Atrapados en el ascensor
Los equipos filiales de f¨²tbol viven inmersos en una continua inestabilidad deportiva
El Castilla puede consumar su descenso a la Segunda Divisi¨®n B. El Bilbao Athl¨¦tic, hundido en ella en la pasada temporada, es en la actualidad el segundo de la categor¨ªa de plata. El Barcelona Atl¨¦tic est¨¢ realizando un final de temporada sensacional y no duda de volver a la Segunda A. Los equipos filiales viven atrapa dos en el ascensor: arriba y abajo. Su funci¨®n as¨ª lo exige. Son el vivero que debe nutrir al circo de la Primera.
El Real Madrid ech¨® el lazo recientemente a su quinto t¨ªtulo de Liga consecutivo. Sin embargo, el Castilla se hunde en el pozo. El filial blanco, campe¨®n de la Segunda A en 1984 y finalista de la Copa de? Rey en 1980, es el ¨²ltimo de la tabla, empatado a puntos con el ?ibar. El pasado fin de semana derrot¨® al Betis en el estadio Bernab¨¦u (3-1), pero en el pr¨®ximo se las ver¨¢ con el Bilbao Athletic. Su final de temporada es ag¨®nico.Vicente del Bosque, el entrenador del segundo cuadro madridista, no considera una paradoja esa alternancia de opulencia y precariedad que vive la tasa blanca. Es, seg¨²n ¨¦l, la ley del juego: "La paradoja ser¨ªa que nosotros estuvi¨¦ramos arriba y el primer equipo abajo, como sucedi¨® hace unos a?os. Lo primero que debe hacer un filial es formar futbolistas; en segundo lugar, ofrecer espect¨¢culo, y por ¨²ltimo, obtener los resultados positivos que garantizan la tranquilidad en el trabajo". Del Bosque tiene muy claras la causa del fracaso: "El equipo es nuevo, ya que se nos fueron jugadores. como Canales, Arag¨®n, Le¨®n, Rosagro y Caminero. No es una excusa, pero s¨ª una raz¨®n".
Los intereses del primer equipo y el efecto aspiradora que produce la Primera Divisi¨®n es la cruz que soportan los filiales de los clubes grandes. La quinta del Buitre dio el salto despu¨¦s de proclamar campe¨®n al Castilla en 1984. Desde entonces, el antiguo Plus Ultra s¨®lo levant¨® cabeza en 1988, cuando de la mano de Maqueda y Aldana, entre otros, cerr¨® la temporada en la tercera posici¨®n. Gozo ef¨ªmero, sin embargo, pues la ca¨ªda ha vuelto a ser en picado. "Los clubes independientes pueden retener a sus mejores jugadores. Planifican la campa?a y su presupuesto para rendir al m¨¢ximo en Segunda. Nosotros, al rev¨¦s", opina Del Bosque.
El Bilbao Athletic, estandarte de la factor¨ªa de Lezama, no escapa al sino de los filiales. Andrin¨²a, Patxi y Julio Salinas, Endika y Sarriugarte, entre otros, llevaron a los cachorros al subcampeonato en 1984. Pero, cuando recibieron el doctorado en San Mam¨¦s, el equipo se desmoron¨®. Un a?o arriba y otro abajo. As¨ª, hasta que en 19,88 se culmin¨® el desastre con el descenso a la Segunda B. El brit¨¢nico Howard Kendall pas¨® por Lezama, meti¨® en el capazo a Alkorta, Lakabeg, Garitano y Mendiguren y se los llev¨® a Primera. Sorprendentemente, tras, la temporada de castigo, el filial rojiblanco ha vuelto a explotar: es el segundo, por detr¨¢s del Burgos, con nombres que ya suenan para el futuro, como el portero Kike, el delantero Moska y otros, como Eskurza, Aguirretxu o Uribarrena, que ya se han calentado en Primera.
El 's¨ªndrome Cruyff'
El segundo equipo del Barcelona vive momentos dulces. En los ¨²ltimos cinco partidos no ha perdido un punto y marcha el tercero en el Grupo IV de Segunda B y con muchas posibilidades de ascender. Parece olvidado lo que alguien defini¨® como s¨ªndrome Cruyff y que supuso la adopci¨®n de su arriesgado sistema y la absorci¨®n de Milla, Amor, Serer y Roura o el rechazo de Crist¨®bal, Nayim o Vinyals. La discreta labor del Bar?a Atl¨¦tic en Segunda culmin¨® con un descenso que parece f¨¢cil de enjugar.El Madrile?o ya lo consigui¨® la pasada temporada luego de tres en Segunda B.
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