢laga.
Los hechos sucedieron en Melilla el 27 de diciembre de 1984. Manuel L¨®pez Sierra, "que padec¨ªa una esquizofrema paranoide caracterizada por un delirio de celos y persecuci¨®n", creyendo que su mujer, Josefa Gonz¨¢lez Ortega, le enga?aba con otro hombre agarr¨® un cuchillo de cocina y la propin¨® 35 pu?aladas en el momento en que Josefa estaba arreglando a su hija m¨¢s peque?a.Las heridas afectaron al t¨®rax, abdomen, extremidades, y una de ellas interes¨® al coraz¨®n con orificio de entrada y salida por el ventr¨ªculo derecho, pero incre¨ªblemente la mujer no muri¨®. Fue trasladada entonces al hospital de la Cruz Roja de Melilla, donde ingres¨® con un intenso shock hipovol¨¦mico a consecuencia de las hemorraglas. Suturadas sus heridas, sali¨® del quir¨®fano con una tensi¨®n arterial de 10 y con un cat¨¦ter inserto en la vena cef¨¢lica del brazo derecho, a trav¨¦s del cual se le suministraba una transfusi¨®n.
Mientras se encontraba a¨²n inconsciente en la habitaci¨®n n¨²mero 13 del hospital, atendida por su cu?ada, se person¨® all¨ª el testigo de Jehov¨¢ Leandro Cotrina Dom¨ªnguez y comenz¨® a rebuscar una tarjeta que acreditaba que Josefa Gonz¨¢lez, tambi¨¦n miembro de la misma asociaci¨®n religiosa, no quer¨ªa que le hiciesen transfusiones de sangre.
La pretensi¨®n de Leandro Cotrina degener¨® en una discusi¨®n con la cu?ada de la paciente, quien sali¨® a buscar a una enfermera. Cuando ambas regresaron a la habitaci¨®n encontraron que el cat¨¦ter hab¨ªa sido retirado por el testigo de Jehov¨¢ y que ¨¦ste presionaba con su mano el brazo de Josefa para impedir la hemorragia que se hab¨ªa producido. La mujer falleci¨® aquella misma tarde, "por el shock hipovol¨¦mico que se hab¨ªa contenido con la aportaci¨®n de sangre".
La sentencia de la Audienci¨¢ de M¨¢laga absolvi¨® al marido del delito de parricidio, al apreciar la eximente de enajenaci¨®n mental, pero orden¨® su internamiento en un centro psiqui¨¢trico, del que no podr¨¢ salir sin autorizaci¨®n judicial. El testigo de Jehov¨¢ fue sentenciado a un a?o de prisi¨®n por un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte.
Ingreso en prisi¨®nRecurrida la sentencia por el ministerio fiscal, el Supremo ha calificado el delito como homicidio y ha sentenciado a Cotrina a seis a?os de prisi¨®n. El testigo de Jehov¨¢, que se encontraba en libertad provisional, tendr¨¢ que ingresar ahora en prisi¨®n.
El Tribunal Supremo considera que el testigo de Jehov¨¢, pese a sus creencias religiosas, no pod¨ªa desconocer el car¨¢cter ?l¨ªcito de su comportamiento y recuerda que la asociaci¨®n religiosa Testigos de Jehov¨¢ proh¨ªbe la pr¨¢ctica de las transfusiones como contraria a ciertos textos de los Libros Sagrados, porque transfiere la corriente de la vida de uno a otro, 1o que se proh¨ªbe por Jehov¨¢ en su palabra". Sin embargo, la sentencia dice que el testigo de Jehov¨¢ no pod¨ªa ignorar que esta norma de conducta religiosa "ha sido reprobada en repetidas ocasiones por este Tribunal, que reconoce el valor indisponible de la vida humana con preeminencia sobre el derecho a la libertad religiosa".
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